Tras los primeros avances la 16 Muestra SyFy ha confirmado su programación completa. A las deseadas Escape room, que cerrará el ciclo, o Assassination nation, entre otras, se suman propuestas del fantastfan patrio como El año de la plaga o Compulsión, sorpresas bizarras como Littlest reich o pequeños clásicos como La familia Addams, el anime en forma de Quiero comerme tu páncreas que podrá verse en la matinal del sábado.
Pero el sorpresón llega con la apertura en forma de la proyección de Capitana Marvel, la esperada vuelta al universo idem.
Así que ya sólo queda una semana...muy pronto más en http://monigotorium.blogspot.com y https://www.syfy.es/noticias/programacion-completa-16-muestra-syfy-de-cine-fantastico-7-al-10-de-marzo-de-2019.
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jueves, 28 de febrero de 2019
EL LECTOR FELIZ
Y como decían los Monty Python ahora algo completamente diferente.
En Monigotorium amamos el cine. Es un secreto a gritos, que viene a ser que secreto no es, pero como su nombre indica, en Monigotorium adoramos los monigotes y por tanto los tebeos. Eso que ahora todo quisque denomina cómic.
Así que vamos a meternos en un nuevo berenjenal añadiendo a nuestras habituales críticas de cine otras dedicadas al noveno arte. Y en pleno boom de los y súperheroes no se me ocurre mejor manera de dar el pistoletazo de salida que con...Pumby, el gatito feliz. Que no solo de Capitana Marvel vive el fan.
Para aquellos a los que no les suene, o apenas remotamente, Pumby es el gran clásico de la historieta infantil valenciana. Publicado durante más de 25 años en múltiples formatos, incluyendo numerosas revistas con su propio nombre en cabecera (como Pumby o Super Pumby), la creación de José Sanchis Grau hizo felices a los niños con unas aventuras que le llevaron al infinito y más alla, acompañado por sus inseparables amigos Blanquita y el Profesor Chivete.
Aunque puede que Sanchis, especialmente para aquellos que no sean (seamos) de la Comunidad Valenciana o no hayan (hayamos) veraneando lo bastante en ella, nos suene por otros personajes de su dilatada trayectoria (para mí el Sanchis de mi infancia siempre será el de Robin Robot) es con la fantasía y el armonioso dibujo de esta obra con la que el artista deja impronta en la historia de la historieta española, con un trabajo que no debe asustar al lector más reticente con su etiqueta de tebeo infantil, constituyendo uno de esos tebeos capaces de deleitar a niños y adultos por igual.
Para aquellos que no hayamos podido disfrutar de Pumby en su edad dorada (y por supuesto aquellos que anhelen volver a encontrarse con el héroe de su infancia y tal vez de paso presentárselo a las nuevas generaciones) la editorial Dolmen dentro de su colección Fuera Borda, que ya lleva más de cuatro años editando numerosos clásicos como Natacha o Los hombrecitos, y que añade a su catálogo Pumby.
Por el momento Pumby ha aparecido en forma de tres volúmenes (el último hace apenas unos días y en espera del cuarto) con una selección de historietas sin orden cronológico, en una edición restaurada y acompañada de extras que nos permitan conocer mejor la figura de nuestra héroe, que con un aspecto con guiños iniciales a la estética de la animación disneyniana (ahí estan esos guantes blanco) sin embargo se revela como todo un héroe de acción, capaz de viajar a diversos planetas, universos fantásticos y algún bizarro universo alternativo para ayudar a sus amigos.
En las aventuras de Pumby para lo único que no hay sitio es para el aburrimiento. Ingeniosos criminales y algún profesor loco ponen contiuamente en jaque a nuestro héroe que de repente puede encontrarse emulando las aventuras de Phileas Fogg, ayudando a un caracol gigante o viajando al país de los sueños (muérete de envidia Nolan) e incluso convertirse en un auténtico superhéroe con poderes incluidos y un look cuya capa incluso puede recordarnos a Doctor Extraños.
En terrenos vecinos a los de la ciencia ficción, sosias de Flash Gordon incluidos, y al surrealismo, llegando hasta a pasar de la tercera a la segunda dimensión, sin renunciar a un sentido del humor marca de la casa Pumby se convierte en una lectura más que recomendable, con un ágil dibujo capaz de insuflar vida a mundos increíbles y a toda una pléyade de increíbles secundarios entre los que no faltan extraterrestres, seres mitológicos o animales capaces de cambiar de forma.
Pumby es una de esas obras por desgracia poco conocidas que merecen dar el paso más allá. La cuidada propuesta de Fuera Borda es la excusa precisa que necesitábamos. Una gran oportunidad para reencontrarnos con el niño lector que todavía somos, y sumergirnos en uno de nuestros universos favoritos: el de la fantasía pura y dura.
Más información en https://dolmeneditorial.com/catalogo/comics/fuera-borda/
lunes, 25 de febrero de 2019
SOY CURIOSO AMARILLO
Cuentan que cuando Peter Ustinov se presentó al papel de Nerón de Quo Vadis? en un principio argumentaron no era adecuado para el papel por su edad alo que el actor pidió tuvieran paciencia, ya que él contaba por aquel entonces 28 años y el emperador romano, a pesar de lo que nos pueda pasar en principio por la cabeza (y a los responsables del casting, sea todo dicho), apenas contaba 30 cuando murió. En el caso de Van Gogh. A las puertas de la eternidad nos ponemos en el otro extremo. Por un lado tenemos un artista, Van Gogh, que falleció con apenas 37 años, y por otro lado un intérprete que por edad...siendo realistas aunque no sé si muy finos, podría ser su padre. Sin embargo vista la labor de Dafoe, nominada al Globo de oro y al Óscar, pocos peros se le pueden poner a una interpretación que consigue transmitir auténtica profundidad al personaje.
Julian Schnabel, artista y ya habitual de los biopics sobre artistas, nos sumerge en su vertiente más convencional para contarnos la historia del pintor holandés, centrándose en los años que pasó en Arles y Auvers-sur-Oise, pasando por el período que estuvo recluido en el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence.
Posándose ligeramente sobre las inquietudes religiosas del creador la cinta se centra en su búsqueda de la belleza, en una continua disertación, compartida y rebatida por personajes como Gauguin o su hermano Theo (un punto aparte es la agradable aparición de Mads Mikkelsen, en el papel de un sacerdote enviado para evaluar el estado mental del artista), convirtiendo la película en un destacable análisis del papel del arte y la importancia del artista así como el poder vital y sanador de la creación.
Aunque hay momentos en que la mano de Schnabel se deja guiar por manierismos como una cámara que casi parece enloquecer rotando sobre sí o intentando dotar de realismo un plano subjetivo o incluso se permite una suerte de "VanGoghvisión" distorsionando parte de la imagen o bañándola en un filtro amarillo que en ocasiones hasta duele (no es raro todavía encontrar a alguno...er, no sé con que término calificarlo, que afirma que Van Gogh pintaba en amarillo porque estaba loco...pero esto es pasarse) esto no consigue lastrar una película que constituye una interesante aproximación a uno de los pintores más populares de la historia del arte,sin renunciar a episodios más siniestros como el internamiento en Saint-Remy...si bien incluso podemos encontrar algún matiz surrealista como la explicación de la muerte del pintor...cuyos detalles aquí no revelaremos
Pero sin duda esta película no tendría el mínimo de su fuerza sin la presencia de un Willem Dafoe que consigue domar al personaje, dotándole de toda la intensidad y contención que requiere. Un Dafoe que nos hace olvidar el auténtico rostro del artista, aunque haya más de un plano que intente reproducir alguno de sus autorretratos, para imponernos su presencia, haciéndonos casi pasar de largo del icónico loco del pelo rojo.
Van Gogh. A las puertas de la eternidad es una película para amantes del arte, un discurso sobre el poder de la creación en el que podríamos pensar el pintor holandés es una mera excusa pero que consigue aunar con tino biografía y filosofía, haciendo que disfrutar del arte en el cine, como siempre, sea un placer, con o sin licencias artísticas.
Van Gogh. A las puertas de la eternidad llega a los cines españoles el 1 de Marzo.
Julian Schnabel, artista y ya habitual de los biopics sobre artistas, nos sumerge en su vertiente más convencional para contarnos la historia del pintor holandés, centrándose en los años que pasó en Arles y Auvers-sur-Oise, pasando por el período que estuvo recluido en el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence.
Posándose ligeramente sobre las inquietudes religiosas del creador la cinta se centra en su búsqueda de la belleza, en una continua disertación, compartida y rebatida por personajes como Gauguin o su hermano Theo (un punto aparte es la agradable aparición de Mads Mikkelsen, en el papel de un sacerdote enviado para evaluar el estado mental del artista), convirtiendo la película en un destacable análisis del papel del arte y la importancia del artista así como el poder vital y sanador de la creación.
Aunque hay momentos en que la mano de Schnabel se deja guiar por manierismos como una cámara que casi parece enloquecer rotando sobre sí o intentando dotar de realismo un plano subjetivo o incluso se permite una suerte de "VanGoghvisión" distorsionando parte de la imagen o bañándola en un filtro amarillo que en ocasiones hasta duele (no es raro todavía encontrar a alguno...er, no sé con que término calificarlo, que afirma que Van Gogh pintaba en amarillo porque estaba loco...pero esto es pasarse) esto no consigue lastrar una película que constituye una interesante aproximación a uno de los pintores más populares de la historia del arte,sin renunciar a episodios más siniestros como el internamiento en Saint-Remy...si bien incluso podemos encontrar algún matiz surrealista como la explicación de la muerte del pintor...cuyos detalles aquí no revelaremos
Pero sin duda esta película no tendría el mínimo de su fuerza sin la presencia de un Willem Dafoe que consigue domar al personaje, dotándole de toda la intensidad y contención que requiere. Un Dafoe que nos hace olvidar el auténtico rostro del artista, aunque haya más de un plano que intente reproducir alguno de sus autorretratos, para imponernos su presencia, haciéndonos casi pasar de largo del icónico loco del pelo rojo.
Van Gogh. A las puertas de la eternidad es una película para amantes del arte, un discurso sobre el poder de la creación en el que podríamos pensar el pintor holandés es una mera excusa pero que consigue aunar con tino biografía y filosofía, haciendo que disfrutar del arte en el cine, como siempre, sea un placer, con o sin licencias artísticas.
Van Gogh. A las puertas de la eternidad llega a los cines españoles el 1 de Marzo.
jueves, 21 de febrero de 2019
GIRASOL SE LLAMA MI AMOR
Van Gogh es uno de esos artistas que es como un boomerang: no importa donde vaya que siempre volverá. Y, como hemos podido comprobar en cintas como Loving Vincent o Los sueños de Akira Kurosawa ni siquiera sabemos en qué forma.
Van Gogh. De los campos de trigo bajo los cielos nublados nos llega bajo una etiqueta más clásica, la del documental, nuevamente bajo la tan agradecida iniciativa de la propuesta Arte en el cine. Sin ser el primero dedicado a la figura del artista holandés el documental toma como punto de partida la colección Kröller-Müller, creada por una adinerada amante del arte que se identificó de tal modo con el pintor y su visión del mundo que acabó consagrándole, no sin esfuerzo, un museo en el que también se puede disfrutar de una exquisita muestra del arte de la época incluyendo obras de artistas como Seurat.
Este es el original arranque de una cinta que sabe centrarse en el componente emocional de la trayectoria de Van Gogh, de su vinculación con la naturaleza y sus fuertes convinciones religiosas, a la vez que nos lleva por el laborioso proceso de trabajo que conlleva el montaje de una exposición, en este caso la que tuvo como marco la Basílica Palladiana de Vincenza, añadiendo un punto muy original a una obra que, sin renunciar a los tópicos que ya conocemos (que sin embargo sabe analizar con inteligencia) sabe presentarnos elementos menos conocidos como su trayectoria como dibujante.
Van Gogh. De los campos de trigo bajo los cielos nublados, a diferencia de otros documentales de los que hemos podido disfrutar recientemente, es una obra que renuncia a las recreaciones hechas por actores (salvo una breve escena con una campesina en la que no hay ni rastro de Van Gogh), para contarnos una historia en las propias palabras del artista, merced a sus numerosas cartas, con mimo por la imagen (ahí está esa escena casi poética en la que asistimos a como se apagan una a una las luces de la exposición), sabiendo aunar lo conocido con lo inédito para crear un fresco tapiz, rico en colores, de la vida del artista. Sí, de Van Gogh hemos podido disfrutar ya de un buen puñado de documentales, pero este, esbozado con mimo, consigue tanto deleitar a los amantes de su obra como despertar el interés por aspectos menos conocidos de la misma, consiguiendo que esperemos con ganas nuevas propuestas de este placer que es disfrutar del arte con mayúsculas en el cine.
Van Gogh. De los campos de trigo bajo cielos nublados podrá verse en las pantallas españolas el 25 y 26 de febrero.
Van Gogh. De los campos de trigo bajo los cielos nublados nos llega bajo una etiqueta más clásica, la del documental, nuevamente bajo la tan agradecida iniciativa de la propuesta Arte en el cine. Sin ser el primero dedicado a la figura del artista holandés el documental toma como punto de partida la colección Kröller-Müller, creada por una adinerada amante del arte que se identificó de tal modo con el pintor y su visión del mundo que acabó consagrándole, no sin esfuerzo, un museo en el que también se puede disfrutar de una exquisita muestra del arte de la época incluyendo obras de artistas como Seurat.
Este es el original arranque de una cinta que sabe centrarse en el componente emocional de la trayectoria de Van Gogh, de su vinculación con la naturaleza y sus fuertes convinciones religiosas, a la vez que nos lleva por el laborioso proceso de trabajo que conlleva el montaje de una exposición, en este caso la que tuvo como marco la Basílica Palladiana de Vincenza, añadiendo un punto muy original a una obra que, sin renunciar a los tópicos que ya conocemos (que sin embargo sabe analizar con inteligencia) sabe presentarnos elementos menos conocidos como su trayectoria como dibujante.
Van Gogh. De los campos de trigo bajo los cielos nublados, a diferencia de otros documentales de los que hemos podido disfrutar recientemente, es una obra que renuncia a las recreaciones hechas por actores (salvo una breve escena con una campesina en la que no hay ni rastro de Van Gogh), para contarnos una historia en las propias palabras del artista, merced a sus numerosas cartas, con mimo por la imagen (ahí está esa escena casi poética en la que asistimos a como se apagan una a una las luces de la exposición), sabiendo aunar lo conocido con lo inédito para crear un fresco tapiz, rico en colores, de la vida del artista. Sí, de Van Gogh hemos podido disfrutar ya de un buen puñado de documentales, pero este, esbozado con mimo, consigue tanto deleitar a los amantes de su obra como despertar el interés por aspectos menos conocidos de la misma, consiguiendo que esperemos con ganas nuevas propuestas de este placer que es disfrutar del arte con mayúsculas en el cine.
Van Gogh. De los campos de trigo bajo cielos nublados podrá verse en las pantallas españolas el 25 y 26 de febrero.
martes, 19 de febrero de 2019
NOTA MENTAL QUERIDO WATSON
Resulta llamativo que el mejor gag de una comedia sea precisamente el que la abre. Como no me gusta destripar ni películas ni adelantar acontecimientos (aunque tal vez podría señalar que esa frase, con el remate de donde precede está a la altura del "viejo proverbio klingon" de Kill Bill vol.1) mejor recapitulemos. Sherlock Holmes, el detective por antonomasia (y no diré el padre, porque tal honor creo corresponde a un tal Poe y su legendario Monsieur Dupin) ha sido un personaje de los que han hecho grande el cine, y como tal, al gual que otras creaciones de altura como Drácula o el Doctor Jekyll, objeto e inspiración de numerosas parodias y comedias, incluyendo películas tan deliciosas como La vida secreta de Sherlock Holmes. Pues bien, Holmes & Watson juega en otra liga.
Un despropósito en el que no faltan ni los chistes de fluidos, ni la comedia física tipo elefante en cacharrería (ah...cada día te echamos más de menos, Leslie Nielsen) ni alguna coña flojilla a costa de la política actual de los States (como ese fez con el texto "Hacer Bretaña grande otra vez" o alguna referencia a cierto mandamás), y en la que en medio de numerosos chistes sin gracia, guiñitos a las entregas de Guy Ritchie incluidos, echamos de menos un poquito de sentido del ritmo.
Tampoco se puede decir que todo en el resultado total de una película que se nota que aspiraba a mucho más es desdeñable. Sorprende una cuidada dirección artística y vestuario, así como una canción muy bien ejecutada en el momento álgido de la trama (por favor un musical ya...con un guión decente, si no es mucho pedir). Pero lo más destacable son sus secundarios, con un Ralph Fiennes a la cabeza con gran presencia o un Hugh Laurie que nos recuerda a sus buenos tiempos en la muy recomendable serie La víbora negra (para el que le suene algo aquella en la que Rowan Atkinson era el payaso listo y Laurie el tonto a lo largo de los grandes episodios de la historia de Inglaterra), todos más desaprovechados de lo que podría esperarse. Aunque siempre nos quedará esa sorpresa de encontrar a Billy Zane de nuevo a bordo de cierto barco ante el que los propios personajes no pueden menos que exclamar "¡Anda! es el malo de Titanic".
Holmes & Watson es una de esas comedias que si bien en más de un momento pueden arrancar una sonrisa son fácilmente olvidables. Cintas a las que les cuesta menos hacer chistes repetitivos sobre el onanismo (y eso que el tema ha dado grandes gags...ahi está Algo pasa con Mary) que sacarle el jugo (no, esto no va con segundas) a la flema sherlockiana. Una película de esas recomendables para ver con amigos en según que estados de excitación pero a la que, en más de un momento, le queda grande la definición de comedia.
Holmes & Watson llega a las pantallas españolas el 22 de febrero.
(Sí, en esta película solo
falta que la Reina tenga
faltas de ortografía...)
Nominada a seis flamante razzies este nuevo acercamiento a una de las parejas inmortales del imaginario colectivo reune nuevamente a los protagonistas de Hermanos por pelotas, Will Ferrel y John C. Reilly (y de paso en una curiosa continuidad a sus dobladores en aquella, Santiago Segura y Florentino Fernández) bajo la batuta de Etan Cohen (ojo NO Ethan Coen, de los Coen de toda la vida) en una aturullada comedia capaz de meter a la Reina Victoria en el Titanic y a Mark Twain en la cama de la Señora Hudson. Un despropósito en el que no faltan ni los chistes de fluidos, ni la comedia física tipo elefante en cacharrería (ah...cada día te echamos más de menos, Leslie Nielsen) ni alguna coña flojilla a costa de la política actual de los States (como ese fez con el texto "Hacer Bretaña grande otra vez" o alguna referencia a cierto mandamás), y en la que en medio de numerosos chistes sin gracia, guiñitos a las entregas de Guy Ritchie incluidos, echamos de menos un poquito de sentido del ritmo.
Tampoco se puede decir que todo en el resultado total de una película que se nota que aspiraba a mucho más es desdeñable. Sorprende una cuidada dirección artística y vestuario, así como una canción muy bien ejecutada en el momento álgido de la trama (por favor un musical ya...con un guión decente, si no es mucho pedir). Pero lo más destacable son sus secundarios, con un Ralph Fiennes a la cabeza con gran presencia o un Hugh Laurie que nos recuerda a sus buenos tiempos en la muy recomendable serie La víbora negra (para el que le suene algo aquella en la que Rowan Atkinson era el payaso listo y Laurie el tonto a lo largo de los grandes episodios de la historia de Inglaterra), todos más desaprovechados de lo que podría esperarse. Aunque siempre nos quedará esa sorpresa de encontrar a Billy Zane de nuevo a bordo de cierto barco ante el que los propios personajes no pueden menos que exclamar "¡Anda! es el malo de Titanic".
Holmes & Watson es una de esas comedias que si bien en más de un momento pueden arrancar una sonrisa son fácilmente olvidables. Cintas a las que les cuesta menos hacer chistes repetitivos sobre el onanismo (y eso que el tema ha dado grandes gags...ahi está Algo pasa con Mary) que sacarle el jugo (no, esto no va con segundas) a la flema sherlockiana. Una película de esas recomendables para ver con amigos en según que estados de excitación pero a la que, en más de un momento, le queda grande la definición de comedia.
Holmes & Watson llega a las pantallas españolas el 22 de febrero.
lunes, 18 de febrero de 2019
PINCELADAS DE REALIDAD
La sombra del pasado. Un título que teniendo en cuenta la trayectoria de su director, en esta ocasión también guonista, puede sonarnos hasta irónico. Podríamos decir que Florian Henckel Von Donnersmarck, tiene en realidad dos sombras en su pasado: la oscarizada La vida de los otros y la más olvidable El turista (sí, esa con Johnny Depp y Angelina Jolie), ya que a esas dos obras se ciñe hasta el momento la trayectoria de este cineasta...más de tres horas tenemos por delante para descubrir a que esquina se aproxima su nueva película.
La sombra del pasado es una cinta que parece querer bifurcarse en dos episodios que se chocan por sus extemos. Por un lado un potente drama sentimental que nos arrastra de los años previos a la II Guerra Mundial a la Alemania del muro en el que un una joven pareja se enfrenta a las oscuras intenciones del padre de ella, médico y antiguo miembro de la jerarquía nazi. Por otro la trayectoria vital de un joven pintor que ve como la política y el mundo quieren alterar su obra mientras él encuentra su verdadero camino como artista . El protagonista de ambas tramas es el mismo, pero tras un prólogo que se antoja acelerado (esa manera de acabar en un montaje con prácticamente toda su familia a causa de la guerra...y de postre con el conductor del autobús que era tan amable con él y su tía. No. No es broma) la historia parece simultanear dos realidad de tono muy distinto (en algunos momentos, como la llegada a la academia de arte de Düsseldorf parece hasta lidiar con la comedia chusca, o incluso algún guiño musical) que no siempre tienen el mismo peso (y, sin querer desvelar mucho, hay una de ellas que acaba de manera un tanto abrupta) y que lastran una película que, hay que reconocer, no resulta larga a pesar de su duración, pero a la que parece faltarle uniformidad.
Sin duda se trata de un proyecto ambicioso, que abarca varias y muy señaladas décadas de la historia alemana, Una película en la que podemos encontrar algún eco del Amén de Costa-Gavras e incluso un ligero aire a la muy recomendable La mejor juventud ( y no solo por la presencia de un personaje obligado a recluirse en una institución psiquiátrica), con leves aspiraciones a convertirse en una historia de esas más grandes que la vida. Pero a pesar de fragmentos interesantes de esos que logran realmente captar el interés del espectador (la mayoría a cargo del villano de la función, alguien capaz casi de todo y que es de lo mejorcito de la cinta) la película nos deja una sensación inconclusa, incluso con alguna incongruencia que afecta a los propios personajes (esa inquietud al entrar nuestro protagonista por primera vez en la consulta de su futuro suegro que parece fruto del pasado de...su tía. Una escena que ha visto el espectador pero no así los personajes y que se desarrolla en un edificio destruido a causa de la guerra con anterioridad a este).
Una trama con un enfoque original, pero que queda lejos de conventirse en el clásico que pretende, perdiéndos en diatribas artísticas, algunas rebuscadas o sin mucho sentido (hay discursos de varios minutos que podrían resumirse casi en "encuéntrate a tí mismo") y homenajes velados a otros creadpres, de Pollock a Warhol, dejando entrever en numerosas ocasiones chispazos de un drama más interesante y descorazonador, y que francamente, nos encantaría encontrar aunque fuera en un montaje de cinco horas.
jueves, 14 de febrero de 2019
TU A MADRIPUR Y YO AL CUERNO
Sexo y poder son un binomio letal. No importa si nos movemos entre intrigas palaciegas de pelucón, los pasillos contemporáneos de la Casa Blanca o terrenos fantásticos a lo Juego de tronos que estas dos patas sirven en frecuencia para mantener derecha más de una butaca de cine. En terrenos estadounidenses la cosa viene de lejos, no solo de Kennedys y Clintons vive la polémica...aunque menos conocido, sobre todo por estos lares, es el caso que nos ocupa, el de Gary Hart: senador, candidato a la presidencia en 1988 y eje de la marea que arrastra El candidato.
Dirigida por Jason Reitman, sospechoso habitual en el terreno de la sátira existencial con mejor o peor café, la película nos arrastra por el complicado terreno de las campañas presidenciales estadounidenses. Moviéndose entre tres frentes, el equipo, la prensa y el círculo más íntimo del propio candidato, la película no acaba de centrarse en ninguno de ellos para contarnos la historia de la infidelidad que rompio los sueños de presidencia de Hart, si bien otorga más peso a determinados personajes como esa Vera Farmiga, devota esposa pero sin un pelo de tonta, que con sus contadas apariciones supone una auténtica sorpresa.
Pero si alguien destaca entre un bien elegido elenco de secundarios es el actor que encarna al personaje que da título a la cinta, Hugh Jackman, que sabe dotar del máximo carisma a un hombre que parecía tenerlo todo para ganar, pero también capaz de convertirse en una persona bien distinta en cuanto empieza a torcerse el camino, capaz de mitigar con apenas unas frases el atroz miedo a volar de uno de los periodistas que le acompañan pero también de reaccionar con gran furia ante una pregunta incómoda del mismo personaje. Un Gary Hart que sabe brillar, pero también mostrar su cara más oscura en cuanto abandona su zona de confort, pasando de maduro y seguro líder a chiquillo enrrabietado en apenas segundos.
Unos personajes interesantes y bien interpretados son la mejor baza de una cinta cuya trama parece dar bandazos, careciendo de una acidez (y eso que el tema da mucho de sí) que podía presuponerle al autor de Juno o Up in the air, aunque sí destilando amargura, especialmente en su tramo final (la despedida de la amante del candidato) y generando un producto irregular, tan ambicioso como sus propios personajes pero con resultados igual fortuna.
No se puede negar que El candidato tiene muchos elementos para destacar, detalles cuidados y algún diálogo con chispa. Tampoco que resulte curioso acercarse a la cara B de algo que nos resulta familiar vía telediario (inenarrable el concurso de leñadores) pero queda lejos del cine político con mayúsculas, de las intrigas políticas con las que el séptimo arte nos ha hecho vibrar a lo largo de las décadas. Pero eso sí para los fans y no fans de Jackman una golpe en la mesa para aquellos que creen que este es solamente Lobezno (eso sí, en este campo el mejor en lo que hace) o (excelente) carnaza de musical, un buen intérprete en una cinta que podría haber sido una de las grandes.
El candidato llega a los cines españoles el 15 de febrero
Dirigida por Jason Reitman, sospechoso habitual en el terreno de la sátira existencial con mejor o peor café, la película nos arrastra por el complicado terreno de las campañas presidenciales estadounidenses. Moviéndose entre tres frentes, el equipo, la prensa y el círculo más íntimo del propio candidato, la película no acaba de centrarse en ninguno de ellos para contarnos la historia de la infidelidad que rompio los sueños de presidencia de Hart, si bien otorga más peso a determinados personajes como esa Vera Farmiga, devota esposa pero sin un pelo de tonta, que con sus contadas apariciones supone una auténtica sorpresa.
Pero si alguien destaca entre un bien elegido elenco de secundarios es el actor que encarna al personaje que da título a la cinta, Hugh Jackman, que sabe dotar del máximo carisma a un hombre que parecía tenerlo todo para ganar, pero también capaz de convertirse en una persona bien distinta en cuanto empieza a torcerse el camino, capaz de mitigar con apenas unas frases el atroz miedo a volar de uno de los periodistas que le acompañan pero también de reaccionar con gran furia ante una pregunta incómoda del mismo personaje. Un Gary Hart que sabe brillar, pero también mostrar su cara más oscura en cuanto abandona su zona de confort, pasando de maduro y seguro líder a chiquillo enrrabietado en apenas segundos.
Unos personajes interesantes y bien interpretados son la mejor baza de una cinta cuya trama parece dar bandazos, careciendo de una acidez (y eso que el tema da mucho de sí) que podía presuponerle al autor de Juno o Up in the air, aunque sí destilando amargura, especialmente en su tramo final (la despedida de la amante del candidato) y generando un producto irregular, tan ambicioso como sus propios personajes pero con resultados igual fortuna.
No se puede negar que El candidato tiene muchos elementos para destacar, detalles cuidados y algún diálogo con chispa. Tampoco que resulte curioso acercarse a la cara B de algo que nos resulta familiar vía telediario (inenarrable el concurso de leñadores) pero queda lejos del cine político con mayúsculas, de las intrigas políticas con las que el séptimo arte nos ha hecho vibrar a lo largo de las décadas. Pero eso sí para los fans y no fans de Jackman una golpe en la mesa para aquellos que creen que este es solamente Lobezno (eso sí, en este campo el mejor en lo que hace) o (excelente) carnaza de musical, un buen intérprete en una cinta que podría haber sido una de las grandes.
El candidato llega a los cines españoles el 15 de febrero
miércoles, 13 de febrero de 2019
FELIZ DÍA DE TU SYFY
Para los aficionados al fantástico de Madrid y alrededores el final del invierno siempre entronca con la Muestra SyFy desde hace ya (y hay que pensarlo) 16 añazos. Ayer mismo el Palacio de la Prensa fue el escenario en el que se presentó la próxima, confirmándose que esta vez tendrá lugar del 7 al 10 de marzo y que su carta de presentación serán los clásicos monstruos de la Universal, de modo que en los próximos días podremos descubrir en el mobiliario urbano de la capital versiones contemporáneas de un hombre lobo de gustos capilares algo hipster, la momia (mujer en esta ocasión, al igual que en la última versión protagonizada por Tom Cruise, aunque su look puede recordar a más de uno a la novia de otro monstruo de la casa, Frankenstein) y un Drácula que siembra el pánico subido en un patinete eléctrico.
Pero el anuncio fuerte era la confirmación de parte de las películas de las que podremos disfrutar durante la muestra: Escape room, Assassination nation (en exclusiva), Prospect, la alabada cinta japonesa No cut of the dead, la terrorífica Elizabeth harvest y para postre en sesión infantil (matinal imagino) la cinta animada Dilili en París.
Pero no solo de anuncios vive la presentación y el remate era la proyección de Feliz día de tu muerte 2, película que podrá verse en cines a partir del 15 de febrero.
Nueva fecha para anotar en los calendarios de los aficionados al cine en general y el fantástico en particular. Todavía quedan títulos por confirmar, pero los presentados, disfrutados ya en otros festivales, prometen mucho, y podremos conocer el resto en las próximas semanas. Habrá que permaecer atentos a las redes...o a los augurios de nuestros calderos.
Pero el anuncio fuerte era la confirmación de parte de las películas de las que podremos disfrutar durante la muestra: Escape room, Assassination nation (en exclusiva), Prospect, la alabada cinta japonesa No cut of the dead, la terrorífica Elizabeth harvest y para postre en sesión infantil (matinal imagino) la cinta animada Dilili en París.
Pero no solo de anuncios vive la presentación y el remate era la proyección de Feliz día de tu muerte 2, película que podrá verse en cines a partir del 15 de febrero.
Continucación estricta de esa película que nos supo divertir hace apenas un año y medio (y cuya repentina llegada de una secuela nos ha pillado a más de uno por sorpresa) Feliz día de tu muerte 2 sabe dar un inteligente giro a la trama para volver a sumergir a nuestra protagonista, Tree, en un escabroso día de la marmota con la novedad de que además de conseguir cerrar el bucle deberá además elegir en que realidad quiere seguir viviendo...si es que consigue sobrevivir.
Siguiendo las reglas no escritas que ya expuso la clásica saga Scream (las secuelas exigen una revelación inesperada del pasado) la película sigue teniendo muy clara su vocación de comedia desmadrada con un toque gore (impagable el montaje en el que asistimos a las diversas opciones de suicidio de la protagonista) pero aparca levemente el slasher para nadar en las aguas de la ciencia ficción, con científicos (algo) chiflados y realidades paralelas, añadiendo frescura a una saga que consigue dar frescura a una premisa que podría parecernos agotada en su primera parte. Puede que no sorprenda tanto, pero mantiene el nivel muy alto.
Muy divertida, con buenos golpes de efecto esta nueva Feliz día de tu muerte es una grandísima opción para disfrutar en grupo pero sin olvidar una cosa: hay que quedarse a esperar escena postcréditos, que además de añadir bastante al final parece anunciar posibilidades de secuela...y francamente, la merece.
martes, 12 de febrero de 2019
¿QUIÉN PUEDE QUERER A UN NIÑO?
Volviendo a ese viejo archivo de frases para la eternidad surgidas de los grandes del cine una de que casi todo el mundo recuerda, independientemente de tener memoria de su autor, es aquella que reza que jamás hay que trabajar ni con niños ni con animales (aunque el remate, "ni con Charles Laughton", algo que a estas alturas del siglo XXI tiende a ser obviado y resulta más que difícil de incumplir...Hitchcock dixit). La nominada este año al Óscar a la mejor película de habla no inglesa podría posicionarse fácilmente para rebatir esta máxima, con una historia tan dura como conmovedora protagonizada por unos niños a los que la vida parece querer arrebatar todo...incluso más de un listillo podría frivolizar diciendo "hasta los premios" en un año en que Roma parece encauzada a ganar todo lo ganable. Pero Cafarnaúm, una antifábula de luchadores, está más que dispuesta a presentar batalla.
Un chiquillo de apenas 12 años, aunque por su desarrollo se nos antoja todavía más pequeño, abandona brevemente su reclusión en una cárcel de menores, en la que cumple condena por apuñalar a un hombre. para presentarse como acusación en un juicio. En el otro lado sus propios padres, cuyo delito según él, es haberle traído a este mundo.
Este es solo el llamativo arranque de una cinta que sorprende desde el primer momento, una amarga reflexión de las muchas atrocidades de las que puede ser objeto la infancia, y de las que estás dispuesto a defenderse, aunque no siempre lo consiga, Zain, un niño con padres pero que ante las acciones de estos, incapaces de llevarlo al colegio o incluso registrar su nacimiento (de hecho no conocen ni la fecha de su nacimiento) pero sí muy capaces de hacerle colaborador de sus trapicheros con drogas, no tendrá otra alternativa que abandonar su hogar, para descubrir un nuevo tal vez igual de miserable, pero en el que si hay un rincón para el amor y para sentirse parte de una familia.
Zaín, a través del ojo de Nadine Labaki, se convierte en la voz de los inocentes. De bebés encadenados para que no molesten, de niñas forzadas a casarse cuando deberían estar jugando, de niños obligados a buscar sus sustento al pie de la carretera. Un microcosmos marginal y laberíntico, como bien reflejan esas tomas aéreas que casi se antojan la mirada de un dios ausente, rodado con una crudeza incendiaria, en el que la esperanza puede evaporarse en un momento.
Puede parecer difícil encontrar la inocencia en esta miseria pero Labaki la encuentra en unos actores que realizan un trabajo sencillamente impresionante. Unos niños que, sin desmerecer la dura labor de sus homólogos adultos, consiguen robar el corazón del espectador, tanto como cuando se comportan como los niños que realmente son (como cuando el protagonista intenta justificar que su "hermanito", el hijo de la mujer que le ha acogido, es negro se debe a que su madre bebió mucho café estando embarazada o la conversación con el "Spiderman", más parecido a un Mortadelo entradito en años, que a nuestro vecino el trepamuros, del parque de atracciones) como cuando toman decisiones más propias de adultos...o que incluso ningún adulto debería tomar. Naturales, llenos de recursos, capaces de la mayor ternura (indescriptible la relación entre Zain, padre forzoso, y el bebé Yonas) y la frase más hiriente este elenco de actores, pequeños en tamaño pero enormes en talento, son uno de los mejores ejemplos del gran partido que se pude sacar a un reparto en inicio complejo pero que hace de esta valiente película una gran película.
Cafarnaúm es una auténtica bofetada en la conciencia del espectador, un espejo terrible de una realidad que con frecuencia jugamos a ignorar. Una trama que puede hacernos sonreir, y también arrancarnos una lágrima, consiguiendo dos de los mayores objetivos que puede alcanzar una película: hacer que nos emocionemos y hacernos pensar. Y ante eso los premios son solo un adorno en el cartel promocional.
Cafarnaúm llega a las pantallas españolas el 15 de febrero
Un chiquillo de apenas 12 años, aunque por su desarrollo se nos antoja todavía más pequeño, abandona brevemente su reclusión en una cárcel de menores, en la que cumple condena por apuñalar a un hombre. para presentarse como acusación en un juicio. En el otro lado sus propios padres, cuyo delito según él, es haberle traído a este mundo.
Este es solo el llamativo arranque de una cinta que sorprende desde el primer momento, una amarga reflexión de las muchas atrocidades de las que puede ser objeto la infancia, y de las que estás dispuesto a defenderse, aunque no siempre lo consiga, Zain, un niño con padres pero que ante las acciones de estos, incapaces de llevarlo al colegio o incluso registrar su nacimiento (de hecho no conocen ni la fecha de su nacimiento) pero sí muy capaces de hacerle colaborador de sus trapicheros con drogas, no tendrá otra alternativa que abandonar su hogar, para descubrir un nuevo tal vez igual de miserable, pero en el que si hay un rincón para el amor y para sentirse parte de una familia.
Zaín, a través del ojo de Nadine Labaki, se convierte en la voz de los inocentes. De bebés encadenados para que no molesten, de niñas forzadas a casarse cuando deberían estar jugando, de niños obligados a buscar sus sustento al pie de la carretera. Un microcosmos marginal y laberíntico, como bien reflejan esas tomas aéreas que casi se antojan la mirada de un dios ausente, rodado con una crudeza incendiaria, en el que la esperanza puede evaporarse en un momento.
Puede parecer difícil encontrar la inocencia en esta miseria pero Labaki la encuentra en unos actores que realizan un trabajo sencillamente impresionante. Unos niños que, sin desmerecer la dura labor de sus homólogos adultos, consiguen robar el corazón del espectador, tanto como cuando se comportan como los niños que realmente son (como cuando el protagonista intenta justificar que su "hermanito", el hijo de la mujer que le ha acogido, es negro se debe a que su madre bebió mucho café estando embarazada o la conversación con el "Spiderman", más parecido a un Mortadelo entradito en años, que a nuestro vecino el trepamuros, del parque de atracciones) como cuando toman decisiones más propias de adultos...o que incluso ningún adulto debería tomar. Naturales, llenos de recursos, capaces de la mayor ternura (indescriptible la relación entre Zain, padre forzoso, y el bebé Yonas) y la frase más hiriente este elenco de actores, pequeños en tamaño pero enormes en talento, son uno de los mejores ejemplos del gran partido que se pude sacar a un reparto en inicio complejo pero que hace de esta valiente película una gran película.
Cafarnaúm es una auténtica bofetada en la conciencia del espectador, un espejo terrible de una realidad que con frecuencia jugamos a ignorar. Una trama que puede hacernos sonreir, y también arrancarnos una lágrima, consiguiendo dos de los mayores objetivos que puede alcanzar una película: hacer que nos emocionemos y hacernos pensar. Y ante eso los premios son solo un adorno en el cartel promocional.
Cafarnaúm llega a las pantallas españolas el 15 de febrero
lunes, 11 de febrero de 2019
YO, YO MISMO Y DEGAS
La iniciativa Exhibition on screen, que ha conseguido traer a la gran pantalla la experiencia de disfrutar de los grandes maestros de la historia del arte vuelve con uno de los clásicos, y con una etiqueta que le viene como anillo al dedo: Degas. Pasión por la perfección.
Tras deleitarnos no hace mucho con las obras de Monet Exhibition on screen nos acerca a otro de los monstruos del impresionismo (aunque nos deja bien claro que está etiqueta no le satisfacía en absoluto), Degas, un autor de gran producción multidisciplinar, con motivo de la exposición monográfica que se le dedicó en el museo Fitzwilliam de Cambridge.
Este nuevo documental dedicado a Degas supone una original aproximación a un artista que, aunque a los ojos de hoy pueda parecer clásico, ante el gusto de sus contemporáneos mostró una concienzuda labor casi experimental, especialmente en su más desconocida vertiente de escultor, y que consigue sorprender a un espectador que se ha quedado en la etiqueta de "pintor de bailarinas", descubriendo a un trabajador minucioso pero también a un hombre ingenioso pero de difícil vida personal, con testimonios de primera mano y análisis de artistas y estudiosos
Con sus luces y sombras (y algún matiz que ya se ha convertido en marca de la casa como la presencia de un alter ego del genio) Degas. Pasión por la perfección supone así tanto un esclarecedor análisis para aquellos que ya conocen a Degas como para aquellos que simplemente sienten cueriosidad por el arte en general, con el aliciente de poder apreciarlo en un tamaño y calidad que solo permite la gran pantalla. Una nueva oportunidad de recrearse en un clásico y abrir el apetito por muchos más.
Degas. Pasión por la perfección llega a los cines por tiempo limitado el 23 de marzo.
Tras deleitarnos no hace mucho con las obras de Monet Exhibition on screen nos acerca a otro de los monstruos del impresionismo (aunque nos deja bien claro que está etiqueta no le satisfacía en absoluto), Degas, un autor de gran producción multidisciplinar, con motivo de la exposición monográfica que se le dedicó en el museo Fitzwilliam de Cambridge.
Este nuevo documental dedicado a Degas supone una original aproximación a un artista que, aunque a los ojos de hoy pueda parecer clásico, ante el gusto de sus contemporáneos mostró una concienzuda labor casi experimental, especialmente en su más desconocida vertiente de escultor, y que consigue sorprender a un espectador que se ha quedado en la etiqueta de "pintor de bailarinas", descubriendo a un trabajador minucioso pero también a un hombre ingenioso pero de difícil vida personal, con testimonios de primera mano y análisis de artistas y estudiosos
Con sus luces y sombras (y algún matiz que ya se ha convertido en marca de la casa como la presencia de un alter ego del genio) Degas. Pasión por la perfección supone así tanto un esclarecedor análisis para aquellos que ya conocen a Degas como para aquellos que simplemente sienten cueriosidad por el arte en general, con el aliciente de poder apreciarlo en un tamaño y calidad que solo permite la gran pantalla. Una nueva oportunidad de recrearse en un clásico y abrir el apetito por muchos más.
Degas. Pasión por la perfección llega a los cines por tiempo limitado el 23 de marzo.
miércoles, 6 de febrero de 2019
GENERANDO AFICIÓN
No, este.bicho no estará por ahí pero no está de más recordar que la exposición Generación Sci-Fi, con una impresionante colección de figuras (hasta tamaño natural) de Star Wars, El planeta de los simios y otros clásicos de la ciencia ficción puede verse todavía, hasta finales de febrero...por lo menos. ¡Y a unos pasos de Nuevos Ministerios! Más en https://generacionscifi.com
MANO A MANO CON MAMÁ
Una puerta que se resquebraja. Maderas rotas con fuerza por alguien cuya única voluntad es pasar al otro lado. Pero esa persona no desea entrar, sino escapar de una pesadilla que solo acertamos a adivinar. Así, con ecos inversos a El resplandor arranca The prodigy, una película de terror con niño que tiene muy claro desde el principio en que liga juega, aunque sea en cuestión de referentes.
Carente de ambigüedad desde su arranque The prodigy puede considerarse desde sus primeros minutos, jugando con un bien orquestado paralelismo entre la muerte de un hombre y el nacimiento de un niño, una cinta de posesión no satánica, en la que unos cariñosos padres empiezan a sospechar que su hijo tal vez no sea el brillante y cariñoso niño que creen, sino que su cuerpo esté habitado por un alma mucho más oscura.
Es difícil hablar de originalidad al hablar de una película como está, una obra que nos hace remitirnos continuamente a otras cintas con infante inquietante (aunque por otras razones) como La profecía o La huérfana, sin perder de vista otras ya ajenas al terror propiamente dicho El buen hijo o (aunque no podamos hablar ya de niños)Las dos caras de la verdad, pero si podemos hablar de algún hallazgo interesante como algún susto bien dado como aquel en que la madre empieza a sospechar que su hijo no es realmemte él (¡Espera! ¿Alguien ha dicho Los otros?) O
o las motivaciones que conducirán al desenlace de la trama. Pero aún así en una película rodada con eficacia (aún por esperado hay un gran uso de los claroscuros) por desgracia también encontramos diálogos risibles (e incluso con doble sentido) y más de un personaje que toma decisiones cuestionables (ese psiquiatra que, para que no se entere el niño no se le ocurre más que llamar a las 2 de la mañana...como si no hubiera horario escolar).
The Prodigy es una película irregular, pero que, aunque en muchas ocasiones se hace previsible, sabe ser entretenida y demostrar que sus actores (no hay que perder de vista a ese niño en futuros papeles) y creadores se sienten cómodos en el género, haciendo de ella una buena propuesta de tarde con palomitas para los fans del terror.
The prodigy llega a las pantallas españolas el 8 de febrero.
Carente de ambigüedad desde su arranque The prodigy puede considerarse desde sus primeros minutos, jugando con un bien orquestado paralelismo entre la muerte de un hombre y el nacimiento de un niño, una cinta de posesión no satánica, en la que unos cariñosos padres empiezan a sospechar que su hijo tal vez no sea el brillante y cariñoso niño que creen, sino que su cuerpo esté habitado por un alma mucho más oscura.
Es difícil hablar de originalidad al hablar de una película como está, una obra que nos hace remitirnos continuamente a otras cintas con infante inquietante (aunque por otras razones) como La profecía o La huérfana, sin perder de vista otras ya ajenas al terror propiamente dicho El buen hijo o (aunque no podamos hablar ya de niños)Las dos caras de la verdad, pero si podemos hablar de algún hallazgo interesante como algún susto bien dado como aquel en que la madre empieza a sospechar que su hijo no es realmemte él (¡Espera! ¿Alguien ha dicho Los otros?) O
o las motivaciones que conducirán al desenlace de la trama. Pero aún así en una película rodada con eficacia (aún por esperado hay un gran uso de los claroscuros) por desgracia también encontramos diálogos risibles (e incluso con doble sentido) y más de un personaje que toma decisiones cuestionables (ese psiquiatra que, para que no se entere el niño no se le ocurre más que llamar a las 2 de la mañana...como si no hubiera horario escolar).
The Prodigy es una película irregular, pero que, aunque en muchas ocasiones se hace previsible, sabe ser entretenida y demostrar que sus actores (no hay que perder de vista a ese niño en futuros papeles) y creadores se sienten cómodos en el género, haciendo de ella una buena propuesta de tarde con palomitas para los fans del terror.
The prodigy llega a las pantallas españolas el 8 de febrero.
lunes, 4 de febrero de 2019
RICARDITO EL CURIOSO
Un plano secuencia: una niña compra palomitas en una feria. Una escena corriente, normal...si no fuera porque en esta película lo cotidiano no es lo de siempre y el plano se cierra para mostrarnos que esta niña, al igual que otros que juegan despreocupadamente se encuentran en lo que en realidad es un mercadillo de armas. Un "pasatiempo para toda la familia" en el que se desenvuelve como pez en el agua el adolescente que da título a la cinta, White boy Rick, un chico como los cientos que pueblan las calles de este Detroit marginal pero que pronto va a enfrentarse a un encuentro que cambiara su vida para siempre. Una vuelta a los 80 (videoclubs y discotecas de patinadores incluídas) que no tira ya de monstruos como otras películas recientes, sino que se deja bañar por la cruda realidad.
Cine negro, de ese con policías, infiltrados, camellos y todo el espectro de personajes que podríamos esperar de una cinta del género pero con dos particularidades. La primera el estar basada en hechos reales. La segunda es algo menos habitual, la edad de su protagonista, que en los años en los que debería estar haciendo el crápula con sus compañeros existentes vivirá experiencias que parecen estar reservada para la adultez, entre la vida (una hija) y la muerte (una traición que le llevará al hospital...y no contaré muertes). Y es que la madurez de su intérprete en su primera incursión en el séptimo arte (más experiencia tiene en el apartado televisivo) no hace que la película esté contando la historia del que apenas acaba de ser un niño, algo que consigue transmitir a través de detalles como la caza de ratas, el jugueteo con la pajita mientras espera a su hermana, el episodio del pato de peluche o el hecho de comprarse una enorme cadena de oro con un símbolo que no sabe ni que significa. Algo que solo es la punta de una película que sabe definir sus personajes desde un padre que ha perdido a todas las mujeres de su vida (esposa e hija) pero que no sabe rendirse (un carismático Matthew McConaughey) a ese secundario robaescenas que es el pequeño cuñado con respuestas para todo.
White boy Rick es una película que a pesar de su punto original sabe conectar perfectamente con sus antecentes en el género y a la vez arrastrarnos con una trama con buen ritmo y un guión que sabe enganchar. Es posible que nos quede la sensación de que los tramos finales parecen aligerarse y su desenlace resulte un poco abrupto, pero ello también se debe a que, a pesar de las aclaraciones finales sobre el destino de Rick y su familia, nos queden ganas de saber más sobre el destino de unos personajes que, con sus inperfecciones, saben conquistarnos.
White boy Rick llega a los cines españoles el 8 de febrero.
Cine negro, de ese con policías, infiltrados, camellos y todo el espectro de personajes que podríamos esperar de una cinta del género pero con dos particularidades. La primera el estar basada en hechos reales. La segunda es algo menos habitual, la edad de su protagonista, que en los años en los que debería estar haciendo el crápula con sus compañeros existentes vivirá experiencias que parecen estar reservada para la adultez, entre la vida (una hija) y la muerte (una traición que le llevará al hospital...y no contaré muertes). Y es que la madurez de su intérprete en su primera incursión en el séptimo arte (más experiencia tiene en el apartado televisivo) no hace que la película esté contando la historia del que apenas acaba de ser un niño, algo que consigue transmitir a través de detalles como la caza de ratas, el jugueteo con la pajita mientras espera a su hermana, el episodio del pato de peluche o el hecho de comprarse una enorme cadena de oro con un símbolo que no sabe ni que significa. Algo que solo es la punta de una película que sabe definir sus personajes desde un padre que ha perdido a todas las mujeres de su vida (esposa e hija) pero que no sabe rendirse (un carismático Matthew McConaughey) a ese secundario robaescenas que es el pequeño cuñado con respuestas para todo.
White boy Rick es una película que a pesar de su punto original sabe conectar perfectamente con sus antecentes en el género y a la vez arrastrarnos con una trama con buen ritmo y un guión que sabe enganchar. Es posible que nos quede la sensación de que los tramos finales parecen aligerarse y su desenlace resulte un poco abrupto, pero ello también se debe a que, a pesar de las aclaraciones finales sobre el destino de Rick y su familia, nos queden ganas de saber más sobre el destino de unos personajes que, con sus inperfecciones, saben conquistarnos.
viernes, 1 de febrero de 2019
LA CORTE DE LOS MILAGROS
Un pueblo y su rey es una película que llega en un momento que podríamos calificar al menos de curioso. Curioso en cuanto el "cine de pelucón" parece vivir una suerte de renacimiento (ahí está entre otras la muy recomendable La favorita, y eso por no hablar de la pequeña pantalla y en cuanto los momentos que vive Francia parecen volver a poner de actualidad un hecho histórico como es la Revolución Francesa.
Una película que tiene muy clara su vocación de espejo histórico, partiendo de la toma de la Bastilla, episodio que se permite ser el más poético de la cinta, confundiendo el fragor de un combate queqno llegaremos a ver con el propio de un taller de vidrio, para desembocar en la ejecución del Rey del título. Entre ambos hechos la cinta no parece dejarse nada en el tintero, desde las reuniones de la Asamblea Nacional a la captura de Luis XVI en su intento de huída pasando por levantamientos varios, juicios y un terror (previo al Terror, así con mayúsculas, que tendría lugar después de el periodo que comprende este film) por el que se permite pasar casi de puntillas.
No se puede negar que Un pueblo y su Rey es una obra que presta particular cuidado a la imagen y al uso del color (aunque más de uno dirá que ese blanco nuclear de la ropa de muchos revolucionarios tiene poco o nada de realista, y más sorprendente si tenemos en cuenta otros detalles bien documentados como el tratamiento capilar con ceniza), jugando con paralelismos visuales (la niña jugando entre la nieve primero o las plumas más adelante) o con imágenes tan hermosas como las del soplado de vidrio. Pero por otro lado estamos ante una cinta que se debate entre el drama coral y familiar sin llegar a definirse, ni llegar a las cotas dramáticas que implica una historia de la talla de la Revolución Francesa.
Un pueblo y su rey es una correcta recreación histórico, con buenos mimbres y una ligera aura poética (el sueño del Rey) pero que parece aspirar a una mayor grandeza de la que alcanza. Una buena propuesta para amantes del cine histórico, aunque quizás no tanto para aquellos que busquen un drama más grande que la guerra y el mundo.
Un pueblo y su Rey llega a las pantallas españolas el 15 de marzo.
Una película que tiene muy clara su vocación de espejo histórico, partiendo de la toma de la Bastilla, episodio que se permite ser el más poético de la cinta, confundiendo el fragor de un combate queqno llegaremos a ver con el propio de un taller de vidrio, para desembocar en la ejecución del Rey del título. Entre ambos hechos la cinta no parece dejarse nada en el tintero, desde las reuniones de la Asamblea Nacional a la captura de Luis XVI en su intento de huída pasando por levantamientos varios, juicios y un terror (previo al Terror, así con mayúsculas, que tendría lugar después de el periodo que comprende este film) por el que se permite pasar casi de puntillas.
No se puede negar que Un pueblo y su Rey es una obra que presta particular cuidado a la imagen y al uso del color (aunque más de uno dirá que ese blanco nuclear de la ropa de muchos revolucionarios tiene poco o nada de realista, y más sorprendente si tenemos en cuenta otros detalles bien documentados como el tratamiento capilar con ceniza), jugando con paralelismos visuales (la niña jugando entre la nieve primero o las plumas más adelante) o con imágenes tan hermosas como las del soplado de vidrio. Pero por otro lado estamos ante una cinta que se debate entre el drama coral y familiar sin llegar a definirse, ni llegar a las cotas dramáticas que implica una historia de la talla de la Revolución Francesa.
Un pueblo y su rey es una correcta recreación histórico, con buenos mimbres y una ligera aura poética (el sueño del Rey) pero que parece aspirar a una mayor grandeza de la que alcanza. Una buena propuesta para amantes del cine histórico, aunque quizás no tanto para aquellos que busquen un drama más grande que la guerra y el mundo.
Un pueblo y su Rey llega a las pantallas españolas el 15 de marzo.
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