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lunes, 4 de noviembre de 2019

Y DONOSTI ERA UNA FIESTA

Aquellos que bautizaron fiesta del cine esa oferta (que se agradece y mucho) de entradas a 2,90 € durante 3 días no tenían muy claro de que hablaban. Aquellos que conozcan La Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donosti posiblemente concluirán, como yo, que frente a la cita donostiarra se trata de una denominación ambiciosa.
Para los novatos, como es mi caso, este festival es una experiencia completamente nueva. Cintas de rabioso estreno, algunas de las cuales se han podido ver hace apenas semanas o incluso días en festivales como Sitges o el madrileño Nocturna, pueden verse con un espíritu jocoso más próximo a la CutreCon. Cine que se disfruta a tope pero en las antípodas de cualquier sesión de filmoteca, convirtiendo la cinta más terorífica en cachondeo puro y el drama en comedia, y que hacen de la semana una adictiva y anarquista comunión cinematográfica que se ama o se odia pero que, no se puede negar, es auténtica diversión.

Cintas como la triunfadora en Sitges El hoyo o las galardonadas en Nocturna Amigo, fábula con más mala leche que espíritu fantástico y con una vez más increíble Javier Botet, Little monsters, en la que podemos descubrir como la música puede salvarnos de los zombies siempre que un ejército armado no se lo impida, o The furies (que parece augurar secuela), premieres como Deathcember o el regreso de Hideo Nakata al universo Ringu Sadako han podido disfrutarse estos días, entre las que destacaron las premiada por el jurado Bliss, un lisérgico viaje al mundo de la creación artística y Extra ordinary, que se alzó sorprendentemente con el premio del público (en especial por tratarse de una película proyectada a las cinco de la tarde y solo con subtítulos en euskera, lo que hizo disminuir ligeramente el número de espectadores), justo por delante de Why don't you just die!, que estuvo casi hasta el último momento como favorita, y El hoyo.

Pero no solo del largo vive el hombre (y la mujer). En el campo de los cortos hubo de todo, de la ciencia ficción al terror (a los que se sumó la película Deathcember compuesta de 24 cortometrajes en forma de particular calendario de adviento), con galardones para El fin de todas las cosas (español), Maestro (animación), Turn (fantástico europeo, haciéndose candidato para el Méliès), Stray (jurado) The burden (público), O.I. (jurado joven) y La última Navidad del universo (español del público) así como mención para The boogeywoman.
En cuanto a los invitados el festival hizo extraños compañeros de cama. A los equipos de Darlin', Deathcember, El hoyo o la cinta de clausura Ventajas de viajar en tren (http://monigotorium.blogspot.com/2019/10/enajenados-en-un-tren.html) se sumó la presencia del sensei del j-horror Hideo Nakata, pura amabilidad en persona, que trajo la que es ya su cuarta película dedicada a la terrorífica Sadako Yamamura (y que se soprendió notablemente ante el espíritu del festival) así como la de invitados tan dispares como Fernando Esteso, con ocasión de la proyección del muy recomendable documental Sesión salvaje, sobre el cine popular español entre los 60 y 80 (que se estrenará este año y que consiguió lo que casi nadie logra en la semana:que el público la disfrutara en un respetuosos silencio que solo rompían las carcajadas), o Massiel, cuya canción El amor acompaña una de las escenas más sorprendentes de la película Ventajas de viajar en tren.
Y de postre muchas actividades paralelas como el concurso de disfraces en Halloween, el miniconcierto del grupo Havoc y por supuesto exposiciones como la dedicada al dibujante Topor, el homenaje a H.R. Giger Creators of legends o la imprescindible Paul Naschy: una autobiografía en imágenes (en la que tengo el placer de haber participado con un par de ilustraciones  http://monigotorium.blogspot.com/2019/07/flores-de-aconito.html) que todavía pueden disfrutarse durante unos días más. Sin olvidar, por supuesto el ciclo dedicado al Folk horror que
ha dado pie además para un imprescindible volumen coordinado por Jesús Palacios, con rinconcito para clásicos antiguos y modernos como The wicker man o The witch.
La Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donosti cumple así 30 años.... no es tarde para subirse a este tren de la bruja. Que el cine es un asunto muy serio, pero es bueno tomarlo a risa.

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