Translate

viernes, 30 de abril de 2021

REBOBINANDO Y A LO LOCO

 

Todos sabemos que habrá un momento en que las nuevas generaciones, acostumbradas a las plataformas digitales, mirarán los dvds con el mismo gesto de extrañeza con el que mirarían un teléfono con dial o un marciano descendiendo del proverbial platillo.

Por suerte otras (generaciones me refiero) todavía recuerdan (recordamos) con cariño aquella época pretérita, allá por el siglo pasado pero que logró arrastrarse, no sin esfuerzo hasta los albores de este: la era de los videoclubs.

Cualquier amante, o ¿Por qué no decirlo? consumidor compulsivo del séptimo arte tuvo durante años su mejor aliado en estos negocios de barrio que lograba satisfacer las ansias de ese cine fantástico que no llegaba a las salas...amén de inflamar las calenturientas mentes de una caterva de aficionados en plena ebullición hormonal. 

Pero dejemos este segundo grupo en el tintero y centrémonos en el primero. Si recuerdas con cariño esa época de pseudosecuelas mal bautizadas, de engendros gigantes enfrentándose a actores otrora famosos caídos en desgracia y cintas sacadas a rebufo de otras con mayor éxito de crítica y público ha llegado el libro que estabas esperando: Los últimos días del terror de videoclub.

Escrito a cuatro manos por Ignacio L. Vacas y Alberto F. Peláez, muchachotes curtidos en el mundo del corto (¡Y el largo próximamente en sus pantallas! Y no son solo buenos deseos, en breve es pura realidad) y dos de los nombres tras la madrileña sala Artistic Metropol, con la colaboración de César Criado, prólogo de Jimena Sabadú y, para rematar, epílogo de Paco Fox este volumen es un homenaje a todas esas películas alquiladas en virtud de su llamativo cartel o su inclasificable premisa. Cintas que tocan todos los palos del fantástico que aquí se presentan en forma de un compendio de listas que van desde el género vampírico a la invasión de Asylum, pasando por todo un arco de secuelas, psicópatas varios y bicharracos que hacen que la fauna de Chernobyl parezca un cruce de purasangres.

En este volumen encontraremos de todo: películas buenas (como Hatchett, que ya es tetralogía y muy recomendable), menos buenas y realmente infames (estas dejaremos las descubra el lector) pero sobre todo mucho sentido del humor y un conocimiento casi enciclopédico de un género muchas veces denostado (¡Ojo! Que esta gente todavía se acuerda de datos como que Billy Zane era el de Calma total, esquivando esas otras dos películas con cierto barco que se hunde y otra con un tipo de violeta que no era Thanos y se la pegó bien pegada con todo el equipo). Los últimos días del terror de videoclub es un libro que, como dirían en otro universo alternativo, instruye a la vez que deleita. Una pequeña oda a la nostalgia bien ententedida de un mundo que se fue y no volverá pero que hizo que muchos amáramos el cine más allá de los clásicos.



martes, 27 de abril de 2021

LA FOTO DEL AGUA

 

A pesar de ser clave para entender muchos de los sucesos clave del siglo XX el fotoperiodismo no es un medio que ha tenido excesiva representación en el séptimo arte, dejando más el tema de la fotografía a la hora de caracterizar a personajes inquietantes (Retratos de una obsesión) y moviéndose en el terreno de la ficción.
Sin embargo El fotógrafo de Minamata llega para contarnos un hecho real del que se cumplen en 2021 medio siglo: la publicación por parte de la revista Life de las fotografías sobre las consecuencias de los vertidos en las aguas del pueblo japonés de Minamata. Una contaminación de productos químicos entre los que se encontraba mercurio que envenenó a sus habitantes causándoles episodios de parálisis, espasmos y horribles enfermedades congénitas).
Estamos por supuesto ante una película de denuncia. Tomando como punto de partida la llegada a Japón de un fotógrafo americano en horas bajas encarnado por Johnny Depp, que se enfrentará al drama de un pueblo que se debate entre la necesidad de denunciar y exigir una reparación y el recelo a la hora de presentar su intimidad ante un extranjero, la película no vacila a la hora de presentar los aspectos más trágicos. Es fácil sobrecogerse ante una historia como la que presenta, en especial gracias a la labor del gran elenco de secundarios, en su práctica totalidad de origen japonés, que consiguen transmitir toda una gama de sentimientos a una historia que se mueve entre los tópicos propios de toda cinta que presenta la batalla por una causa justa entre un pez pequeño y una gran empresa, sin esquivar sobornos, amenazas y un largo etcétera.
Pero a la película no le beneficia un protagonista que parece confundir rebeldía y chulería, incidiendo demasiado en sus problemas con el alcoholismo y, aún presentándose más comedido que en algunos de sus papeles más célebres, si llegar a fundirse con un personaje que es clave en la trama.
Esta suerte de Erin Brockovich a la nipona destaca más por lo que cuenta que por sus modos a la hora de contarlo. Aunque intente cautivar con la recreación de las fotos reales y presentar profundas sentencias sobre la relación entre la fotografía y la verdad El fotógrafo de Minamata se pierde en más de una ocasión a la hora de presentar una historia cuya premisa tiene verdadera garra. Eso sí, siempre se agradece el poder descubrir episodios históricos que, de nada ser por el poder evocador del séptimo arte, muchas veces quedan en el olvido del gran público...aunque supongan, como es el caso, una lección que jamás se debería olvidar.

El fotógrafo de Minamata llega a los cines españoles  el 30 de abril.

lunes, 26 de abril de 2021

OSQUEANDO 2021

 

Pues otro año de Óscars...sin muchas sorpresas, sin premio para Glenn Close (otra vez...pero es que por el papel por el que ha sido nominada también ha recibido nominación en los razzies. Ahí es nada), con un toque coreano aunque lejos del aluvión del año pasado (para esa robaescenas que es Youn Yuh-Jung, por Minari) y sin que Chadwick Boseman repita la gesta de Ledger con un galardón póstumo, como muchos vaticinaban.
Eso sí, muy, muy repartidos. La película que más premios se ha llevado ha sido Nomadland con mejor película, director ( el segundo de la historia para una mujer) y actriz principal. El resto casi podríamos decir han llegado por parejas con dos para El padre (actor y guión adaptado), Soul (pelicula de animación y banda sonora), Mank (dirección artística y fotografía), La madre del blues (vestuario y maquillaje y peluquería) y Sound of metal (sonido y montaje). Una de las favoritas, ese rape and revenge descafeinado con toques de comedia indie que es Una joven prometedora, consiguió alzarse con el mejor guión original, mientras que otra, El juicio de los 7 de Chicago finalmente se fue de vacío.
Una de las mejores películas de este año ( hasta el momento), Otra ronda, logró uno de los dos premios a los que estaba nominada, mejor film en lengua extranjera, mientras como premio casi testimonial para una cinta que, independiente de la crítica (no me tiréis de la lengua, por favor), ha querido abrir la veda del blockbuster para unos cines que no están en su mejor momento, los mejores efectos especiales han ido a parar a Tenet.

Gala con menor oropel que otros años los Oscars de 2021 han llegado con retraso, pero al menos han llegado. Poco a poco esperemos que un nuevo paso hacia esa normalidad que aún se adivina extraña, y en la que esperemos todas las cintas nominadas puedan disfrutarse en la pantalla grande.



viernes, 23 de abril de 2021

LA SOLEDAD DE LA ESPOSA DE INTERIOR

 

El color, la música, el baile. Casi con seguridad son los primeros rasgos que acudirán a nuestra mente al pensar en el cine hindú. Una multicolor sombra bollywoodense que ha bañado nuestros referentes desde la versión local de thriller a cierto anuncio de refrescos de hace unos años. Pero hay vida más allá del musical, y una de las muchas pruebas es la obra de uno de sus directores más clásicos Charulata. La esposa solitaria, rodada en 1964 por Satyajit Ray.

Drama sentimental protagonizado por la esposa de un hombre rico con aspiraciones periodísticas Charulata es el retrato de una mujer que se debate entre la fidelidad a un esposo que le dedica casi todo tiempo a su periódico y sus sentimientos por su joven y vital cuñado. Con fuertes notas de romance gótico ( a pesar de las diferencias ambientales la imponente mansión en la que moran los protagonistas  o el valor simbólico de las tormentas son elementos fundamentales) su trama llena de matices, que aportan notas tan interesantes como la faceta creativa de la protagonista o el papel de una India que se debate entre la tradición y la modernidad hacen de esta cinta de personajes una historia humana y humanista, capaz de superar las barreras espaciales al enfrentarnos a una película ambientada en la India de finales del XIX.

Pero dejando de lado este fondo emocional nos encontramos ante una película primorosamente concebida que sabe sacar el mejor partido de la profundidad de campo y los planos subjetivos. Sus primeros diez minutos, concebidos casi como cine mudo, con un juego de miradas que deja muy claro en qué terrenos va a moverse nuestra protagonista, son el mejor ejemplo de los valores visuales de una cinta que sabe recrearse en los pequeños detalles, consiguiendo decirlo todo con un plano (las zapatillas) y cautivarnos con la más cotidiana de las escenas.

El regreso de Charulata. La esposa solitaria a la gran pantalla es una magnífica oportunidad para disfrutar de un cine diferente, de una obra discreta que coquetea con la poesía. Cierto que como el cine más popular del Bollywood de hoy contiene música y romance, pero con un espíritu diferente que estimula el deseo de aproximarse a una cinematografía con un alma que supera con creces la etiqueta de exorcismo que más de uno desea adjudicarle.


Charulata. La esposa solitaria llega a los cines el 30 de abril.

martes, 20 de abril de 2021

CASTAÑA LETAL

 

Tenía que pasar. Tarde o temprano, pero si ya se intentó (con nimio éxito) con Street fighter era cuestión de tiempo que la industria volviese a probar suerte con Mortal Kombat, juego que ya supera la decena de entregas pero en el caso de las películas se quedó en dos. Es la hora...del reboot.

Mortal Kombat tiene un buen comienzo. Japón, siglo XVII, escaramuza sangrienta y presentación de dos personajes que luego adivinamos serán de los clásicos de la saga. Pero esto es solo el aperitivo. La película gira rápido a un terreno conocido, el de protagonista en crisis (un luchador profesional en horas bajas) que por supuesto va a enfrentarse a un reto de categoría cuando descubra la existencia (y su vinculación) al torneo del título. 

Una órbita conocída que resulta desaprovechada. Su protagonista tiene el suficiente carisma y los secundarios candidatos a robaescenas se revelan rápido como repetitivos ( un Kano que pretende ser Deadpool y se queda en cuñado primer dan). Y el tan careado conste mortal se queda en una serie de luchas " antes de la pelea" que a la hora de dar el do de pecho se limita a cuatro peleas con distintos ámbitos (como los juegos originales, vaya, que no se diga) que, una vez eliminados algunos de los principales personajes, desembocarán en un gran combate final menos catárquico de lo esperado destinado, si la taquilla lo permite, a abrir la puerta a futuras secuelas.

Sin peleas espectaculares, por mucho que lo pretenda, aunque se agradece ese puntito gore que la serie de juegos ha convertido en marca de la casa (y en más de una ocasión muy gore, fatality mediante. Y por no faltar no falta ni en una escena la misma pronunciación de la palabra) y que hacen de esta una cinta poco recomendable para los más pequeños de la casa, Mortal Kombat no es una de esas cintas destinada a convertir el género de la adaptación de videojuegos en la nueva gallina de los huevos de oro del séptimo arte, como si lo ha hecho la del cómic en los últimos años. Película para consumir y olvidar, floja de ritmo en conjunto pero con escenas más o menos entretenidas por separado. No sabemos si finalmente habrá una continuidad y está subirá el listón pero ¿Quien sabe?. Tiempo al tiempo. 

Mortal Kombat ya está en cines de toda España.


sábado, 17 de abril de 2021

LOS HUMANOS TERRIBLES

 

En el año 1946, además de estrenarse peliculas como Gilda, El sueño eterno, Qué bello es vivir o El crimen de la calle Bordadores, también nació la revista Fotogramas. Para celebrar sus ya 75 años la veterana publicación decidió, entre varias celebraciones y homenajes, hacer una proyección especial de una cinta del año de su nacimiento, una elección que, como podemos ver, no era en absoluto sencilla.

La elegida es un auténtico clásico, una película fantástica en más de un sentido que consigue hipnotizar con un imaginario visual único. Estrenada en España cuatro años después de su paso por Cannes y generadora en su momento de un innovador reportaje gráfico en la homenajeada revista se trata de una de las obras maestras de su director: La bella y la bestia de Jean Cocteau.

La definición es fácil: se trata de un auténtico cuento de hadas. Aun siendo la primera de toda una serie de adaptaciones, alguna directamente risible, entre las que destaca esa versión animada que encandiló a niños y adultos (de su remake en imagen real mejor ni hablamos), la fábula de Cocteau logró sentar el tono para todas las que habrían de venir después, con su bestia felina y su barroquizante castillo encantado.

Verdadero derroche de imaginación La bella y la bestia hace gala de unos increíbles decorados y dirección artística que parecen salidos directamente de un grabado, a lo que contribuye poderosamente un delicado blanco y negro que hace brillar al personaje de Bella mientras deja a la bestia casi eternamente en la penumbra, y unos creativos efectos especiales herederos directos de esos padres del fantástico que son Méliès y Chomón. Todo al servicio de una tenebrosa atmósfera que hace del castillo una atmósfera mítica que contrasta poderosamente con el hogar de la protagonista, en el que no faltan unas hermanas a la altura de las hermanastras de Cenicienta, reforzando si puede aún más su carácter de cuento.

La misma película pide antes de su comienzo suspensión de incredulidad, para disfrutar de ella como solo hacen los niños. No lo necesita. Habrán pasado ya 75 años pero seguimos estando ante una obra que es pura magia en cada imagen. Puede que alguien piense que algunos elementos han envejecido mal (el efecto de la conversión de la bestia en príncipe...no creo que esté haciendo ningún spoiler) y que algunas, digamos, convenciones sociales nos parezcan más propias de la prehistoria que del siglo en que se desarrolla el film (esa "abnegación" de la protagonista capaz de un celibato laico para servir a padre y hermanos) pero eso también debe entrar en  nuestra órbita de suspensión de incredulidad. La película es deliciosa y esta versión, fruto de una limpieza y remasterización de 2013, saca la mejor cara de esta maravillosa película que supo crear escuela sin dejar de ser un cuento.



jueves, 15 de abril de 2021

Y ASÍ IBA LA COSA

 


Siempre he sido amante de los cómics, aunque no toda la vida de los de superhéroes, pero he de reconocer que tengo debilidad por verlos en la gran pantalla.
Y aunque he visto casi de todo (he de reconocer que debo ser la única criatura sobre la tierra que no ha visto todavía el Snyder's cut...bueno, del tipo que nos interesan estas cosas), desde la noticia Superman de Donner a la secuela de Wonder woman, pasando por bizarradas como el Spiderman turco a ese intento de hacer un spin-off de ese Daredevil que tampoco triunfó que era Elektra, todavía tenía una deuda con el género. ¿Su nombre? Los cuatro fantásticos de 1994.
Las cintas dedicadas al cuarteto superheroico por excelencia nunca han tenido excesiva fortuna. Tres intentos, tres, en forma de presentación, secuela con Estela plateada incluído y nuevo intento de reinicio en tono más oscuro no lograron enamorar ni al público ni a la crítica. Y digo tres porque éstas fueron las que llegaron a la gran pantalla.
La película que nos ocupa en cambio es una obra maldita, una cinta rodada para no exhibirse con el único objetivo de mantener los derechos de autor. Un secreto a grito pelado...y más teniendo en cuenta que aparece en un momento en que el concepto película de Marvel era veneno para la taquilla, cuatro años después de la anticatárquics Capitán América y cuatro años antes de la llegada de Blade, la primera de la casa de las ideas que demostró que otro cine, además de Batman y Superman, era posible.
Los cuatro fantásticos, producida por Roger Corman, respeta los principios básicos. Además del cuarteto protagonista, retornados del espacio con poderes y un puñado de problemas, añade al cocktail al villano por antonomasia, el Doctor Muerte, y la novia eterna (hasta hace relativamente poco, todo hay que decirlo) de la Cosa, la escultora ciega Alicia. Hasta aquí todo correcto, pero es que además de un acabado visual y efectos especiales que nos pueden hacer pensar que se ha rodado varios años antes, la película pronto se revela como una auténtica sarta de despropósitos.
Secundarios gratuitos como el joyero (!), creador de una suerte de corte de los milagros y que añade un tono si cabe más infantil si cabe al conjunto, son el menor de los problemas de una historia simplona llena de lagunas (la transformación de La cosa cuando se reencuentra con una Alicia que lleva el asunto del amor platónico a otro nivel). Tampoco ayudan unos actores que en su mayoría intentan mantener el tipo ante unos diálogos sonrojantes ( la explicación de por qué tienen esos poderes concretos de Richards) y unos personajes que se salen continuamente del tiesto, desde una antorcha humana que parece haberse preparado para el papel por vía nasal a un Muerte con vocación de humorista.
Es posible que los fans encuentren (encontremos) algún homenaje cariñoso con el original, como el diseño de los uniformes (creados por la mujer invisible...igualdad ante todo), pero estos cuatro fantásticos, hablando de manera fina, flaco favor hicieron a un género que en aquel momento no acababa de despegar. Eso sí, bien merece darle una oportunidad si lo que realmente queremos pasar media hora de cachondeo a costa de una película cuyo mismo título parece puesto a mala baba...hasta se ha ganado el derecho de generar un documental:  Doomed, the untold story of Roger Corman's Fantastic four, que parece ser el complemento ideal para ver tras la película. Va a ser que todavía tengo otra deuda pendiente. 


martes, 13 de abril de 2021

LAS CENIZAS DE SHANE

 

Uno puede huir de los tópicos. O zambullirse completamente en ellos y disfrutarlo. Así es la historia del líder de una banda tan mítica como The pogues, y así nos la cuenta el documental Crock of gold: bebiendo con Shane McGowan.

Aunque es posible que de entrada el nombre de este compositor e intérprete no le suene al grueso del gran público es indudable que su música sí lo hace. Este es el gancho para llevarnos a un psicodélico recorrido por una carrera plagada de buena música, grandes excesos y polémicas. Una historia que arranca de los albores de la historia contemporánea irlandesa, las leyendas de la isla esmeralda y de un McGowan criado en una casa rural para conducirnos a la escena punk londinense más salvaje,  pasar a un autodestructivo tour mundial y culminar en un presente en el que no faltan los homenajes.

Documental sin tabúes, dejando la voz cantante (y nunca mejor dicho) a su protagonista, a través de diálogos con un heterogéneo grupo de interlocutores ( incluyendo un Johnny Depp que también trabaja como productor, y no es la mayor sorpresa) y numeroso material de archivo. Pero tampoco dejará de lado las recreaciones, la mayoría en forma de escenas animadas de diversos estilos, desde el corte " Blake" al pseudoanime, y que aportan un buen toque de frescura al conjunto, muy en sintonía con el espíritu punk que baña la cinta.

 Un humor a prueba de bomba que huye de lo políticamente correcto, una deliciosa banda sonora y un gran sentido del ritmo que hace que sus más de dos horas de duración se pasen en un suspiro son las señas de identidad de una película que se disfruta aunque no se sea un entendido musical o un admirador nato de la música de los setenta y los 80. Un etílico viaje que merece hacerse al menos una vez la vida.


Crock of gold: bebiendo con Shane McGowan llega a los cines el 16 de abril.

sábado, 10 de abril de 2021

EL PEQUEÑO INVERNADERO DE LOS HORRORES

 

Esta película viene con advertencia: si tiene ganas de verla y le da mínimamente repelús cualquier tipo de insecto mejor dejarla pasar e ir a ver una de esas nominadas al Oscar o la última de monstruos gigantes. La que sea. Y es que en este caso enfrentarse a La nube, ganadora de dos premios en Sitges, puede convertirse en una experiencia bastante traumática. Al mismo nivel que ver Serpientes en un avión si se siente fobia por los oficios. 

Para el resto de la humanidad La nube es una cinta que puede verse a dos niveles. Por un lado el drama de una mujer viuda, madre de dos hijos y propietaria de una pequeña explotación de saltamontes, que intenta cada día sacar adelante su pequeño negocio con poca suerte y muchos obstáculos. Por otro una inquietante  fábula de terror en la que no faltan imágenes perturbadoras. Un cuento moral sobre la ambición que acaba convirtiendo un apocalipsis a pequeña escala, plaga bíblica incluída, cuando su protagonista descubra accidentalmente un siniestro modo de impulsar su negocio.

La nube es una de esas historias que pone al límite a sus personajes, tanto a nivel psicológico como físico, llevándolos a comulgar con tabús inesperados en un primer momento, en un nivel similar a otras cintas del fantástico como Crudo o Mártires. Un terreno resbaladizo que logra hacer creíble un reparto que sabe adaptarse a una historia cuyo punto de arranque nos resulta familiar, y cuyo desarrollo en más de un momento sigue derroteros que podríamos preveer, pero que aún así consigue sorprendernos.

Aunque el cine fantástico nos lleva mucho tiempo acostumbrando al horror con bicho La nube logra regalarnos imágenes de esas que se quedan en la retina del espectador, recordándonos que un ser en principio tan inofensivo como un saltamontes puede convertirse en la proverbial nube de langosta capaz de arrasar cultivos (y en este caso mucho más) y mostrando una interesante vuelta al tema del elemento cotidiano que se torna algo monstruoso. Una opción más que recomendable para los amantes del terror con un punto original sin renunciar a cierto espíritu clásico. 

La nube puede verse ya en cines de toda España..