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miércoles, 6 de octubre de 2021

EL JUEGO DEL TIBURÓN

 

Hubo una temporada que parecía que en el cine coreano solo pensaban en vengarse. Ajustes de cuentas generalmente de bizarro desarrollo y sangriento desenlace que hacían de los célebres  personajes de Liam Neeson una hermanita de la caridad. Pero de un tiempo a esta parte, si nos avenimos a los grandes éxitos, a nivel internacional al menos, como "Parásitos" o la televisiva "El juego del calamar" (y a menor nivel "Península', e incluso "Minari", oscarizada producción americana en torno a una familia coreana) todo parece ir en torno a individuos en grado de pobreza más o menos extrema, que intentan salir de ella de maneras poco recomendables. Los protagonistas de "Nido de viboras" son así. Endeudados, en espera de un golpe de fortuna que cambie su existencia, no carecen de ingenio. El resultado del asunto es otro cantar.

Tomando como mcguffin una bolsa llena de billetes que no sabemos a quien pertenece ni por qué la han depositado en la taquilla de una sauna la película irá desgranando poco a poco el origen de esta. Con unos chispeantes diálogos y unos personajes que, aún ajustándose a los tópicos, resultan tan divertidos como carismáticos (de la dueña del local con más de un secreto a esa suerte de "Colombo" tocanarices que roba cualquier escena en que aparece) la película supone un adictivo puzle que no pierde la atención del espectador ni por un momento, incluso cuando no le saca todo el partido posible a sus heterogéneos ingredientes.

Dejando a buena parte de su reparto por el camino (no merece la pena encariñarse con ninguno) " Nido de viboras" es una sangrienta fábula moral que juega con nosotros. Una nueva razón para amar a una cinematografía tan interesante como la coreana, que muchos han descubierto recientemente. Un thriller eficaz y sibilino, engañosamente retorcido en su sencillez. Puro entretenimiento: no necesita más.


"Nido de viboras" llega a los cines el 29 de octubre

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