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viernes, 2 de junio de 2017

LA BELLA Y MOLESTIA

¿Comedia francesa de policías? Es inevitable que una palabra acuda a la mente, o mejor dicho dos si contamos el artículo: El gendarme. Un inefable personaje encarnado por Louis de Funès cuya saga alcanzó la friolera de seis títulos, y que dejó impronta en muchos.
Sin embargo los tiempos han cabiado, al menos en forma y Una policía en apuros nos presenta la historia de una mujer resuelta e independiente dispuesta a lograr el sueño de su vida, el formar parte de un cuerpo policial de élite...si su particular torpeza y tendencia a meter la pata se lo permiten...algo que ya nos resulta más familiar.
Una policía en apuros no es una cinta reivindicativa (por mucho que su protagonista se obstine en qeue incluyan la palabra "señora" al refeirss al cuerpo de cadetes...ni siquiera en niveles similares a la ochentera Mujeres del FBI) sino una comedia en la línea de Loca academia de policía, con una atolondrada protagonista que en momentos puntuales nos puede recordar a la entusiasta Sandra Bullock de Demolition man, y en la que su director, el cómico Dany Boon, se adjudica el jugoso papel de un veterano que ha alcanzado notables cotas de misoginia tras ser abandonado por su mujer (que para más inri le ha dejado por el hermano de este), y que nos regala una interpretació ligeramente más seria que en otras ocasiones (ahí está la todavía fresquita y muy recomendable Manual de un tacaño), aun sin renunciar al humor físico (esa presetación que nos hace comprender por qué el resto del pelotón le considera un gafe).
Pero en el fondo la cinta no supone más que una ligera actualización de la comedia policiaca que desde sus albores aterriza cada cierto tiempo en los cines...a ls chistes sobre la mala puntería, los villanos de opereta (hay alguno que casi parece un dibujo animado que ha cobrado vida como el travestido acompañante del villano del film) y los clichés de las buddy movies se añade algún guiño a las redes sociales (ese celebrar que se está en un cuerpo secreto...subiendo una foto) pero sigue dentro del mismo universo al que nos acostumbró el cine de los 80 y 90, con todas las bondades y pegas que ello atañe, de modo que gustará más a aquellos que adoren este género y quizás algo menos a los que simplemente decidan enfrentarse a una comedia sin más adjetivos.
Una policía en apuros sin embargo cuenta, dentro de la multitud de tópicos qua acumula, con buenos mimbres, como un buen diseño de producción (espectaculares los últimos diez minutos en el castillo de Vaux-le-Vicomte) y alguna línea particularmente aguda (como aquella en torno a su relación personal co cierto ministro), pero no llega a sacarle todo el jugo a elementeos que darían más juego como la relación entre Jo y su prometido o el altercado de su protagonista con el Presidente de la República. Nos queda, si bien probablemente es la cinta de Dany Boon, autor de una breve pero divertidísima filmografía (Bienvenidos al norte, Nada que declarar...) más light de los últimos años, una película de esas que se disfrutan más ahora que llega el veranito, sin pretensiones y con un buen aire acondicionado, una comedia ligera en el más amplio sentido del término.
Una policía en apuros llega a los cines el 9 de junio



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