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jueves, 7 de noviembre de 2019

EN LA PLAYA SOLO DE DIA

Hay pocas experiencias tan terribles como perder a un hijo. Es más, recuerdo haber oído en dos películas de estreno, una española y otra americana, en menos de una semana que lo es tanto que ni siquiera, como sí sucede en los casos de huérfano o viuda, existe un nombre para ello. Madre nos lleva a este estado diez años después de la pérdida.
La magia de los premios (mejor corto en los Goya de 2017 y nominación el año siguiente a los Óscar) hace que Madre de Sorogoyen ya les suene a más de uno. Revisión y prolongación del corto homónimo esta nueva Madre (que no Madre!, el polémico trabajo de Aronofsky) recupera a la protagonista del mismo para volver a contarnos la angustiosa historia de esta mujer que asiste por vía telefónica al drama de su hijo perdido de seis años en una playa desconocida. Unos minutos de una gran inmensidad emocional que son apenas el aperitivo de la historia de esa misma mujer que durante los diez años siguientes ha intentado rehacer su vida junto a la misma playa en la que desapareció su hijo con un nuevo trabajo, una nueva casa y una nueva pareja, pero a la que no dejan de atormentar unos demonios que jamás se fueron y que adquirirán una nueva fuerza cuando ella conoce a un joven surfista francés que tendría la edad de su hijo si este no hubiera desaparecido y que le recuerda poderosamente a este.
Madre es estrictamente una película de personajes. Personajes rotos, heridos por el destino y las malas decisiones. Una puesta en escena sobria en la que la cámara mantiene la estabilidad solo para enloquecer en las escenas de mayor tensión (la última visita al chalet, la discusión en el coche...) dando peso a unos protagonistas terriblemente humanos que se sienten tan perdidos a nivel enmocional como el niño cuya pérdida abre la cinta y que pueden reaccionar de modos tan inesperados como violentos. Roles complejos interpretados por un elenco de actores que constituyen los mejor de la película y entre los que sin duda destaca su protagonista Marta Nieto, que sabe dar vida a todos los matices de una mujer a la que la vida ha convertido en una fiera tranquila pero todavía dispuesta a morder.
La película no abre nuevas encrucijadas respecto al episodio que le da pie y que constituía toda la trama del premiado corto. No nos darán nuevas pistas sobre que ocurrió con el pobre niño perdido ni nos mostrará el duelo inmediatamente posterior de sus padres. Esta nueva historia se permite abrazar una distancia prudencial de diez años (más de de los que tenía el pequeño, habiendo pasado más tiempo sus progenitores sin él que con él) para contarnos una historia de redescubrimiento que se mueve en la compleja línea entre el perdón y la venganza con ligeros toques de (falso) incesto. Un interesante giro inesperado que, aunque en má de una ocasión pierde el vibrante ritmo que abre la cinta e incluso se pierde en cortes intimistas que además de aportar poco a la trama lastran el relato, explora la psique de sus personajes sin hacer que el espectador nunca pierda del todo el interés en una historia que no remienda el pasado pero sí puede abrir una puerta a un futuro esperanzador...o sumirla en una mayor tragedia.

Madre llega a los cines el 15 de noviembre.

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