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viernes, 29 de noviembre de 2019

LA GUERRA DE LOS STEWART

No hay nada que una mujer no pueda hacer. Con este mensaje, con el que no puedo estar más de acuerdo, se abre la nueva entrega ( estoy tentada de llamarlo reboot, pero un detallito del argumento indica otra cosa) de Los ángeles de Charlie. Pero aunque los tiempos cambien, esperemos que para mejor, el cine en ocasiones no lo hace tanto...y para más inri algún producto de higiene íntima también ha usado frases similares y no precisamente para pasar a las historia del feminismo.
Nunca viví el boom de las ángeles originales, a pesar de las reposiciones. Pero entiendo el impacto que pudieron causar en su momento, de tal modo que han quedado como precedente de tantas heroínas de armas tomar en la pequeña y gran pantalla como Xena, la novia o Wonder woman por citar algunas. Esta nueva entrega, con nuevo equipo y bajo la batuta de una Elizabeth Banks que se reserva el papel de Bosley en la trama ( haciendo que habitual trío casi mude en cuarteto) tiene todos los ingredientes de sus antecesoras en cine y televisión. Asi nos encontramos protagonistas fuertes y atractivas (hasta le sacan buen partido a una Kristen Stewart que parece tener serios problemas con su peluquero), destinos internacionales, persecuciones mortales y un largo etcétera que ya nos resulta familiar del cine de agentes secretos, dobles agentes y villanos con tensión erótica incluidos (aunque en este caso pasando por el supervestidor, y no es metáfora). Pero tras un prólogo que intenta dejar su mensaje muy claro (tal vez excesivamente) y que tiene un punto divertido e incluso circense nos encontramos con una trama tópica y, aunque de ejecución correcta (se han gastado pasta y se nota), que va perdiendo ritmo a medida avanzada película, hasta llegar a un final menos catárquico de lo esperado.
Los ángeles de Charlie es un producto de manual. Una película que provoca en el espectador una continua sensación de déjà vu, y no precisamente por tratarse de parte de una franquicia. De esas con cliente en peligro que hay que llevar al punto A y que descubren en realidad tienen que ir al C no sin luchar en el B. Cinta con muchos ingredientes para convertirse en un blockbuster (y seguramente dará para secuela) se queda en la puerta, alcanzando cotas de vergüenza ajena en su concepción del sentido del humor (el show de las pelucas para colarse en los laboratorios de turno), con algún guiño ligeramente incomprensible (las fotos del personaje de Stewart con las anteriores ángeles...parecen obra del cuñado de alguno practicando para el curso de photoshop) y sin llegar al grado de espectacularidad que hemos encontrado en otros films de hornada similar. Es fantástico encontrar personajes femeninos llenos de recursos (y que pasan de sobra el test de Bechdel, por supuesto) en el cine, pero eso no basta para dar entidad a un guión que ni aporta nada al género ni consigue el grado de complicidad que tanto beneficia al cine de acción. Aunque hay que reconocer que estos ángeles si hacen honor a su primera escena: una mujer lo puede todo, hasta decepcionar como alguna otra película cargada de testosterona.


Los angeles de Charlie llegan a los cines el 5 de diciembre.

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