Translate

martes, 7 de junio de 2022

LA BRIGADA DE LA COCINA. Marchando una de sueños.



Objetivos que se aplazan. Planes que cambian. Simplemente anhelos que se alejan de lo esperado, pero que no se puede decir lleguen a mal puerto. El cine (alguno pondrá la puntilla "Hollywood") es una fábrica de sueños, pero no solo porque le regale fantasías al espectador, sino porque se cimenta en los sueños de los propios personajes. Cathy Marie, con un puesto en un restaurante de postín y a punto de abrir su propio restaurante, es una de estas soñadoras, aunque en un primer momento parece que el mayor obstáculo en su camino es su propio orgullo. Como todo puede cambiar para bien o para mal es la historia de "La brigada de la cocina".

Cathy es uno de esos personajes que puede resultarnos fácilmente antipáticos. De carácter fuerte y ademán altivo parece de esas personas que raramente o nunca sonríen. Pero a medida avanza la película podremos comprobar que ese orgullo viene de saber que todo lo que ha logrado lo a hecho por si misma y que no está dispuesta a dar un paso atrás para defender sus principios. Su llegada, en un momento de debilidad económica (fruto de una discusión con su jefa por los ingredientes de un plato) a un centro de menores no acompañados para trabajar como cocinera de la cafetería le hará enfrentarse a un terreno no esperado y a unos comensales lejos de aquellos a los que está acostumbrada. Si, este punto de partida nos resulta tremendamente familiar, especialmente en estos casos en los que la mayoría del reparto son adolescentes (menos rebeldes de lo que podríamos haber pensado en un primer momento) pero el carisma del personaje,  así como de los otros que va a encontrarse, y el optar por un mundo en alza como es el de la cocina, hacen de esta una película que rápidamente comulga con el espectador.

Esta cinta social, entre el drama y la comedia, muy cerca del anterior trabajo de su director, "Las invisibles" no opta sin embargo por esa lucha de egos que tanto suele gustar tanto a este subgénero. Si bien en un principio habrá fricciones entre algunos de los personajes la cocina hermanará pronto a las protagonistas cuando Cathy, intentando que alguno de los chicos del centro le ayude en su labor verá como rápidamente esto desemboca en una pequeña aula de gastronomía. "La brigada de la cocina" emociona con las pequeñas pinceladas del pasado de sus personajes, poniendo el dedo en la llaga sobre la vida de unos jóvenes que, de no poder acceder a un grado de enseñanza o un oficio se verán obligados a la repatriación. Un mensaje que no se pierde en una película a la que hasta se le perdona ese final, en plena comunión con esa moda de los concursos culinarios, que parece metido con calzador en una cinta que transpira naturalidad.

Pero como expone la misma película, reflejando el espíritu de esa magdalena de Proust que logró uno de sus mejores reflejos en esa escena de "Ratatouille" en la que el sesudo critico prueba el plato del título, lo importante es como la comida puede no solo ser un deleite, sino algo que evoque las felicidad, la infancia, las raíces y aquellos que ya no están. "La brigada de la cocina" es una película sobre la alegría de la cocina pero sobre todo sobre como las pequeñas cosas pueden sacar lo mejor de las personas. Una feel-good movie en toda regla que sabe arañar emoción con una sonrisa.

" La brigada de la cocina" llega a las pantallas españolas el 17 de junio.



No hay comentarios:

Publicar un comentario