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sábado, 31 de julio de 2021

CASI TODO EN UN DIA

 


Gente que avanza en el tiempo con un mando a distancia. Gente que nace vieja y además de crecer rejuvenece. Gente que descubre que el tiempo no funciona igual en otros planetas. Con el paso de los años al viaje en el tiempo de toda la vida se le han ido uniendo toda clase de experimentos temporales. El más reciente viene de la mano de un director que siempre intenta (y en más de una ocasión ha conseguido) sorprender, M. Night Shyamalan, aunque quizás no lo haga tanto su título en su traducción al castellano: Tiempo.

Tiempo es una de esas películas que parecen surgir de la omnipotente sombra de la dimensión desconocida. Una premisa sencilla, una paradisíaca playa que hace que sus bañistas envejezcan un año en media hora. Una hermosa ratonera al que irán a parar cuatro familias sin relación aparente por recomendación del director del hotel en que se alojan y que descubrirán como unas vacaciones pueden ser inolvidables para mal...al no dejar tiempo para olvidarlas.

Por supuesto una propuesta tan llamativa y que se presenta de manera tan natural como esta engancha rápido. También es cierto que en ella encontramos incongruencias que ahorran trabajo a los responsables de dirección artística y maquillaje y peluquería como es que los cabellos crezcan o encanezcan (algo a lo que hacen referencia los propios personajes) porque son "tejido muerto"...aunque los cadáveres se descompongan a un ritmo pasmoso y que ropas y enseres no se deterioran aunque elementos como el óxido si aparezcan y la comida, también un producto biológico no se estropee. Y cierto es que los personajes carezcan prácticamente de dobleces y matices (hay "malos" que se detecten a una legua). Pero se le perdona por un buen sentido del ritmo que nos regala más de una sorpresa (aunque si se piensa en frío uno puede adivinar más de una clave del denselace a los 20 minutos de película. Y no diré más) y momentos realmente inquietantes.

Todavía queda bastante del Shyamalan que nos conquistó con sus primeras películas en este Tiempo. Planos secuencia que nos dan ganas de gritar a la cámara para que nos permita ver aquello que solo oímos. Planos fijos que parecen invitarnos a cerrar los ojos aunque no veamos nada. Secuencias en definitiva que logran incomodar a un espectador que sigue dando vueltas a que está pasando realmente en este microcosmos que aprisiona a unos personajes que aunque no inspiren toda la ternura que pretenden si genera la empatía necesaria para que el espectador se deje absorber por uno de los terrores que más nos inquieta pero que, en frío, menos asumimos: el paso del tiempo.


Tiempo ya está en cines de toda España.


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