Translate

jueves, 15 de abril de 2021

Y ASÍ IBA LA COSA

 


Siempre he sido amante de los cómics, aunque no toda la vida de los de superhéroes, pero he de reconocer que tengo debilidad por verlos en la gran pantalla.
Y aunque he visto casi de todo (he de reconocer que debo ser la única criatura sobre la tierra que no ha visto todavía el Snyder's cut...bueno, del tipo que nos interesan estas cosas), desde la noticia Superman de Donner a la secuela de Wonder woman, pasando por bizarradas como el Spiderman turco a ese intento de hacer un spin-off de ese Daredevil que tampoco triunfó que era Elektra, todavía tenía una deuda con el género. ¿Su nombre? Los cuatro fantásticos de 1994.
Las cintas dedicadas al cuarteto superheroico por excelencia nunca han tenido excesiva fortuna. Tres intentos, tres, en forma de presentación, secuela con Estela plateada incluído y nuevo intento de reinicio en tono más oscuro no lograron enamorar ni al público ni a la crítica. Y digo tres porque éstas fueron las que llegaron a la gran pantalla.
La película que nos ocupa en cambio es una obra maldita, una cinta rodada para no exhibirse con el único objetivo de mantener los derechos de autor. Un secreto a grito pelado...y más teniendo en cuenta que aparece en un momento en que el concepto película de Marvel era veneno para la taquilla, cuatro años después de la anticatárquics Capitán América y cuatro años antes de la llegada de Blade, la primera de la casa de las ideas que demostró que otro cine, además de Batman y Superman, era posible.
Los cuatro fantásticos, producida por Roger Corman, respeta los principios básicos. Además del cuarteto protagonista, retornados del espacio con poderes y un puñado de problemas, añade al cocktail al villano por antonomasia, el Doctor Muerte, y la novia eterna (hasta hace relativamente poco, todo hay que decirlo) de la Cosa, la escultora ciega Alicia. Hasta aquí todo correcto, pero es que además de un acabado visual y efectos especiales que nos pueden hacer pensar que se ha rodado varios años antes, la película pronto se revela como una auténtica sarta de despropósitos.
Secundarios gratuitos como el joyero (!), creador de una suerte de corte de los milagros y que añade un tono si cabe más infantil si cabe al conjunto, son el menor de los problemas de una historia simplona llena de lagunas (la transformación de La cosa cuando se reencuentra con una Alicia que lleva el asunto del amor platónico a otro nivel). Tampoco ayudan unos actores que en su mayoría intentan mantener el tipo ante unos diálogos sonrojantes ( la explicación de por qué tienen esos poderes concretos de Richards) y unos personajes que se salen continuamente del tiesto, desde una antorcha humana que parece haberse preparado para el papel por vía nasal a un Muerte con vocación de humorista.
Es posible que los fans encuentren (encontremos) algún homenaje cariñoso con el original, como el diseño de los uniformes (creados por la mujer invisible...igualdad ante todo), pero estos cuatro fantásticos, hablando de manera fina, flaco favor hicieron a un género que en aquel momento no acababa de despegar. Eso sí, bien merece darle una oportunidad si lo que realmente queremos pasar media hora de cachondeo a costa de una película cuyo mismo título parece puesto a mala baba...hasta se ha ganado el derecho de generar un documental:  Doomed, the untold story of Roger Corman's Fantastic four, que parece ser el complemento ideal para ver tras la película. Va a ser que todavía tengo otra deuda pendiente. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario