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jueves, 3 de septiembre de 2015

INCENSURABLES II

A todos (o al menos a la gran mayoria) nos encantan los tiernos animalitos, claro que moviéndonos en terrenos tan pantanosos pero tan divertidos como los de la Muestra Lo + prohibido los pobres bichitos llevan las de perder como se puede ver en las desasosegantes escenas de Nekromantik, Gummo o Holocausto caníbal  Sin embargo el segundo día de la Muestra de este año el reino animal cobró lisérgica voz propia en un auténtico clásico de la animación...hoy hablamos de El gato Fritz.
El garo Fritz es estudiante universtiario y aspirante a poeta pero lo que más le gusta son las chicas y la juerga. Una redada mientras disfruta de una orgía y drogas en la bañera de unos amigos hará que empiece una alocada huida de la policía en la que acabará envuelto en distrurbios interraciales e incluso atentados terroristas pero que no mermarán su alocado espíritu.
También conocida como El gato caliente la película se basa en la obra del maestro del underground Robert Crumb, con un espíritu alocado, iconoclasta y carente de tabús en el que no faltarán sexo, drogas ni política.
Con un divertida animación, heredera de las clásicas silly symphonies, con un muy particular sentido del movimento de los personajes y la física de los objetos la película es un auténtico festival de color y diversión, jugando con un original diseño de personajes, unos funny animals dotados de genitales (bastante explícitos además) cuya especie se asocia a un estereotipo profesional, social o racial concreto ( gatos los pijos, terroristas reptiles, los habitantes del Bronx cuervos, cerdos los policías, leones los rabinos...como se vería más tarde en la obra maestra del cómic Maus de Spiegelman, en la que cada nacionalidad es encarnada por un aninal distinto) que sin embargo se mueven en entornos realistas, y que lejos de los dibujos animados más tradicionales (hasta se permite su particular puya con la misma Disney con unas siluetas que animana a los aviones que bombardean los disturbios interraciales y que nos resultan particularmente familiares...) nos cuentan una historia adulta repleta de personajes controvertidos, algunos tan surrealistas como el conejo nazi yonqui (así como suena) que intentará introducirle en una red terrorista (así como suena).
Asi frente al cine de animación más infantil, ese que muchos tienen en la cabeza cuando hablamos de dibujos animados) Fritz the cat está llena de temas sociales (racismo, drogas, libertad sexual..) que analiza a través de la odisea de un héroe sin particulares dones salvo una impresionante labia capaz tanto de ayudarle a llevarse a numerosas chicas al catre como de poner arriba todo un barrio (pero capaz también de granjearle numerosos enemigos como el camarero) y que le llevará a convertirse en el más buscado, en todo un fuera de la ley al que sin embargo guían ideales mucho menos puros que los que presuponen muchos personajes de la cinta, y cuyo remate podemos ver en el emotivo monólogo, idéntico al que recita al comienzo del metraje, que recita en la cama del hospital en la que termina la película.
Las aventuras de Fritz son todo un psicodélico catálogo que no deja en el tintero tabú alguno, pero que contrariamente a lo que se pueda presuponer acaban encajando extraordinariamente bien, dando lugar a una alocada y divertida película que se aleja de cualquier tópico previsible y que, dejando los prejuicios en la puerta, nos hace disfrutar de lo mejorcito que puede dar de sí el mundo de la animación, ese que nos puede traer pincesitas cantarianas pero también manajares como las cintas de Bozzetto, Plympton o el Bakshi que dirige este Fritz the cat.
Una ácida golosina para fans de la animación bizarra.

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