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viernes, 6 de marzo de 2015

SYFYEANDO (1)

A lo largo de los años la inteligencia artificial nos ha dado numerosas sorpresas desde ordenadores que mueren elegantemente con una canción infantil hasta androides cabroncetes que sacrificarían toda una tripulación por un arma biológica, y en medio toda una serie de alegres híbridos que nos han alegrado la ciencia ficción de ayer y hoy. El último, de dimensiones humanas y curro de funcionario, llega de la mano del hombre que le dió una nueva dimensión al drama de la inmigración, hoy hablamos de Chappie, la película que, tras los discursos de rigor y un clip de la cadena en el que por supuesto no faltó Nicolas Cag, pudimos ver en la inauguración de la Muestra SyFy que se abrió ayer.
Con un escenario de esos que resuena en nuestros oídos, una ciudad asolada por el crimen que adopta la medida de emplear robots en la defensa del orden público, Chappie nos cuenta como el creador de los mismos da un paso más allá en el campo de la consciencia robótica con la mala fortuna de que debe entregar ese prototipo, un robot con libre albedrío y la inteligencia inicial de un bebé pero con una sorprendente capacidad de aprendizaje a un grupo de atracadores que planea utilizarlo en sus golpes. Pero si bien este punto de partida puede resultar muy interesante  con un ser que empieza comportándose como un animalillo asustado (magnífica la idea del uso de esos apéndices, casi podríamos decir "orejitas" para dar alma a un personaje carente de expresividad facial...con la excepción de los "ojos de malo" que pone en una de sus primeras actividades delictivas) para pasar a conocer las motivaciones y sentimientos de todo ser humano, el desarrollo va a ser muy diferente de lo que podríamos esperar en un principio.
Así con unos elementos iniciales propios del cine de acción (la carrera contrarreloj para pagar a un mafioso, o la parición de ese malo malísimo encanado por Hugh Jackman que a pesar de ser el ingeniero rival del creador del robot va al trabajo pistola en ristre), con escenas rodadas con espectacularidad pero que no dudan en abusar de la cámara lenta, la cinta pronto se trastoca en una comedia bufa, si bien intenta alternarla con momentos más emotivos y profundos (el cuento en la cama, la debacle entre creador y criatura cuando este descubre su fin inminente), pero que pierden peso con un robot que, aunque comprensiblemente al principio actúa como un niño, evoluciona a un adolescente pegajoso (eso sí, dotado de una inteligencia extraordinaria) obsesionado por su dulce mami (de traca cuando juega con una muñeca a la que arregla de manera similar y llama mami...el complejo de Edipo versión 2.0) y atormentado ocasionalmente por su brutal papi (otro elemento que acabará cogiéndole cariño pero con tan pocas luces que abandona el ser que realmente les puede solucionar la vida en un descampado poblado por gente de malas pulgas para ponerle a prueba...que como tiene gps ya volverá), al que para más inri, en unas escenas que parecen más propias de una serie cómica de esas que hace unos añitos ponían a la hora de la comida, le enseñan a disparar y lanzar estrellas ninja, decir tacos (si es que es un crío...es lo primero que se le pega...) y andar de manera "molona", para de postre adornarle con pinturas dignas de un tatuaje trasnochado y numerosa quincalla dorada, convirtiéndole casi en el heredero de esas vergonzantes comedias deadolescentes del Bronx que tan bien conocemos.
Y tras la transoformación de nuestro héroe la película volverá al reino de la acción pura y dura, retomando a ese villano encarnado por Jackman que ha dejado durante la primera parte de la cinta en un segundo plano, y que se convierte en uno de esos malos más inhumanos que los robots, eso sí, de manera espectacular, controlando ese Alce, un robot sin inteligencia propia controlado completamente por una mente humana , que es casi lo mejor de la cinta y que descubriremos, con su transmisor de consciencia, y no creo que nadie se lleve a engaño, es una mera excusa para facilitar el happy ending de la película con dos personajes que sufrirán una transformación casi repentina (a diferencia de la paulatina del protagonista de la por el momento, obra magna del director, District 9) que podría abrir un nuevo nivel de profundidad en la trama pero que se queda casi en un quiero y no puedo, con unos puntos más de comedia (la lucha en la oficina) que del drama potencial.
Chappie es una cinta con buenos efectos especiales, cuidada dirección artísitca (eso sí, con unos bajos fondos que parecen casi inmaculados frente a los de las primeras películas de Blomkamp), un elenco de secundarios de auténtico lujo (con una Sigourney Weaver que parece haberse especializado últimamente en papeles de jefa autoritaria) y una historia con buenos puntos que sin embargo se desploman a la primera de cambio, generando más risas que emoción, en una película que pretende pivotar sobre el auténtico trasfondo del alma humana al menos en un principio, pero que se desploma sobre sus propios tópicos, una lástima para un autor que ha sabido darnos algunos de los mejores momentos de la última ciencia ficción.
Para amantes de las pelis con mucho robor y acción a lo bestia, un híbrido muy poco equilibrado entre acción y reflexión.

 

Y la Muestra SyFy seguirá todo el fin de semana...para los que os quedastéis sin entrada u os atreváis con otros planes...diferentes...mañana sábado tendrá lugar el denominado Sábado necrófilo en la Sala Artistic Metropol (Cigarreras 6)..Exhumed movies desde las 18:00 con Buio Omega y La sombra de un recuerdo...más todo en  http://artisticmetropol.es/web/
Y el lunes volvemos, con más SyFy...permanezcan atentos a este canal.

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