El día tercero, preludio del fin de semana, amanecía en la Fnac de Callao con la presentación de Vesna, novela de Jose Luis Alemán que nos lleva a los albores del siglo XX para contarnos una historia de licántropos con guiños al género. Con la originalidad de que nos encontramos ante la historia de una mujer loba, aunque podríamos decir casi una adolescente, la trama, que nació inicialmente como guión, es ágil, sorprendente en más de un giro y sobre todo entretenida, revelando un gran cariño por el universo del fantástico.
Pero la tarde conducía al futuro, a través del corto The last well, una trama apocalíptica ambientada en 2037 en la que el agua se ha convertido en el bien más preciado. Pero este solo era el aperitivo de la sueca Koko-di koko-da.
Drama familiar que evoluciona a una suerte de Feliz día de tu muerte pero sin el componente cómico de esta Koko-di Koko-da es una película que pronto evoluciona a un bucle capaz de poner a prueba la paciencia del espectador más avezado. Eso sí, siempre nos quedarán las deliciosas escenas con marionetas de sombras que contribuyen a dotar de de un delicado toque naif e incluso salvar un poco una historia de bizarros asesinos y protagonistas poco empáticos.
La tarde avanzó con un corto, Casa, una sorprendente historia de fantasmas con fuerte crítica social que recuerda en espíritu a la muy recomendable Dream home, tras la que llegó, Finale, presentada por su director, Soren Juul Petersen.
Basada en una novela del llamado Stephen King danés, Steen langstrup, asistimos a la pesadilla vivida por dos empleadas de una gasolinera durante el solitario turno paralelo a una final de fútbol. Sabiendo jugar entre dos tiempos distintos y con una estética cuidada Finale es una reflexión sobre el poder de las redes en forma de bizarro torture porn, regalándonos lo mejor del género gracias a una trama que sabe mantener la tensión y un villano con carisma.
Pero la noche pedía sangre y esta llegó con el trabajo de un tandem de directores, Cris Carr y Sam Fowler, que trajeron el corto I'm sorry, una nueva alerta sobre las nuevas tecnologías en forma de asistente personal con inteligencia artificial, y The young cannibals. Survival con bicho con fuerte componente ochentero la película plantea la divertida idea de un monstruo que se alimenta únicamente de caníbales y al que se enfrentarán un grupo de antropófagos forzosos si quieren mantenerse con vida. Con un buen puñado de guiños que incluye iconos como Freddy o Jason la película es un eficaz divertimento que no revoluciona el género...pero que si deja un agradable sabor de boca.
Y así saciado el apetito de cine acabó el tercer día. Por el momento aquí cortamos las crónicas directas del festival Nocturna pero en Monigotorium le dedicaremos próximamente un rinconcito a los premiados en el festival y a películas que podrán verse los próximos días como Vivarium o Little monsters. Aprovechad la ocasión. en Madrid todavía quedan dos días de fantástico y el domingo además con la proyección de El cuervo con la presencia de su director Alex Proyas.
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viernes, 25 de octubre de 2019
jueves, 24 de octubre de 2019
NOCTURNEANDO 2019 (2)
El segundo día de Nocturna, el Festival de cine fantástico de Madrid, empezaba de altos vuelos. La Sala Berlanga, al igual que hizo el año pasado con Don Mancini, acogió la clase magistral de Alex Proyas, el invitado de honor de este año. Una sesión en que se habló principalmente de dos clásicos: El cuervo, que el considera el legado de Brandon Lee y que terminó, a pesar del dolor, por él y su familia, y Dark city, un proyecto que le costó mucho sacar adelante a pesar del éxito de la primera. Casi dos horas en las que el cineasta trató temas como la dicotomía permanente en su obra entre luces y sombras, la importancia de la música en sus películas o influencias tan dispares como Kubrick o Akira , así como nos regaló un puñado de anécdotas sobre su trabajo con estrellas como Will Smith.
Pero Nocturna no sería lo que es sin las proyecciones. La tarde empezó con dos cortos: La virgen descalza, un cuento gótico con una cuidada puesta en escena, y La colleja, reflexión sobre la mala leche cotidiana en la que Sergio Morcillo cambia por esta vez el terror por la comedia.
Fueron los teloneros del documental Memory, que analiza la gestación de ese clasicazo que es Alien. Sumergido en disciplinas como el arte o la filosofía la película nos presenta una nueva visión en ocasiones perfectamente disertada como en el caso de las referencias a Francis Bacon u otras películas de los años 50 o 60 mientras que en otras se mueven por terrenos más peregrinos. Imprescindible para los fans desde luego.
Tras el sensible corto El fin de las cosas y varias sesiones de origen fundamentalmente americano (del norte y del sur y con la excepción de Urubú) Nocturna regresó a Europa con la italiana Il signor Diavolo, una siniestra fábula que nos devuelve al diablo más tradicional. Rodada con mimo y una excelente puesta en escena la película arranca con fuerza con la historia de un investigador que debe probar que ninguna persona vinculada a la iglesia influyó en un niño que mató a un vecino alegando que era el diablo en persona. Una película que parece de otra época que, aunque pierde parte de su ritmo en su segunda parte se consolida como una de las cintas más originales del festival.
Tras toda una tarde ante la gran pantalla la noche trajo la última sesión del día. Tras el corto Tu último ía en la tierra, una divertida vuelta de tuerca al tema de los viaje en el tiempo que acaba de ganar el premio Paul Naschy en Sitges, se proyectó Z. A pesar de su nombre la historia no tiene nada que ver con los zombies sino que es el relato de como unos padres descubren que tras el nuevo amigo imaginario de su hijo puede ocultarse una criatura maléfica. Con un buen arranque y algunos momentos de tesión bien sincronizados sin embargo la película va poco a poco pegándose a los tópicos del género, arrancando más de una carcajada involuntaria hasta llegar a un desenlace que se alarga en exceso, pudiendo haber cortado la historia con más tino unos minutos antes.
Y así nuevamente comenzó la pausa de la noche...hasta el día siguiente. Todavía quedan tres días.
miércoles, 23 de octubre de 2019
NOCTURNEANDO 2019 (1)
Con la ya clásica mesa de fanzines con la presentación de los nuevos números de Neutrón y La cabina de Nemo han arrancado este año las actividades paralelas de Nocturna, la mejor apertura posible dela que ya es la VII edición del Festival de cine de Madrid.
La ración de cine llegaría por la tarde con el corto El cuento, historia cotidiana de terror con niño (en concreto dos) con un punto muy inquietante. Le seguiría la argentina Piedra, papel y tijera, una fábula malsana con aroma a Misery sobre tres hermanastros a los que un turbio accidente pondrá bajo el mismo techo a la muerte de su padre. Puro desfile de demonios domésticos la película alcanza altas cotas de mal rollo con una historia que a pesar de ser predecible en más de un momento no pierde intensidad, gracias a unos actores que saben reflejar perfectamente un descenso en la locura más allá del arcoiris.
A continuación el corto Equals, basado en el corto de Shaun Amezawa, nos regaló una historia de amor en la que nada es lo que parece y que sabe sacar un gran partido de sus escenarios. Pero el plato fuerte era 1BR, cinta presentada por la mañana por su director y guionista, David Marmor, que reconoció su inspiración en sus propias vivencias y en el cine de Polanski, especialmente La semilla del diablo , aunque a más arde de uno le hará pensar en La comunidad. Distópica con toques de survival la historia de una joven aspirante a diseñadora que ve como sus sueños y su propia vida pueden truncarse gracias a sus amables vecinos resulta una experiencia tan entretenida como inquietante, aunque algunos momentos se vean venir de lejos, dejando la puerta abierta al debate.
Pero lo más esperado del día era sin duda la ceremonia de inauguración. Alex Proyas recibió su premio a toda su trayectoria con la promesa del encuentro con los fans este sábado y la proyección de El cuervo esa misma tarde por su 25 aniversario pero la escusa para poner el punto más emotivo si cabe fue el recuerdo para el gran Narciso Ibáñez Serrador, homenajeado por el festival hace dos años y que nos ha dejado hace pocos meses. Su hijo, Alejandro Ibáñez, presentaba dos de sus trabajos, El corto Reality, realizado para Save the children, y el largo Urubú. Dos películas que comparten un género, el terror, y la relevancia de sus personajes infantiles, sin perder nunca de vista el clásico ¿Quién puede matar a un niño?, incluyendo en el caso del primero un cariñoso homenaje a las presentaciones de Historias para no dormir.
Urubú recurre al tópico de urbanitas perdidos en la selva ( en este caso un científico que busca la primera foto de una esquiva ave) para contar un cuento de terror que podríamos calificar como mínimo de déjà vu...y hasta aquí puedo leer. Una historia que sabe recrearse en sus escenarios naturales pero que pierde ritmo a medida que avanza, sin lograr la tensión que merece esa enloquecida búsqueda de los personajes, primero de un sueño, después de una persona y por último de su propia cordura, por un dédalo inhóspito plagado de peligros.
Y con ello, ya de madrugada, llegó el final del primer dia de proyecciones. Todavía quedan cuatro días en Fnac y Cinesa Proyecciones.
La ración de cine llegaría por la tarde con el corto El cuento, historia cotidiana de terror con niño (en concreto dos) con un punto muy inquietante. Le seguiría la argentina Piedra, papel y tijera, una fábula malsana con aroma a Misery sobre tres hermanastros a los que un turbio accidente pondrá bajo el mismo techo a la muerte de su padre. Puro desfile de demonios domésticos la película alcanza altas cotas de mal rollo con una historia que a pesar de ser predecible en más de un momento no pierde intensidad, gracias a unos actores que saben reflejar perfectamente un descenso en la locura más allá del arcoiris.
A continuación el corto Equals, basado en el corto de Shaun Amezawa, nos regaló una historia de amor en la que nada es lo que parece y que sabe sacar un gran partido de sus escenarios. Pero el plato fuerte era 1BR, cinta presentada por la mañana por su director y guionista, David Marmor, que reconoció su inspiración en sus propias vivencias y en el cine de Polanski, especialmente La semilla del diablo , aunque a más arde de uno le hará pensar en La comunidad. Distópica con toques de survival la historia de una joven aspirante a diseñadora que ve como sus sueños y su propia vida pueden truncarse gracias a sus amables vecinos resulta una experiencia tan entretenida como inquietante, aunque algunos momentos se vean venir de lejos, dejando la puerta abierta al debate.
Pero lo más esperado del día era sin duda la ceremonia de inauguración. Alex Proyas recibió su premio a toda su trayectoria con la promesa del encuentro con los fans este sábado y la proyección de El cuervo esa misma tarde por su 25 aniversario pero la escusa para poner el punto más emotivo si cabe fue el recuerdo para el gran Narciso Ibáñez Serrador, homenajeado por el festival hace dos años y que nos ha dejado hace pocos meses. Su hijo, Alejandro Ibáñez, presentaba dos de sus trabajos, El corto Reality, realizado para Save the children, y el largo Urubú. Dos películas que comparten un género, el terror, y la relevancia de sus personajes infantiles, sin perder nunca de vista el clásico ¿Quién puede matar a un niño?, incluyendo en el caso del primero un cariñoso homenaje a las presentaciones de Historias para no dormir.
Urubú recurre al tópico de urbanitas perdidos en la selva ( en este caso un científico que busca la primera foto de una esquiva ave) para contar un cuento de terror que podríamos calificar como mínimo de déjà vu...y hasta aquí puedo leer. Una historia que sabe recrearse en sus escenarios naturales pero que pierde ritmo a medida que avanza, sin lograr la tensión que merece esa enloquecida búsqueda de los personajes, primero de un sueño, después de una persona y por último de su propia cordura, por un dédalo inhóspito plagado de peligros.
Y con ello, ya de madrugada, llegó el final del primer dia de proyecciones. Todavía quedan cuatro días en Fnac y Cinesa Proyecciones.
lunes, 21 de octubre de 2019
APORAFÓBICOS ANÓNIMOS
Se pueden decir muchas cosas del cine de Bong Joon-ho menos que es convencional. Aun no habiendo visto al 100% su filmografía es uno de esos autores cuyas películas descansan en nuestras retinas mucho tiempo, con propuestas arriesgadas e incluso surrealistas. Su nueva cinta, Parásitos, es un gran colofón, por el momento, de esta trayectoria.
Galardonada con la Palma de oro en Cannes Parásitos plantea un juego de salón entre pobres y ricos a raíz de una oferta de trabajo que trae cola. Dos familias de cuatro miembros, una nadando en la abundancia y otra en notables apuros económicos de esos que agudizan el ingenio, que se unen en un terreno común, la increíble mansión de los primeros. Personajes que saben resultar simpáticos, en ocasiones dignos de lástima, en otras admirables por sus recursos pero sobre todo terriblemente humanos.
La película se mueve con inteligencia en unos escenarios que en ocasiones tienen mucho de metafórico, pasando casi del cielo a un infierno que, por supuesto, está bajo tierra, lindando con la sátira y la fábula moralizante. Algo de lo que consigue salir airosa gracias a un guión tan inteligente como divertido y unos actores que caminan con naturalidad por la escarpada línea del humor negro.
Un afilado espejo de cualquier crisis del mundo actual a través de una actualización sin tabúes del género picaresco en el que no hay buenos ni malos. Solo una clase que parece hecha de otra pasta (como menciona uno de los personajes en uno de los diálogos " rica pero maja") y otra que, a pesar de ser inteligente y trabajadora, se ve obligada a recurrir a engaños para lograr algo que a otros parece serles dado por derecho. En realidad nunca llegaremos a saber quienes son los parásitos del título, no es una película de buenos y malos sino de necesidad y prejuicios.
Rodada con elegancia, sacando el mejor partido posible de sus escenarios (como esa bajada al sótano a la que sólo le falta el proverbial cartel de "abandonad toda esperanza") Parásitos es una lección de cómo hacer buen cine. Puede que su premisa inicial nos haga pensar en su compatriota Hide and seek pero no nos encontramos ante un cuento de terror sino ante una cinta que, valiéndose de la comicidad, nos muestra una cara del ser humano que muchas veces pretendemos ignorar. Sería fácil proyectarla en programa doble con un Joker con la que temáticamente parece establecer una terrible simetría, pero es más fácil reconocer lo que realmente es: una experiencia auténtica y sin duda una de las mejores películas de este año.
Parásitos llega a las pantallas españolas el 25 de octubre.
Galardonada con la Palma de oro en Cannes Parásitos plantea un juego de salón entre pobres y ricos a raíz de una oferta de trabajo que trae cola. Dos familias de cuatro miembros, una nadando en la abundancia y otra en notables apuros económicos de esos que agudizan el ingenio, que se unen en un terreno común, la increíble mansión de los primeros. Personajes que saben resultar simpáticos, en ocasiones dignos de lástima, en otras admirables por sus recursos pero sobre todo terriblemente humanos.
La película se mueve con inteligencia en unos escenarios que en ocasiones tienen mucho de metafórico, pasando casi del cielo a un infierno que, por supuesto, está bajo tierra, lindando con la sátira y la fábula moralizante. Algo de lo que consigue salir airosa gracias a un guión tan inteligente como divertido y unos actores que caminan con naturalidad por la escarpada línea del humor negro.
Un afilado espejo de cualquier crisis del mundo actual a través de una actualización sin tabúes del género picaresco en el que no hay buenos ni malos. Solo una clase que parece hecha de otra pasta (como menciona uno de los personajes en uno de los diálogos " rica pero maja") y otra que, a pesar de ser inteligente y trabajadora, se ve obligada a recurrir a engaños para lograr algo que a otros parece serles dado por derecho. En realidad nunca llegaremos a saber quienes son los parásitos del título, no es una película de buenos y malos sino de necesidad y prejuicios.
Rodada con elegancia, sacando el mejor partido posible de sus escenarios (como esa bajada al sótano a la que sólo le falta el proverbial cartel de "abandonad toda esperanza") Parásitos es una lección de cómo hacer buen cine. Puede que su premisa inicial nos haga pensar en su compatriota Hide and seek pero no nos encontramos ante un cuento de terror sino ante una cinta que, valiéndose de la comicidad, nos muestra una cara del ser humano que muchas veces pretendemos ignorar. Sería fácil proyectarla en programa doble con un Joker con la que temáticamente parece establecer una terrible simetría, pero es más fácil reconocer lo que realmente es: una experiencia auténtica y sin duda una de las mejores películas de este año.
Parásitos llega a las pantallas españolas el 25 de octubre.
viernes, 18 de octubre de 2019
LOS ZUMBIDOS DEL SILENCIO
Siempre se dijo, al menos antes de que empezaran las campañas en pro de la alimentación saludable, que los donuts venían de dos en dos. Pues desde hace una temporada los libros lo hacen de tres es tres. Se hace raro ya el volumen de éxito, de esos que dejan secuelas físicas si se te caen en un pie, que renuncia a dos continuaciones. Y al cine, que además de ser un arte nunca ha dejado de ser un negocio, el asunto por supuesto le viene de perlas. Da igual si es una saga romántica de romanos, romántica o de misterio. Este es el caso de la trilogía de la ciudad blanca, de Eva García Sáenz de Urturi, un éxito relámpago que en apenas tres años nos ha presentado las aventuras del detective Unai López de Ayala. Sobre la primera de ellas trata El silencio de la ciudad blanca.
Los crímenes planificados milimétricamente son terreno abonado para el éxito. Asesinos seductores, de esos con doble cara, inteligencia abundante y talante juguetón nos han dejado algunos de los mejores momentos de los thrillers de las últimas décadas, ya desde que Hannibal Lecter dejó más que claro que por repugnantes que puedan resultar sus actos el villano puede ser tan carismático o más que el bueno de la función. El criminal de El silencio de la ciudad blanca se apunta a esta tendencia con un estilo deudor de toda esta tendencia con ecos de cintas como Seven (persecuciones y fotografías incluídas) para enfrentarse a un héroe, que por una vez no es nuevo en el cuerpo o en la ciudad sino que se reincorpora tras unos hechos que conoceremos a lo largo del metraje, dispuesto a resolver de una vez por todas unas serie de crímenes que creía ya acabados.
Hasta aquí nada nuevo. Un comienzo que engancha, con unos asesinatos tan llamativos como estéticos (ojo, no en esa estética gore que nos regalaba la serie Hannibal), cuyos referentes se irán desgranando poco a poco, unos hechos del pasado que traen cola y un protagonista convincente. Todos al servicio de una trama que resulta más entretenida que inquietante, especialmente a raíz del momento en que, bastante antes que los personajes, la historia nos descubre quien es realmente el autor de los asesinatos para explicarnos en que circustancias y por qué los lleva a cabo, con unos matices que probablemente (lo siento, pero a fecha de escribir estas líneas no he leído el libro) estén mejor explicados en la novela en la que se basa, giro en el que la película parece perder parte de su fuerza.
El silencio de la ciudad blanca es una película de buena factura. Las persecuciones, que en algún momento se vuelven demasiado frecuentes (con insinuar que alguien es sospechoso este directamente se da la huída casi sin pensar...hay tramos en que los personajes corren más que hablan), están rodadas con eficacia y grandes medios (la huída por los tejados), la fotografía sabe jugar con el carácter de los escenarios y Álava, ciudad en la que se desarrolla la trama, se presenta en todo su esplendor, con gran belleza y haciendo tan buen uso de las referencias locales que dan ganas, una vez abandonada la sala, de pillar un billete y plantarse lo antes posible allí. Pero a la película le falta la garra de una primera media hora realmente prometedora, volviéndose una barroca venganza que en algún instante roza lo absurdo, y, con la excepción de un protagonista que tiene fuerza, dejando al resto de sus personajes excesivamente desdibujados, reducidos a meros comparsas de la función.
Desconozco la fidelidad de esta película respecto a la novela original pero El silencio de la ciudad blanca resulta una correcta presentación de unos personajes más que dispuestos, si esta funciona, a volver en una segunda y tercera parte para cubrir las lagunas que presentan y continuar una historia que, visto el desenlace (que por supuesto aquí no revelaremos) promete. Una cinta a la que le falta profundidad, pero que sin duda dejará más que satisfechos a los amantes de las investigaciones de crímenes refinados con guiños históricos y religiosos.
El silencio de la ciudad blanca llega a los cines el 25 de octubre.
Los crímenes planificados milimétricamente son terreno abonado para el éxito. Asesinos seductores, de esos con doble cara, inteligencia abundante y talante juguetón nos han dejado algunos de los mejores momentos de los thrillers de las últimas décadas, ya desde que Hannibal Lecter dejó más que claro que por repugnantes que puedan resultar sus actos el villano puede ser tan carismático o más que el bueno de la función. El criminal de El silencio de la ciudad blanca se apunta a esta tendencia con un estilo deudor de toda esta tendencia con ecos de cintas como Seven (persecuciones y fotografías incluídas) para enfrentarse a un héroe, que por una vez no es nuevo en el cuerpo o en la ciudad sino que se reincorpora tras unos hechos que conoceremos a lo largo del metraje, dispuesto a resolver de una vez por todas unas serie de crímenes que creía ya acabados.
Hasta aquí nada nuevo. Un comienzo que engancha, con unos asesinatos tan llamativos como estéticos (ojo, no en esa estética gore que nos regalaba la serie Hannibal), cuyos referentes se irán desgranando poco a poco, unos hechos del pasado que traen cola y un protagonista convincente. Todos al servicio de una trama que resulta más entretenida que inquietante, especialmente a raíz del momento en que, bastante antes que los personajes, la historia nos descubre quien es realmente el autor de los asesinatos para explicarnos en que circustancias y por qué los lleva a cabo, con unos matices que probablemente (lo siento, pero a fecha de escribir estas líneas no he leído el libro) estén mejor explicados en la novela en la que se basa, giro en el que la película parece perder parte de su fuerza.
El silencio de la ciudad blanca es una película de buena factura. Las persecuciones, que en algún momento se vuelven demasiado frecuentes (con insinuar que alguien es sospechoso este directamente se da la huída casi sin pensar...hay tramos en que los personajes corren más que hablan), están rodadas con eficacia y grandes medios (la huída por los tejados), la fotografía sabe jugar con el carácter de los escenarios y Álava, ciudad en la que se desarrolla la trama, se presenta en todo su esplendor, con gran belleza y haciendo tan buen uso de las referencias locales que dan ganas, una vez abandonada la sala, de pillar un billete y plantarse lo antes posible allí. Pero a la película le falta la garra de una primera media hora realmente prometedora, volviéndose una barroca venganza que en algún instante roza lo absurdo, y, con la excepción de un protagonista que tiene fuerza, dejando al resto de sus personajes excesivamente desdibujados, reducidos a meros comparsas de la función.
Desconozco la fidelidad de esta película respecto a la novela original pero El silencio de la ciudad blanca resulta una correcta presentación de unos personajes más que dispuestos, si esta funciona, a volver en una segunda y tercera parte para cubrir las lagunas que presentan y continuar una historia que, visto el desenlace (que por supuesto aquí no revelaremos) promete. Una cinta a la que le falta profundidad, pero que sin duda dejará más que satisfechos a los amantes de las investigaciones de crímenes refinados con guiños históricos y religiosos.
El silencio de la ciudad blanca llega a los cines el 25 de octubre.
miércoles, 16 de octubre de 2019
PRENOCTURNEANDO 2019
Queda menos de una semana para que Nocturna de el pistoletazo de salida de su VII edición.
Por ello hoy se ha presentado en la Fnac de Callao, que será sede de las actividades paralelas, su programa final y las novedades de este año, así como su spot oficial.
Como en años anteriores el festival, que se celebrará del 22 al 26 de octubre, repartirá sus sesiones entre el cine Proyecciones y la sala Berlanga, en la que podremos disfrutar de un ciclo dedicado a Chicho Ibáñez Serrador y la televisión fantaterrorífica, incluyendo episodios de Historias para no dormir y algunas de las películas para no dormir. Las sesiones del cine Berlanga tendrán lugar del 22 al 25 y serán gratuitas hasta completar aforo. También será escenario de la clase magistral impartida por el invitado de honor Alex Prontas, que tendrá lugar el miércoles 23 a las 12h.
En cuanto al Proyecciones a las películas ya confirmadas se suma la de la clausura, Vivarium, cinta de ciencia ficción galardonada en Cannes, así como películas que prometen sorprendernos como la India Andhadhun o The furies. Todas ellas se proyectarán como marca la tradición precedidas de un corto.
Falta ya muy poquito para volver a disfrutar del mejor fantástico en pantalla grande...y Monigotorium estará allí para cubrirlo con la ayuda de la primera (que nos conste) marioneta acreditada en un festival de cine.
Horarios y más información en http://nocturnamadrid.com/es
Por ello hoy se ha presentado en la Fnac de Callao, que será sede de las actividades paralelas, su programa final y las novedades de este año, así como su spot oficial.
Como en años anteriores el festival, que se celebrará del 22 al 26 de octubre, repartirá sus sesiones entre el cine Proyecciones y la sala Berlanga, en la que podremos disfrutar de un ciclo dedicado a Chicho Ibáñez Serrador y la televisión fantaterrorífica, incluyendo episodios de Historias para no dormir y algunas de las películas para no dormir. Las sesiones del cine Berlanga tendrán lugar del 22 al 25 y serán gratuitas hasta completar aforo. También será escenario de la clase magistral impartida por el invitado de honor Alex Prontas, que tendrá lugar el miércoles 23 a las 12h.
En cuanto al Proyecciones a las películas ya confirmadas se suma la de la clausura, Vivarium, cinta de ciencia ficción galardonada en Cannes, así como películas que prometen sorprendernos como la India Andhadhun o The furies. Todas ellas se proyectarán como marca la tradición precedidas de un corto.
Falta ya muy poquito para volver a disfrutar del mejor fantástico en pantalla grande...y Monigotorium estará allí para cubrirlo con la ayuda de la primera (que nos conste) marioneta acreditada en un festival de cine.
Horarios y más información en http://nocturnamadrid.com/es
martes, 15 de octubre de 2019
ENAJENADOS EN UN TREN
Hay películas que son como un puzzle, o una matrioska. Otras un emocionante laberinto. Ventajas de viajar en tren deja el célebre cubo cenobita de Hellraiser a la altura del betún.
Es difícil hablar de una película como esta, una cinta que salta continuamente entre lo real y lo imaginario, con unas conexiones bien hiladas pero tremendamente barroca y una suspensión de incredulidad, que en más de un momento se hace dura, que estalla en la misma cara de los personajes y, por ende, del espectador.
Ventajas de viajar en tren es una cinta tremendamente literaria, no por su origen en la novela homónima de Antonio Orejudo, sino por como articula su trama. Tres historias, la última de igual título que la película, con distintos narradores que en alguna de bifurcan, como buena dimensión desconocida, hasta el infinito, y que se mueven entre géneros tan dispersos como el relato de conspiraciones o el romance cuasigótico dan prueba de ello. Y no basta para servir un plato que ha pasado por el tamiz de la esquizofrenia y que parece en más de una ocasión retorcerse para morder su propia cola, entre manierismos visuales que no renuncian al ojo de pez o escenas tan hipnóticas como ese interludio musical con sangriento desenlace.
Sencillamente una historia, o deberíamos decir unas historias, incapaces de dejar indiferente a nadie, con sus pinceladas de gore y sus referencias a extrañas filias (alguna probablemente traerá cola, como en la segunda parte) que pueden funcionar como revulsivo para más de un espectador que descubre, a pesar de omitirse algunas de las escenas más explícitas, un universo tan cotidiano como aterrador.
Ventajas de viajar en tren no es una película fácil, pero es divertida, original y rica en un humor más negro que un túnel. Una obra sorprendente en la que, aunque parezca mentira, todo encaja.
Ventajas de viajar en tren llega a los cines el 8 de noviembre.
Es difícil hablar de una película como esta, una cinta que salta continuamente entre lo real y lo imaginario, con unas conexiones bien hiladas pero tremendamente barroca y una suspensión de incredulidad, que en más de un momento se hace dura, que estalla en la misma cara de los personajes y, por ende, del espectador.
Ventajas de viajar en tren es una cinta tremendamente literaria, no por su origen en la novela homónima de Antonio Orejudo, sino por como articula su trama. Tres historias, la última de igual título que la película, con distintos narradores que en alguna de bifurcan, como buena dimensión desconocida, hasta el infinito, y que se mueven entre géneros tan dispersos como el relato de conspiraciones o el romance cuasigótico dan prueba de ello. Y no basta para servir un plato que ha pasado por el tamiz de la esquizofrenia y que parece en más de una ocasión retorcerse para morder su propia cola, entre manierismos visuales que no renuncian al ojo de pez o escenas tan hipnóticas como ese interludio musical con sangriento desenlace.
Sencillamente una historia, o deberíamos decir unas historias, incapaces de dejar indiferente a nadie, con sus pinceladas de gore y sus referencias a extrañas filias (alguna probablemente traerá cola, como en la segunda parte) que pueden funcionar como revulsivo para más de un espectador que descubre, a pesar de omitirse algunas de las escenas más explícitas, un universo tan cotidiano como aterrador.
Ventajas de viajar en tren no es una película fácil, pero es divertida, original y rica en un humor más negro que un túnel. Una obra sorprendente en la que, aunque parezca mentira, todo encaja.
Ventajas de viajar en tren llega a los cines el 8 de noviembre.
viernes, 11 de octubre de 2019
LA GRAN COMILONA
No sé quien tuvo por primera vez la sublime idea de que un cuerpo putrefacto, devuelto a la vida por una suerte de conjuro o tal vez por un virus desconocido, que te persigue e intenta devorarte es cosa de risa. Así en principio parece un poco fuerte pero la idea essencillamente genial. A pruebas como Shaun of the dead, Juan de los muertos o Zombis nazis me remito...y hay que reconocer que, contradiciendo la regla de rigor, en este último caso su secuela supera ampliamente a la original. Por supuesto uno de los mayores éxitos de los últimos años en este campo exigía también secuela y esta llega tomando como subtítulo una de las reglas de sus protagonistas: Zombieland: mata y remata.
Parece mentira pero ya han pasado diez años desde el estreno del título original. Muchas cosas han cambiado en la trayectoria de los actores que los encarnan ( ahí está ese Óscar para Emma Stone por La la land o la controvertida aportación de Jesse Eisenberg a cierta franquicia superheroica) pero los habitantes de estos Estados Unidos de Zombieland regresan para seguir luchando por su supervivencia en un mundo apocalíptico en el que los zombies siguen siendo una gran amenaza...o incluso mayor, si cabe.
Zombieland: mata y remata sabe retomar perfectamente el espíritu de la original y recuperar muchos de sus aciertos, incluyendo el matazombis de la semana (y puede que del año e incluso del milenio) y las reglas, pero añade nuevos elementos al cóctel nuevos tipos de zombies (no, no vuelve el zombie payaso...demasiada saturación en la gran pantalla tenemos últimamente) y nuevos personajes como Madison o Berkeley, de esos que estás deseando devoren los zombies y, francamente, no acabas de entender no lo hayan hecho todavía, aunque sin perder nunca de vista un cuarteto protagonista que comienza a fraguar como una auténtica aunque atípica familia.
Zombieland: mata y remata es una película con un sentido del humor a prueba de bomba, que aumenta su gancho gracias a un guión que sabe sacar buen jugo a las réplicas sin alargar los gags en exceso (como la aparición de esos dos matazombies que francamente recuerdan a alguien), un gran sentido del ritmo y una buena química entre sus principales personajes. Una historia que sabe continuar con tino la historia original sin circunloquios, haciendo buen uso de recursos de la cultura americana (como los relativos a Elvis o la Casa Blanca) y de las posibilidades de un género que, sin evolucionar en demasía, sabe mantenerse en sus terrenos comunes (es más, alguna escena de acción puede que nos recuerde a alguna de las últimas entregas de Resident evil) con eficacia.
Película para fans de la acción y del terror más divertido la nueva entrega de Zombieland es puro cine de palomitas, de no parar desde unos créditos que revelan la cara oculta de logo de Columbia pictures. Cine de ese que disfruta como un niño aun no siendo recomendable para los más pequeños de la casa, que sabe arrancar carcajadas de principio a fin.
Y para aquellos que echen de menos al protagonista del mejor cameo de su primera parte aquí, no diré en que circustancias, encuentra su huequecito...pero para disfrutarlo a tope hay que quedarse hasta el final de los títulos de crédito. Merece la pena.
Zombieland: mata y remata llega a las pantallas españolas el 18 de octubre
Zombieland: mata y remata sabe retomar perfectamente el espíritu de la original y recuperar muchos de sus aciertos, incluyendo el matazombis de la semana (y puede que del año e incluso del milenio) y las reglas, pero añade nuevos elementos al cóctel nuevos tipos de zombies (no, no vuelve el zombie payaso...demasiada saturación en la gran pantalla tenemos últimamente) y nuevos personajes como Madison o Berkeley, de esos que estás deseando devoren los zombies y, francamente, no acabas de entender no lo hayan hecho todavía, aunque sin perder nunca de vista un cuarteto protagonista que comienza a fraguar como una auténtica aunque atípica familia.
Zombieland: mata y remata es una película con un sentido del humor a prueba de bomba, que aumenta su gancho gracias a un guión que sabe sacar buen jugo a las réplicas sin alargar los gags en exceso (como la aparición de esos dos matazombies que francamente recuerdan a alguien), un gran sentido del ritmo y una buena química entre sus principales personajes. Una historia que sabe continuar con tino la historia original sin circunloquios, haciendo buen uso de recursos de la cultura americana (como los relativos a Elvis o la Casa Blanca) y de las posibilidades de un género que, sin evolucionar en demasía, sabe mantenerse en sus terrenos comunes (es más, alguna escena de acción puede que nos recuerde a alguna de las últimas entregas de Resident evil) con eficacia.
Película para fans de la acción y del terror más divertido la nueva entrega de Zombieland es puro cine de palomitas, de no parar desde unos créditos que revelan la cara oculta de logo de Columbia pictures. Cine de ese que disfruta como un niño aun no siendo recomendable para los más pequeños de la casa, que sabe arrancar carcajadas de principio a fin.
Y para aquellos que echen de menos al protagonista del mejor cameo de su primera parte aquí, no diré en que circustancias, encuentra su huequecito...pero para disfrutarlo a tope hay que quedarse hasta el final de los títulos de crédito. Merece la pena.
Zombieland: mata y remata llega a las pantallas españolas el 18 de octubre
jueves, 10 de octubre de 2019
UN HOMBRE CON PIEDAD
En cuanto uno se pone a pensar en películas dedicadas a grandes figuras de las bellas artes tras El loco del pelo de rojo de rigor seguro que la segunda o tercera que acude a nuestra mente es El tormento y el éxtasis, esa historia puro Hollywood consagrada al Miguel Ángel pintor. Pero miguel Ángel además de ser un pintor sobrehumano y un magnífico arquitecto, talento que suele pasar desapercibido, era sobre todo un escultor, casi podría decirse el escultor. Con mayúsculas. A e´l está consagrado el documental Michelangelo infinito.
Original en su concepción Michelangelo infinito no es un mero documental con recreaciones, sino una recreación completa de la creación de las obras fudamentales del artista tomando como narradores a un Miguel Ángel ya anciano en la cantera de la que surgirá su magia, y un Vasari, autor de la ora fundamental Vidas, que irán desgranando poco a poco la trayectoria del autor, a la par que se detiene para que nos recreemos en los detalles de cada una de las creaciones, con un bello uso de la iluminación y una minuciosa exploración de sus características.
Con un espíritu, perdido en un soliloquio miguelangelesco entre el que se pierden las reflexiones de Vasari, casi teatral Michelangelo infinito es una cinta atípica, en un género en el que las recreaciones tienden a ser meros apuntes, mientras que aquí controlan el grueso del relato, que sabe resultar tan amena como divertida (el episodio del Tondo Doni), saiendo combinar con inteligencia sujetividad y objetividad.
Fácil de olvidar en cualquier momento que nos encontramos ante un documental Michelangelo infinito sabe moverse con gracia intergéneros, con un más que correcto elenco de actores y una eficaz dirección artística, así como unos más que correctos efectos especiales que le valieron la nominación en su categoría en los premios David de Donatello (nos queda la duda si de haber premios David de Michelangelo se lo hubiesen dado...el chiste es malo pero no me he podido contener).
Michelangelo infinito es una gran elección para los amantes del arte en general y de la obra de Miguel Ángel en particular. No revela episodios especialmente desconcocidos de su obra, pero resulta una agradable aproximación a la trayectoria del artista, con el mimo que pide una obra de arte.
Michelangelo infinito llega a los cines por tiempo limitado el 21 de octubre.
Original en su concepción Michelangelo infinito no es un mero documental con recreaciones, sino una recreación completa de la creación de las obras fudamentales del artista tomando como narradores a un Miguel Ángel ya anciano en la cantera de la que surgirá su magia, y un Vasari, autor de la ora fundamental Vidas, que irán desgranando poco a poco la trayectoria del autor, a la par que se detiene para que nos recreemos en los detalles de cada una de las creaciones, con un bello uso de la iluminación y una minuciosa exploración de sus características.
Con un espíritu, perdido en un soliloquio miguelangelesco entre el que se pierden las reflexiones de Vasari, casi teatral Michelangelo infinito es una cinta atípica, en un género en el que las recreaciones tienden a ser meros apuntes, mientras que aquí controlan el grueso del relato, que sabe resultar tan amena como divertida (el episodio del Tondo Doni), saiendo combinar con inteligencia sujetividad y objetividad.
Fácil de olvidar en cualquier momento que nos encontramos ante un documental Michelangelo infinito sabe moverse con gracia intergéneros, con un más que correcto elenco de actores y una eficaz dirección artística, así como unos más que correctos efectos especiales que le valieron la nominación en su categoría en los premios David de Donatello (nos queda la duda si de haber premios David de Michelangelo se lo hubiesen dado...el chiste es malo pero no me he podido contener).
Michelangelo infinito es una gran elección para los amantes del arte en general y de la obra de Miguel Ángel en particular. No revela episodios especialmente desconcocidos de su obra, pero resulta una agradable aproximación a la trayectoria del artista, con el mimo que pide una obra de arte.
Michelangelo infinito llega a los cines por tiempo limitado el 21 de octubre.
martes, 8 de octubre de 2019
HAY UN CORDERO EN LA LUNA
Durante décadas pensábamos que los aliens abducían a las vacas para realizar oscuros experimentos. Pero vista La oveja Shaun Granjaguedon va a resultar que les van más las ovejas.
Aunque Aardman, que nos ha dejado algunas de las mejores películas y cortos de animación de los últimos años, parece haber perdido algo de la sonoridad de anteriores décadas, algunos de sus últimos mejores momentos no los ha proporcionado la oveja Shaun, con sus aventuras casi mudas ( los animales no hablan, y los humanos hablan una jerga intraducible) en la pequeña y gran pantalla. Esta última entrega no es una excepción sino una confirmación de como el cine de animación puede deleitar tanto a niños como adultos.
Una trama sencilla, tomando como punto de partida un encuentro en la tercera fase entre nuestra incorformista herbívora y un alienígena adicto a la comida basura que va a trastocar por completo la vida en la apacible granja, y más cuando descubran que nuestro visitante de otro mundo necesita ayuda para encontrar su nave y volver a su planeta, a lo que para redondear el asunto se suma un granjero dispuesto a lucrarse con la moda alien...con más imaginación que medios.
Una historia de amistad que es ante todo una comedia sin pausa, un continuum del mejor slapstick que consigue hacer reír tanto a niños como adultos. Y lo consigue sumando a unos gags visuales bien orquestados toda una serie de homenajes a lo mejorcito de la ciencia ficción, tanto televisiva como cinematográfica que va desde E.T. a Expediente X pasando por Doctor Who, y dejando la parte del león para 2001. Una odisea del espacio. Solo que nuestro monolito ha sido sustituido por una tostada.
La oveja Shaun. La película: Granjaguedon es una cinta rabiosamente divertida, que aunque sin perder nunca de vista su público potencial, la infancia, con su tono inocente y su moraleja, consigue que los adultos lo pasemos como niños. Historia en la que hasta el secundario más nimio es un robaescenas en potencia se trata de una historia simple en su concepción, pero animada con mimo hasta el último detalle y con un sentido del ritmo que desearía cualquier comedia que se precie. Dejad los perjuicios en la puerta: la oveja Shaun, aunque solo bale, sabe muy bien de lo que habla.
Aunque Aardman, que nos ha dejado algunas de las mejores películas y cortos de animación de los últimos años, parece haber perdido algo de la sonoridad de anteriores décadas, algunos de sus últimos mejores momentos no los ha proporcionado la oveja Shaun, con sus aventuras casi mudas ( los animales no hablan, y los humanos hablan una jerga intraducible) en la pequeña y gran pantalla. Esta última entrega no es una excepción sino una confirmación de como el cine de animación puede deleitar tanto a niños como adultos.
Una trama sencilla, tomando como punto de partida un encuentro en la tercera fase entre nuestra incorformista herbívora y un alienígena adicto a la comida basura que va a trastocar por completo la vida en la apacible granja, y más cuando descubran que nuestro visitante de otro mundo necesita ayuda para encontrar su nave y volver a su planeta, a lo que para redondear el asunto se suma un granjero dispuesto a lucrarse con la moda alien...con más imaginación que medios.
Una historia de amistad que es ante todo una comedia sin pausa, un continuum del mejor slapstick que consigue hacer reír tanto a niños como adultos. Y lo consigue sumando a unos gags visuales bien orquestados toda una serie de homenajes a lo mejorcito de la ciencia ficción, tanto televisiva como cinematográfica que va desde E.T. a Expediente X pasando por Doctor Who, y dejando la parte del león para 2001. Una odisea del espacio. Solo que nuestro monolito ha sido sustituido por una tostada.
La oveja Shaun. La película: Granjaguedon es una cinta rabiosamente divertida, que aunque sin perder nunca de vista su público potencial, la infancia, con su tono inocente y su moraleja, consigue que los adultos lo pasemos como niños. Historia en la que hasta el secundario más nimio es un robaescenas en potencia se trata de una historia simple en su concepción, pero animada con mimo hasta el último detalle y con un sentido del ritmo que desearía cualquier comedia que se precie. Dejad los perjuicios en la puerta: la oveja Shaun, aunque solo bale, sabe muy bien de lo que habla.
La oveja Shaun Granjaguedon llega a los cines el 31 de octubre
lunes, 7 de octubre de 2019
LA ÚLTIMA DE NOSOTRAS
Definitivamente lo de Casey Affleck no es contar cuentos. Ha demostrado ser un sólido intérprete y ha hecho sus pinitos como guionista y director, pero los primeros minutos de La luz de mi vida demuestran que la narración previa a las buenas noches puede tanto dormir a los niños...como a los adultos. Pero por suerte en la cinta que nos ocupa no es solo la fábula, como él la acaba bautizando, de el arca de Art. Es la historia de una niña, Rag, y su padre. Aunque con un pequeño matiz: es posible que ella sea una de las últimas niñas sobre la faz de la tierra.
Futuro apocalíptico sin fecha, pero de esos que podrían ser perfectamente mañana por la tarde, La luz de mi vida nos presenta un mundo asolado por una plaga que parece solo afectar a las mujeres, aunque también parece haber hecho mella en unos supervivientes que viven con pocos recursos y casi dependientes de las cartillas de racionamiento y el autoabastecimiento. Menos agresivo que otros a los que nos hemos enfrentado anteriormente coches y trenes, aunque escasos, parecen seguir funcionando, así como en muchas partes la electricidad, y los supervivientes no parecen haber caído masivamente en la locura que parece afectar al grueso de los personajes de estesubgénero. Por no haber no hay ni zombies, ni mutantes, ni caníbales...y eso ya casi la convierte en una rara avis.
Se trata así de un futuro más cercano al de Hijos de los hombres, con un fuerte aroma a La carretera, auque si nos movemos en terrenos no cinematográficos probablemente nos recuerde poderosamente al muy recomendable cómic Y, el último hombre, que planteaba un mundo en el que todos los hombres y animales macho han desaparecido salvo un joven y su mono ayudante, o el videojuego The last of us, en el que un hombre escolaba a la que podía ser la única persona inmune en una tierra asolada por unos hongos que convertían a los humanos en una suerte de zombies. Un terrerno que conocemos bien y en el que el hombre (y en este caso nunca mejor dicho) sigue siendo un lobo para el hombre.
Más allá de eso nos encontramos ante una cinta bien rodada, con una fotografía elegante que brilla en sus contrastes y un buen empleo de los escenarios naturales. Pero también ante una película que divaga demasiado, que en más de una ocasión se limita a ser un huída hacia delante, complaciéndose en diálogos pretendidamente profundos que aportan poco a unos personajes a los que salva una relación entrañable ente un peligro indefinido.
Segunda incursión como director tras I'm still here, La luz de mi vida es una película que apunta maneras y que se nota aspira a ser un ejercicio de madurez como cineasta, pero que no acaba de dar el do de pecho. Una obra que se pierde complaciéndose en entornos nevados, metáforas infantiles y consejos de cara a la vida adulta que parecen brotar a desordenados borbotones. Aspirando a una profundidad que no alcanza La luz de mi vida se queda en película correcta, y una curiosidad para aquellos que disfrutan de las distopías como género.
Futuro apocalíptico sin fecha, pero de esos que podrían ser perfectamente mañana por la tarde, La luz de mi vida nos presenta un mundo asolado por una plaga que parece solo afectar a las mujeres, aunque también parece haber hecho mella en unos supervivientes que viven con pocos recursos y casi dependientes de las cartillas de racionamiento y el autoabastecimiento. Menos agresivo que otros a los que nos hemos enfrentado anteriormente coches y trenes, aunque escasos, parecen seguir funcionando, así como en muchas partes la electricidad, y los supervivientes no parecen haber caído masivamente en la locura que parece afectar al grueso de los personajes de estesubgénero. Por no haber no hay ni zombies, ni mutantes, ni caníbales...y eso ya casi la convierte en una rara avis.
Se trata así de un futuro más cercano al de Hijos de los hombres, con un fuerte aroma a La carretera, auque si nos movemos en terrenos no cinematográficos probablemente nos recuerde poderosamente al muy recomendable cómic Y, el último hombre, que planteaba un mundo en el que todos los hombres y animales macho han desaparecido salvo un joven y su mono ayudante, o el videojuego The last of us, en el que un hombre escolaba a la que podía ser la única persona inmune en una tierra asolada por unos hongos que convertían a los humanos en una suerte de zombies. Un terrerno que conocemos bien y en el que el hombre (y en este caso nunca mejor dicho) sigue siendo un lobo para el hombre.
Más allá de eso nos encontramos ante una cinta bien rodada, con una fotografía elegante que brilla en sus contrastes y un buen empleo de los escenarios naturales. Pero también ante una película que divaga demasiado, que en más de una ocasión se limita a ser un huída hacia delante, complaciéndose en diálogos pretendidamente profundos que aportan poco a unos personajes a los que salva una relación entrañable ente un peligro indefinido.
Segunda incursión como director tras I'm still here, La luz de mi vida es una película que apunta maneras y que se nota aspira a ser un ejercicio de madurez como cineasta, pero que no acaba de dar el do de pecho. Una obra que se pierde complaciéndose en entornos nevados, metáforas infantiles y consejos de cara a la vida adulta que parecen brotar a desordenados borbotones. Aspirando a una profundidad que no alcanza La luz de mi vida se queda en película correcta, y una curiosidad para aquellos que disfrutan de las distopías como género.
La luz de mi vida llega a los cines españoles el 11 de octubre.
viernes, 4 de octubre de 2019
LA SEPARACIÓN DE MI MEJOR AMIGO
Es inevitable sentir en inicio algo de complicidad antes las películas de reuniones de amigos que llevan años sin verse. Sabemos que encontraremos los tópicos de siempre: el patoso, el que ha cambiado mucho pero para bien... y por supuesto el que oculta un secreto que, o bien por deseo propio o bien por azares del destino, el resto acabará descubriendo. Y da igual si hablamos de un drama o una comedia. A la lista, y sin salirse de las norma se une Pequeñas mentiras para estar juntos.
Traducción creativa del original con spoiler Nous finirons ensemble Pequeñas mentiras para estar juntos es una de esas comedias dramáticas que, a poco que se tuerza algo en las relaciones entre sus personajes puede acabar fácilmente en tragedia.
Secuela de Pequeñas mentiras sin importancia es una de esas segundas partes que pueden disfrutarse plenamente sin haber visto la original, una comedia que aun siendo francesa arrastra un fuerte aroma british tanto por su comicidad como por una bien elegida banda sonora rica en temas anglófonos. Una película sobre maduritos nostálgicos (aunque en algún caso ya podríamos hablar de más que maduritos, ya que el motivo de la gran reunión es el 60 cumpleaños de uno de los protagonistas) que, aunque en ocasiones no encajan bien el pasado se dejan aterrorizar, incluso tomando decisiones de esas que no tienen vuelta atrás, por un presente que implica en ocasiones hijos, desamores y cargas financieras, ante el que los amigos pueden ser tanto un salvavidas como la patada que termine de arrojarlos al abismo.
Cómica tanto física como verbal Pequeñas mentiras para estar juntos consigue tanto hacernos sonreir como arrancarnos la carcajada. Cierto que hay personajes algo desdibujados, aunque para los que no hay intérprete pequeño, y una buena serie de tópicos de esos que se ven venir a varios kilómetros, pero sus personajes son ricos en carisma, su trama, con pinceladas catárquicas, entretenida y su sentido del ritmo el adecuado para una trama agridulce pero con buen sentido del humor.
Pero sobre todo nos encontramos ante una película de personajes humanos, una historia sencilla pero rodada con elegancia y una pequeña puerta para la esperanza.Simplemente una historia de como superar nuestros propios baches. Como la vida misma.
Traducción creativa del original con spoiler Nous finirons ensemble Pequeñas mentiras para estar juntos es una de esas comedias dramáticas que, a poco que se tuerza algo en las relaciones entre sus personajes puede acabar fácilmente en tragedia.
Secuela de Pequeñas mentiras sin importancia es una de esas segundas partes que pueden disfrutarse plenamente sin haber visto la original, una comedia que aun siendo francesa arrastra un fuerte aroma british tanto por su comicidad como por una bien elegida banda sonora rica en temas anglófonos. Una película sobre maduritos nostálgicos (aunque en algún caso ya podríamos hablar de más que maduritos, ya que el motivo de la gran reunión es el 60 cumpleaños de uno de los protagonistas) que, aunque en ocasiones no encajan bien el pasado se dejan aterrorizar, incluso tomando decisiones de esas que no tienen vuelta atrás, por un presente que implica en ocasiones hijos, desamores y cargas financieras, ante el que los amigos pueden ser tanto un salvavidas como la patada que termine de arrojarlos al abismo.
Cómica tanto física como verbal Pequeñas mentiras para estar juntos consigue tanto hacernos sonreir como arrancarnos la carcajada. Cierto que hay personajes algo desdibujados, aunque para los que no hay intérprete pequeño, y una buena serie de tópicos de esos que se ven venir a varios kilómetros, pero sus personajes son ricos en carisma, su trama, con pinceladas catárquicas, entretenida y su sentido del ritmo el adecuado para una trama agridulce pero con buen sentido del humor.
Pero sobre todo nos encontramos ante una película de personajes humanos, una historia sencilla pero rodada con elegancia y una pequeña puerta para la esperanza.Simplemente una historia de como superar nuestros propios baches. Como la vida misma.
Pequeñas mentiras para mantenernos juntos llega a las pantallas españolas el 11 de noviembre.
miércoles, 2 de octubre de 2019
LA CHICA DEL CORO
Si hay una voz capaz de hacer creer en los ángeles esa es la de Aretha Franklin en Amazing Grace. Es difícil tildar esta película de documental. Partiendo de las filmaciones de un concierto con público en directo durante dos noches en 1972 en la Iglesia Bautista Misionera New Temple en Watts,, y que darían lugar al albúm en vivo homónimo, su metraje no ha llegado a las pantallas hasta casi una década después de la muerte de su director, Sidney Pollack, y más de 40 después de su rodaje.
Amazing Grace es una película sencilla en su concepción. Un conjunto de espirituales clásicos, entre los que se encuentra el que da título a la cinta, una increíble solista, acompañada por el coro de la Southern California Community y su director, una pequeña orquesta y un predicador que, sin ser propiamente un oficio, actúa como presentador de los temas. Una unidad, apenas rota en contadas ocasiones por un pequeño guiño a los ensayos y una breve introducción que nos conduce por las calles de la ciudad al mundo de una intérprete que ya era una estrella pero que quería volver con este proyecto a sus orígenes, que nos lleva a un concierto en vivo, sumergiéndonos entre los espectadores y sin evitar las presencias de los cámaras, técnicos e incluso del propio director, amén presencias tan llamativas entre el respetable como la de un jovencísimo Mick Jagger.
Pero esta obra es más que una pieza del séptimo arte. Tras años de complicado montaje y sincronización, con un gran esfuerzo que sin embargo no logra que el resultado final sea perfecto técnicamente hablando, pero que sí cuenta con una perfección absoluta que es la música que inunda este film nos encontrramos ante una obra que exuda puro delirio musical.
Ignoro si en sus proyecciones en cine la audiencia caerá en tal delirio como el que trajo el estreno de This is it, el documental póstumo sobre la que iba a ser la última y más ambiciosa gira de Michael Jackson, durante cuyo visionado hasta se oían aplausos en las salas pero, si se me permite el símil fácil Amazing Grace es toda una experiencia religiosa.
Aretha en estado puro la película nos presenta a una artista en plenas facultades, capaz de eclipsar con su voz a todo un coro y de transportarnos casi a otra dimensión. Una cantante increíble pero también una mujer que lo da todo en el escenario, a la que no cuesta ver terriblemente emocionada, frágil incluso y empapada en sudor, pero dispuesta a alcanzar lo más alto, y no solo en el nivel artísitco con sus notas. Una auténtica dama de la música que a diferencia de la popular crítica sobre Lola Flores canta y toca el piano pero, al igual que a esta, tampoco hay que perdérsela.
Amazing Grace es una cinta que no hay que analizar por sus valores cinematográficos. Su puesta en escena es simple, los roles de sus intérpretes, aun con robaescenas como el entregadísimo Reverendo James Cleveland, casi anecdóticos, su montaje aunque eficaz sencillo. Pero nadie que se considere amante de la música con mayúsculas debería perdérsela: es arte en estado puro.
Amazing Grace es una película sencilla en su concepción. Un conjunto de espirituales clásicos, entre los que se encuentra el que da título a la cinta, una increíble solista, acompañada por el coro de la Southern California Community y su director, una pequeña orquesta y un predicador que, sin ser propiamente un oficio, actúa como presentador de los temas. Una unidad, apenas rota en contadas ocasiones por un pequeño guiño a los ensayos y una breve introducción que nos conduce por las calles de la ciudad al mundo de una intérprete que ya era una estrella pero que quería volver con este proyecto a sus orígenes, que nos lleva a un concierto en vivo, sumergiéndonos entre los espectadores y sin evitar las presencias de los cámaras, técnicos e incluso del propio director, amén presencias tan llamativas entre el respetable como la de un jovencísimo Mick Jagger.
Pero esta obra es más que una pieza del séptimo arte. Tras años de complicado montaje y sincronización, con un gran esfuerzo que sin embargo no logra que el resultado final sea perfecto técnicamente hablando, pero que sí cuenta con una perfección absoluta que es la música que inunda este film nos encontrramos ante una obra que exuda puro delirio musical.
Ignoro si en sus proyecciones en cine la audiencia caerá en tal delirio como el que trajo el estreno de This is it, el documental póstumo sobre la que iba a ser la última y más ambiciosa gira de Michael Jackson, durante cuyo visionado hasta se oían aplausos en las salas pero, si se me permite el símil fácil Amazing Grace es toda una experiencia religiosa.
Aretha en estado puro la película nos presenta a una artista en plenas facultades, capaz de eclipsar con su voz a todo un coro y de transportarnos casi a otra dimensión. Una cantante increíble pero también una mujer que lo da todo en el escenario, a la que no cuesta ver terriblemente emocionada, frágil incluso y empapada en sudor, pero dispuesta a alcanzar lo más alto, y no solo en el nivel artísitco con sus notas. Una auténtica dama de la música que a diferencia de la popular crítica sobre Lola Flores canta y toca el piano pero, al igual que a esta, tampoco hay que perdérsela.
Amazing Grace es una cinta que no hay que analizar por sus valores cinematográficos. Su puesta en escena es simple, los roles de sus intérpretes, aun con robaescenas como el entregadísimo Reverendo James Cleveland, casi anecdóticos, su montaje aunque eficaz sencillo. Pero nadie que se considere amante de la música con mayúsculas debería perdérsela: es arte en estado puro.
Amazing Grace llega a las pantallas españolas el 4 de octubre.
martes, 1 de octubre de 2019
LOS TIPOS DUROS SÍ JUEGAN AL MUS
En un cine español que ha paseado por todos los géneros, del drama a la ciencia ficción, pasando por la comedia o el terror el noir parece sin embargo una rara avis, aunque ejemplos no falten. Y para muchos (entre los que me cuento), aun en un año tan tardío como 1981 respecto a su edad dorada, El crack no puede faltar en la lista. Una cinta que, en una época en que no era usual dió para una secuela (El crack dos en 1983). Pero sorprende aun más que 36 años después de su última aparición en la gran pantalla vuelva llegue El crack cero.
En un terreno al que nos ha acostumbrado Hollywood pero que se hace raro en estas latitudes como es la precuela, y que probablemente nos habría sorprendido menos en una saga cómica como Torrente que convirtiendo en trilogía las andanzas de un personaje clásico como es Germán Areta, El crack cero nos transporta a los últimos meses de 1975, un año clave a nivel histórico, pero que para sus personajes va a ser relevante más a nivel personal que global .
Con un envoltorio distinto, una hermosa fotografía en blanco y negro a la que ya recurriera Garci en You're the one, y rostros nuevos para sus protagonistas, unos más que correctos Carlos Santos como Germán Areta "el piojo" y Miguel Ángel Muñoz como Cárdenas "el moro", la nueva entrega de El crack nos lleva de nuevo a un Madrid de belleza casi fantasmal, plagado de cines de grandes carteles para presentarnos un crimen (el suicidio de un sastre que probablemente no sea tal, y más conociendo las aficiones poco recomendables del cadáver) que va a llevar de nuevo a sus personajes (o tal vez debería decir por primera vez) a dar un paseo por el lado más sórdido de la sociedad. Un paseo nostálgico, en el que sus creadores parecen romper en más de una ocasión la cuarta pared para hablar por boca de sus personajes, recordando un pasado de fuerte aura cinematográfica.
No se puede negar que este nuevo crack impacta menos que su primera cinta, de la que sabe retomar leivmotivs con inteligencia como la importancia del boxeo (aunque la metáfora de oro en esta ocasión se la llevará un simil balompédico) o el aire de unos diálogos con un fuerte aroma entre teatral y noir merced al valor de la réplica ingeniosa. Pero tampoco se puede negar que nos encontramos ante una más que digna ampliación (se me hace raro decir continuación en su condición de precuela) de esas dos primeras partes con las que tiene mucho en común tanto por su ritmo (ahí están esos apartes por las calles madrileñas acompañados por una banda sonora que nos es ya familiar) como por la construcción de una trama que incluso consigue, al igual que la original, darnos más de una sorpresa.
Pero si dejamos en el tintero sus lazos con una cinta inovidable y una continuación, que a pesar de no ser tan redonda como su predecesora, supo mantener el tipo, El crack cero nos presenta una trama clásica que se ve con interés, en la que el crimen de salida adopta en más de una ocasión un aire de mcguffin para presentarnos unos personajes cuyas historias deseamos realmente conocer, aunque algunas parezcan cortarse antes de tiempo, y que la revaloriza como historia independiente haciendo de ella un buen punto de partida para las historia de un Areta cuya extraña melancolía entenderemos todavía más al final de la cinta.
Madrid no es Manhattan. No hay neuróticos enamorados pero sí parejas que buscan piso juntas, los detectives no comen en carritos de hot dogs sino en fondas y el póker ha cedido paso al mus. Pero para las femmes fatales, los antiguos policías que aspiran a hacer de este un lugar un poco mejor y los aspirantes al crimen perfecto eso no importa. El noir no es un lugar físico, es mucho más...y El crack cero está aquí para demostrarlo.
En un terreno al que nos ha acostumbrado Hollywood pero que se hace raro en estas latitudes como es la precuela, y que probablemente nos habría sorprendido menos en una saga cómica como Torrente que convirtiendo en trilogía las andanzas de un personaje clásico como es Germán Areta, El crack cero nos transporta a los últimos meses de 1975, un año clave a nivel histórico, pero que para sus personajes va a ser relevante más a nivel personal que global .
Con un envoltorio distinto, una hermosa fotografía en blanco y negro a la que ya recurriera Garci en You're the one, y rostros nuevos para sus protagonistas, unos más que correctos Carlos Santos como Germán Areta "el piojo" y Miguel Ángel Muñoz como Cárdenas "el moro", la nueva entrega de El crack nos lleva de nuevo a un Madrid de belleza casi fantasmal, plagado de cines de grandes carteles para presentarnos un crimen (el suicidio de un sastre que probablemente no sea tal, y más conociendo las aficiones poco recomendables del cadáver) que va a llevar de nuevo a sus personajes (o tal vez debería decir por primera vez) a dar un paseo por el lado más sórdido de la sociedad. Un paseo nostálgico, en el que sus creadores parecen romper en más de una ocasión la cuarta pared para hablar por boca de sus personajes, recordando un pasado de fuerte aura cinematográfica.
No se puede negar que este nuevo crack impacta menos que su primera cinta, de la que sabe retomar leivmotivs con inteligencia como la importancia del boxeo (aunque la metáfora de oro en esta ocasión se la llevará un simil balompédico) o el aire de unos diálogos con un fuerte aroma entre teatral y noir merced al valor de la réplica ingeniosa. Pero tampoco se puede negar que nos encontramos ante una más que digna ampliación (se me hace raro decir continuación en su condición de precuela) de esas dos primeras partes con las que tiene mucho en común tanto por su ritmo (ahí están esos apartes por las calles madrileñas acompañados por una banda sonora que nos es ya familiar) como por la construcción de una trama que incluso consigue, al igual que la original, darnos más de una sorpresa.
Pero si dejamos en el tintero sus lazos con una cinta inovidable y una continuación, que a pesar de no ser tan redonda como su predecesora, supo mantener el tipo, El crack cero nos presenta una trama clásica que se ve con interés, en la que el crimen de salida adopta en más de una ocasión un aire de mcguffin para presentarnos unos personajes cuyas historias deseamos realmente conocer, aunque algunas parezcan cortarse antes de tiempo, y que la revaloriza como historia independiente haciendo de ella un buen punto de partida para las historia de un Areta cuya extraña melancolía entenderemos todavía más al final de la cinta.
Madrid no es Manhattan. No hay neuróticos enamorados pero sí parejas que buscan piso juntas, los detectives no comen en carritos de hot dogs sino en fondas y el póker ha cedido paso al mus. Pero para las femmes fatales, los antiguos policías que aspiran a hacer de este un lugar un poco mejor y los aspirantes al crimen perfecto eso no importa. El noir no es un lugar físico, es mucho más...y El crack cero está aquí para demostrarlo.
El crack cero llega a las pantallas españolas el 4 de octubre.
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