Encontrar tesoros ocultos en la playa siempre nos lleva al mundo de la piratería que tan buenos momentos nos ha regalado en el cine de aventuras pero la arena, si nos dirigimos al género bélico, puede ocultar muchas más cosas y no precisamente buenas como pudimos ver en los impecables primeros minutos de Salvar al soldado Ryan, entre muchas otras...de ello da buena fe la peelícula de la que hablamos hoy, la coproducción germano-danesa Land of mine.(Bajo la arena).
La II Guerra mundial ha terminado, pero las heridas quedan abiertas. En Dinamarca aquellos alemanes que han quedado como prisioneros de guerra recibirán una difícill tarea; la de limpiar las costas de las minas que sus compatriotas dejaron. Con este cometido el sargento Carl Rassmussen recibirá a un batallón ya formado, apenas unos adolescentes, tratándoles con suma dureza pero poco a poco la relación con estos empezará a evolucionar.
Land of mine es una historia que arranca del dolor y la furia que han sembrado un largo conflicto u que pronto muestra los extremos a los que puede llegar la brutalidad de unos vencedores a los que la guerra ha destrozado por dentro, entre ellos el severo sargento que protagoniza la cinta y que desde los primeros momentos de la cinta revela la brutalidad de la que es capaz en su trato con los prisioneros.
Frente a él un grupo de chicos, casi unos niños (con una gran interpretación por parte de su joven elenco de actores, a la misma altura del intérprete de su veterano sargento), que todavía sueñan con volver a casa y cuya dimensión de actuación en la guerra solo podremos intentar adivinar, y que en ocasiones revelan una inocencia casi infantil (el juego con el escarabajo...), y que suponen el contrapunto perfecto a un bando ganador que, en esta ocasión, muestra sus garras con dureza y que apenas si los ve como personas, al menos en un primer momento.
Land of mine es una película de guerra sin guerra, un drama de prisioneros lejano a los grandes campos y las rocambolescas evasiones. Con apenas una docena de protagonistas lo mejor de esta cinta es el acertadísimo clima de tensión que genera en torno a una actividad tan peligrosa como es la desactivación de una mina, sabe jugar con sonido, elipsis y escenas fuera de campo para ponernos en la piel de unos personajes que se hallan continuamente al borde de la muerte, y con los que llegamos a empatizar incluso antes de conocerlos bien (la prueba de formación con una mina de verdad), y para los que hasta el día más dulce es apenas un paréntesis de paz que puede quebrarse en cualquier momento (el día libre en la playa). Una historia con un aire melancólico, fatalista en ocasiones, y una ambientación que muestra como el entorno más paradisiaco puede ser un pequeño infierno, pero en la que siempre queda un pequeño hueco para la esperanza, aunque sea por u hecho tan simple como el que todos somos seres humanos.
Una historia de iniciación cruda y emocionante Land of mine llega a las pantallas españolas el 17 de febrero
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