Ante un estreno como el de la nueva película de Dragones y mazmorras a aquellos que no sean particularmente adictos al rol o las novelas de fantasía probablemente les acudan dos referencias a la cabeza. Por un lado la serie de animación que a tantos conquistó allá por los ochenta, por otro la cinta del 2000 que más de uno desearíamos no recordar. Por suerte "Dungeons & dragons: Honor entre ladrones" sigue su propio camino con una combinación de aventuras y humor.
La pelicula en inicio da lo que promete. Arranca en una mazmorra que hoy calificaríamos de maxima seguridad, a lo largo de su metraje encontramos más de un dragón y sus protagonistas ladrones son. En cuanto al honor el asunto es otro cantar cuando, tras el relato del camino que ha conducido a dos de ellos a prisión, el descubrimiento de que dos de los miembros de la banda son unos traidores desencadenará un descabellado plan. La historia, que llevará a nuestros antihéroes de escenarios idílicos a auténticos parajes infernales, hace gala de un gran sentido del ritmo, sin dejar un momento de respiro gracias a una acción en más de una ocasión vertiginosa y unos diálogos ágiles que hacen gala de la que es su mejor virtud: un sentido del humor a prueba de bomba con réplica certera y buen ojo para el detalle y el gag sorpresa, con escenas tan impagables como la del interrogatorio en el cementerio.
Nada hay en la película que sea particularmente original. Desde un elenco que comprende al pícaro que sin pretenderlo puede acabar siendo un héroe a la bárbara más elocuente con los puños que con el verbo, pasando por el mago inútil o el vídeo llano flemático a un desenlace en medio de unos juegos en los que el premio puede ser la muerte (en toda esa tradición de gran golpe en medio de una final deportiva y similar) los tópicos se acumulan uno tras otro. Pero la cinta consigue usarlos con inteligencia, dando forma a una fantasía con mucho de cuento (alguno podrá pensar, salvando las distancias, eso sí, en "La princesa prometida", un clásico con una combinación de géneros muy similar) que logra que sus más de dos horas de duración se pasen en un suspiro.
"Dungeons & dragons: Honor entre ladrones" es pura diversión. Sin pretensiones, ni aspiraciones continuistas (aunque visto lo visto secuela se merece). Aunque quizás sus efectos especiales no sean de relumbrón y su final resulte bastante previsible eso poco importa para disfrutar de una historia de esas capaces de gustar tanto a niños (ojo, tampoco muy pequeños) como a adultos que captarán ese buen homenaje a la serie de dibujos en medio de ese desenlace que es una pura locura. Y por favor no hay que dejar a medias esos créditos finales a modo de breviario medieval formato pop-up que son una auténtica delicia (y que se rematan con la escena sorpresa de rigor). Una cinta sencilla que se disfruta de principio a fin. Tan simple y tan complicado como eso.
"Dungeons & dragons: Honor entre ladrones" llega a los cines el 31 de marzo
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