Sherlock Holmes es uno de esos personajes clásicos a los que, literalmente le ha pasado de todo. Ya sea en blanco o negro o a color, mudo o iritantemente parlante, humano o canino (o incluso roedor, si aceptamos a un tal Basil que vivía no muy lejos), victoriano o tecnológico, mera fachada o víctima del asperger, Holmes ha tenido múltiples encarnaciones, pero nunca le ha faltado sagacidad, ingenio o memoria. Pero ¿qué pasa cuando estos dones empiezan a fallarle? Si ni siquiera la caída por una impresionanete cascada pudo matarle es posible que los rigosres de la edad si puedan minarle, y una rosible respuesta la encontramos en la película que tratamos hoy, hoy hablamos de Mr. Holmes.
El legendario Sherlock Holmes ya ha cumplido 93 años, superando la fama y sobreviviendo a sus seres más queridos, aunque ahora vive en el campo acompañado por su ama de llaves y se dedica a la cría de abejas. Tras regresar de Japón, de donde trae un remedio milagroso para superar sus cada vez más frecuentes vacíos de memoria, está dispuesto a reescribir uno de los relatos de Watson, de conclusión muy distinta a la que él cree recordar, y que supuso que abandonase su carrera de detective. Animado por el hijo de su ama de llaves, al que inicia en el mundo de la apicultura, poco a poco se introducirá en unos dolorosos recuerdos, mientras intenta resolver el que puede sea el último caso de su vida: la misteriosa muerte de sus queridas abejas.
Mr. Holmes es un drama crepuscular que nos acerca a la quizás menos explotada cara del legendario detective, la de un anciano presa de los achaques propios de su ya avanzada edad que se enfrenta a una fama que le ha magnificado y convertido en un personaje que poco tiene que ver con su auténtico yo, un hombre que lleva chistera, fuma ocasionalmente cigarros y vivía justo enfrente de la mítica dirección de Baker Street.
Si bien estas diferencias ya se analizaron en alguna encaranción anterior como el televisivo Sherlock encarnado por Cumberbatch (al que le piden se deje fotografiar con el mítico sombrero de caza que por supuesto jamás ha llevado) nuestro Holmes da un pasito más allá, llegando a asistir a la proyección de una película basada en sus casos e incluso enfrentándose a sospechosos que niegan el sea el auténtico detective, generando un simpático juego cuyo cénit es la investigación del ya anciano criminólogo de un caso ya investigado, de una historia plasmada ya en papel pero que contrasta notablemente con la menos glamurosa pero mucho más triste historia real que se esconde en sus recuerdos.
Con un exquisito sentido del humor y dulce melancolía la cinta se permite sumergirse en ambientes muy distintos a los habituales para estas nuevas aventuras de Holmes, trocando el misterioso Londres en una tranquila campiña que deja eventuales resquicios por los que introduce una subtrama japonesa (más sutil de lo que podemos esperar en un principio pero el binomio Sherlock Holmes- Bomba atómica es bizarramente prometedor) que dará un nuevo valor a la importancia tanto de los recuerdos "reales" como "ficticios", dependiendo del individuo al que afectan.
Con un siempre magnífico Ian McKellen a la cabeza, con un nuevo personaje mítico que añadir a su carrera (Gandalf, Magneto y por supuesto Ricardo III) increíble en una interpretación llena de matices, y arropado poe unos secundarios de lujo, Mr. Holmes es una película pródiga en detalles para caracterizar a los personajes, de esos que a Holmes le bastarían para saberlo todo de una persona (los apuntes en el puño de la camisa...), con un guión inteligente que satisfará tanto a los legos como a los fans del personaje y un ritmo pausado que sin embargo hará que en ningún momento perdamos el interés por las tres historias que componen el metraje, dejándonos de nuevo al hombre metódico y reflexivo que siempre fue el señor Holmes y qus sigue revoloteando cual emjambre por nuestro inconsciente colectivo.
Para amantes de los misterios y del cine histórico de calidad, entretenimiento de categoría con una deliciosa ambientación y unos personajes memorables.
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