En mi casa siempre hemos sido muy de Vázquez. Gracias a saldos de material antiguo y reediciones en mi infancia no faltaron Las hermanas Gilda, Anacleto, La familia Cebolleta, Gugú o alguno menos conocido como El inspector O'jal, y en menores dosis otros como La abuelita Paz o La familia Churumbel. Pero reconozco que mis favoritos eran esos en los que el incombustible Manuel Vázquez daba carta blanca a toda su bilis y a su mejor genio en pequeñas maravillas como Los cuentos del tío Vázquez, Historias verdes o ¡Vámonos al bingo!, o incluso aquellos en los que ya no era el protagonista como Gente peligrosa y sus secuelas. Este Vázquez, que todavía podemos disfrutar en el volumen aun encontrable Lo peor de Vázquez tuvo su eco cinematográfico en esa pequeña joya que es El gran Vázquez pero ¿qué pasa con el otro Vázquez?¿El Vázquez "para niños", el del DDT, el de Bruguera?. Ha llegado su turno y su nombre, siguiendo la más ancestral tradición del ripio, Anacleto agente secreto.
Anacleto nunca falla. O al menos así era hasta que en pleno traslado del malvado Vázquez de su celda en el desierto a otra prisión este escapa jurando vengarse de Anacleto y su vástago, Adolfo, un soso treintañero poco amante del riesgo que cree que su padre es un mero payés elaborador y vendedor de embutidos. La amenaza forzará que el espía le confiese toda la verdad a su hijo, embarcándoles en una huida llena de peligros y una cruzada para acabar con el villano que les pone en peligro a ellos y todos sus conocidos. Aunque también es posible que todo este embrollo constituya una oportunidad para recuperar a su novia, que precisamente acaba de dejarle por no poder vivir con él las aventuras que desearía...
Para los fans del personaje Anacleto agente secreto tiene un comienzo inmejorable. Anacleto con su sempiterno cigarrillo en los labios (a pesar de los tiempos que corren) el desierto y Vázquez. Todos elementos muy prometedores que nos introducen rápidamente en ese universo surrealista del personaje, pero como suele suceder en ese desierto que Anacleto visita tan habitualmente (será cosa de los espías patrios, Mortadelo y Filemón también se dejan ver bastante por ahí) los espejismos son habituales, y este se disipa rápidamente cuando en la trama entra el segundo de a bordo: Adolfo, el hijo de Anacleto.
Y es que si bien este Anacleto crepuscular conserva muchas de sus caracterísiticas comiqueras (a pesar de las reticencias iniciales Imanol Arias encaja bien en el papel. Sí, es más seco que el Anacleto que conocíamos pero eso también podemos considerarlo producto de los años que le hacen, en la más pura tradición hollywoodiense y como él mismo afima "Demasiado viejo para esto", la versión finolis de "Too old for this shit". Literal) es esta subtrama de su hijo la que parece chirriar en los engranajes de este producto, con una historia de corte sentimental (entre la novia que le abandona por aburrido, y no a las bravas sino con discursito comprensivo, y el trauma de su relación con un padre que nunca estaba en casa...de traca la escenita del diario ¿a qué venía eso?), chocando con todo el resto del conjunto y levantando las ampollas del espectador.
Anacleto agente secreto parece en ocasiones optar por un estilo cercano a la saga Agárralo como puedas, mientras en otros se mueve por terrenos más sentimentaloides, creando un conjunto inconexo qjue lastra furiosamente su ritmo. Sí, es una película con buen diseño de producción y no carente de medios, que en alguna ocasión se deja llevar ujn poco por el espíritu Torrente en cuestión de cameos (allí están Corbacho y Buenafuente para demostrarlo), pero es más brillante en sus detalles que en su conjunto.
Así podemos encontrar toda una serie de pequeños detalles que nos reconcilian con lo mejor del espíritu Vázquez como la escena del bingo, la del mueble de Ikea, el nombre del perro (Sapisti) o la elección de la alcayata como elemento de tortura, pero toda la trama del hijo y su novia no hacen más que chocar continuamente con un metraje que más gana cuando más alocado se vuelve y menos concesiones "actuales" hace (algún esbirro parece escapado de una versión trasnochada de Fast and furious o similar).
Eso sí, con esos dos secundarios de lujo que son lo mejorcito de la película en forma de villano (un maquiavélico Carlos Areces, un Vázquez muy lejano de su anterior encarnación cinematográfica, Santiago Segura, y al que no cuesta imaginar pululando por las viñetas de cualquiera de los tebeos del maestro) y acólito (un Berto Romero que encarna al frikísimo hermano de la novia de Adolfo, y que no vacila en decir muchas de las cosas que pensamos...aunque a veces se le vaya mucho la olla...mítico el yipi ka yei con infausto disparo) y que dejan muy buen sabor de boca.
Anacleto agente secreto es una película, no creo que esto sorprenda a nadie, que deja la puerta abierta a la secuela, con bastantes elementos del tebeo original y otros que podrían haber hecho de esta una cinta autónoma sin relación alguna con el personaje, una comedia con fuertes elementos dramáticos que se mueve entre el tono del original y otros que desconocemos...un Anacleto que podía haber llegado con otro nombre, pero que de todos modos nos deja algún buen momento de esos que entusiasmana a los fans de la comedia.
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