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jueves, 10 de septiembre de 2015

JOVIEJUNOS

Aunque ahora les ha dado a muchos por decir eso de que los 40 son los nuevos 30 cuando llega la hora de la crisis (la de la edad...para las otras siempre hay tiempo) para alguno parece que son los nuevos 15, y en el caso del cine parece más evidente todavía. Así menos en el caso de Benajmin Button, que es el único que parecía sentirse en su salsa los cuarentones cinematográficos se han embarcado en toda clase de cruzadas con un resultado más o menos cómico. La última cuenta del collar llega para la pareja formada por Ben Stiller y Naomi Watts y su nombre Mientras seamos jóvenes.
Josh y Cornelia son una pareja de documentalistas que se enfrentan a una crisis de madurez. Les surgen multitud de dudas y el hecho de que sus mejores amigos acaben de ser padres mientras ellos no lo han conseguido tampoco ayuda mucho. Un día tras una de sus clases Josh conoce a un documentalista veinteañero, Adam, y su mujer, Darby, y rápidamente se deja hipnotizar por su modo de vida, menos dependiente de las nuevas tecnologías, amante de lo obsoleto y casi basado en el "hágalo usted mismo", forjando una rápida amistad con ellos. Pronto Adam le pedirá su colaboración para uno de sus proyectos, y esto hará poco a poco nacer los celos en Josh.
Mientras seamos jóvenes es una ácida y melancólica comedia de personajes que presenta a una pareja que empieza a sentirse perdida en el entorno que les rodea, sin lograr conectar con unas personas de su edad cuyos intereses empiezan a ser distintos de los suyos (la paternidad) pero tampoco sentirse cómodos a largo lazo con una generación más joven (sus nuevos amigos) ni más veterana (la del suegro de Josh, un documenalista de prestigio)
Con una inteligente propuesta cuya originalidad reside en ese particular contraste entre una fuerte dependencia de las redes sociales y demás juguetes electrónicos (desde la cinta para correr a la descarga digital pasando por la tablet) y otra opción más tradicional (irónicamente la de la pareja más joven) que renuncia a ella (que opta por la bicicleta, el vinilo, el vhs e incluso la máquina de escribir), elementos que definirán a las dos parejas protagonistas como podemos ver en un simpático montaje (en el que mientras Josh y Cornelia apenas si apartan la nariz de algún tipo de pantalla mientras la pareja de Adam y  Darby se dedica hasta a criar gallinas) y haciendo que la pareja madura se replantee al menos externamente un modo de vida que parece no hacerles felices pero que sin embargo es el suyo (revelador el sombrero que se compra Josh o sus infaustos intentos de hacerse un adepto de la bicicleta...solo para descubrir que para colmo padece artritis).
La cinta es toda una reflexión en torno a la madurez, sobre las decisiones y los sueños rotos con el paso del tiempo (la maternidad de Cornelia, el documental de Josh que lleva forjándose 10 años por falta de presupuesto pero tambén de iniciativa) pero también sobre la autenticiadad, un concepto atractivo y fresco que parece materializarse en esa joven pareja que sin embargo arrastra más sombras de lo que parece en un principio, pero que también guía la carrera de un Josh que aspira a ser un documentalista al menos tan grande como su suegro y que en la subtrama principal del film hará que este inicie toda una loca cruzada para demostrar que ese joven autor que tan buena impresión le ha causado en un principio no es más que un hombre que manipula su propia realidad en vez de reflejarla en la pantalla tal como es...y cuya resolución, que aquí no desvelaremos, supondrá un hito en la maduración de un Josh que comfiesa sentirse todavía como un niño que pretende haber madurado.
Con un marcado tono agridulce Mientras seamos jóvenes es una cinta con un buen reparto (con un Ben Stiller que como siempre demiestra poder ser el más gracioso siendo el más serio...y eso que esta no es una película de carcajada sino de sonrisa comprensiva, y una Naomi Watts que sabe inspirar una tisteza absoluta en los momentos adecuados), diálogos refinados y una escena final totalemnte coherente con el resto del metraje que pondrá los pelos de punta a más de uno, en una curiosa reflexión sobre lo que es madurar en un mundo que, no sabemos como, se ha vuelto más complicado de lo que reveíamos.
Una comedia de luces y sombras que sin ser inicialmente original en su desarrollo nos deja un puñado de buenas sorpresas...aunque quizás no sea la más adecuada para ver en un día de bajón.

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