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lunes, 26 de noviembre de 2018

OCEAN 65

Dulces ancianitos a los que les da por bailar, irse de juerga a las Vegas o incluso montar un club de lectura sobre 50 sombras de Grey son algunas de las historias que nos ha traído el séptimo arte. Incluso a alguno le da por hacerse amigo de lo ajeno, rememorando tiempos presuntamente mejores. Este es el caso de Rey de ladrones.
Basada en hechos reales Rey de ladrones nos presenta a un grupo de jubilados dispuestos a dar el gran golpe, que no dieron en su juventud, que cambie sus vidas. Genios y figuras hasta la sepultura, aunque ahora se vean obligados a preparar la medicación a la par que el plan maestro, e incluso alguno se quede toque (literal) en plena vigilancia, su primera parte no se diferencia, ni en guion ni en banda sonora de buena parte del cine de ladrones al que estamos acostumbrados. Con todo un caballero de la escena como es Michael Caine, atormentado en esta ocasión por el reciente fallecimiento de su esposa (básico pero hermoso ese recurso del armario lleno de cartas sin abrir y zapatos que ya nadie usará), y con un reparto bien escogido nuestros ladrones no están en la línea de ese también madurito Sean Connery de La trampa, sino que se erigen como criminales de corte clásico, y ni siquiera el robo en sí va a ser el momento cumbre de la cinta, sino que durante buena parte de la trama asistiremos a las consecuencias de sus acciones.
Rey de ladrones es una película entretenida, con un buen montaje (ingenioso el uso de cortes de películas clásicas) y personajes carismáticos. Si bien pierde bastante ritmo en su segunda parte no se puede negar que conoce y ama un género que no revoluciona, pero nos da la oportunidad de disfrutar del trabajo de un puñado de veteranos que demuestran que, al igual que sus personajes, todavía tienen mucho que decir.
Rey de ladrones llega a los cines españoles el 5 de diciembre.

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