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viernes, 2 de junio de 2017

PINTANDO BAJO LA LLUVIA



 Resulta interesante cuando el séptimo arte se enfrenta a uno de sus homólogos, y un ejemplo más que llamativo resulta Los últimos años del artista. Afterimage, biografía del pintor Wladyslaw Strzeminski , artista polaco fallecido en 1952 cuyo nombre por estos lares quizás nos suene bastante menos que los de otros contemoráneos con los que colaboró, como Malevich o Chagall, pero que consiguió revolucionar el arte de su país.
Andrzej Wajda nos trae una historia desencarnada, la de un hombre que quizás resulte más apasionado como artista que como ser humano, capaz de hablar con la mano en el corazón al hablar de un cuadro (la clase sobre Van Gogh) pero débil al mostrar empatía en sus relaciones con aquellos que realmente le quieren (la reacción ante la marcha de su hija a la residencia o ante una inesperada declaración de amor) o simplemente le aprecian. Strzeminski no resulta un personaje simpático, con una actitud fría al enfrentarse a una vida marcada por las consecuencias de las dos guerras mundiales, habiendo perdido brazo y pierna en la I y viendo como el régimen impuesto en su país, con cuya ideología no comulga, le arrebata poco a poco su status, su salud (al dejarlo en condiciones de no poder ejercer ningún trabajo y de ni siquiera poder comprar útiles de pintura) y hasta su propio arte (el cierre relámpago de su sala en el museo), así como a cualquiera que le apoye o siga (la destrucción de la exposición), pero cuya alma se derrite frente al acto de creación artística, provocando una rebeldía que de otro modo para él sería impensable.
Los últimos años del artista. Afterimage se abre en un escenario bucólico, el de una clase al aire libre en la que nuestro protagonista parece sentir un estado de felicidad que no volveremos apreciar en el resto del metraje, que pronto abandonará para sumergirnos en una urbe oscura en la que solo parecen existir unos tonos grises que solo cede paso al rojo de la propaganda (un rojo sin embargo más desleído que el que podemos ver en la sala del museo donde se exhibe su obra, como parte de unos colores primarios que tienen sus días contados). Y dentro de este escenario sabe regalarnos metáforas tan hermosas como la de esa habitación que se vuelve roja de repente evitando que el artista pinte su cuadro (un efecto que descubriremos se debe a un gigatesco cartel colocado sobre la fachada de su casa) e imágenes tan terribles como la de su protagonista lamiendo el plato ante la falta de alimento, un ambiente en el que hasta se recrimina a una huérfana que lleve un abrigo rojo en un entierro...a pesar de que es el único que tiene, en una Polonia sacudida en aquel momento permanentemente por el hambre y la enfermedad.
 Este biopic de los dos últimos años de vida de Strzeminski resulta tanto un film recomendable para los amantes de las bellas artes como para los aficionados al cine histórico menos convencional, un espejo de como pueden chocar dos mundos aparentemente tan ajenos como el arte y la política en un enorno hostil, una terrible fábula de como la realidad impuesta puede roer poco a poco el alma del ser humano.
Los últimos años del artista:Afterimage llega a las pantallas españolas el 9 de junio.

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