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miércoles, 10 de junio de 2015

APOLTERGADOS

Ignoro cual fue el primer remake de la historia, aunque seguro que es una de esas cosas que hurgando en la wikipedia salen enseguida. Sí, antes se hacían nuevas versiones de novelas o adpataciones bíblicas (ahí tienen Los diez mandamientos o Ben Hur con sus respectivas versiones muda y sonora, aunque seguro que se acuerdan más de la segunda) pero el término se ha adueñado poco a poco de nosotros. Tampoco es algo que me quite el sueño particularmente, pero su obsesión de hacer del terror su caldo de cultivo favorito si es algo que pueda pillarme más de cerca (en otros como el de los superhéroes se ve que les ha dado más por eso del "reboot", y es que cuando una franquicia empieza a hacer aguas se busca otro prota, se empieza de nuevo y a otra cosa, mariposa). Y todos los años nos llega una pequeña muestra...Viernes 13, La matanza de Texas (dejemos la discusión de remake o reboot, pot favor) o la japonesa Ringu (se ve que la versión original o el doblaje en EE.UU.provocan urticaria) han pasado con mayor o menor fortuna por esta desquiciada centrifugadora, y ahora le ha llegado el turno de pasar por la picota a uno de los clásicos más queridos de los 80...hoy hablamos de Poltergeist.
Una familia cuyo padre acaba de quedarse en paro se muda a nueva casa en una bucólica urbanización. Los primeros en comenzar a notar que algo extraño sucede en la casa son los dos hijos pequeñoa, pero cuando los mayores, padres y hermana, empiecen a creerlos puede que sea demasiado tarde: la pequeña Madison ha desaparecido en otra dimensión y su única esperanza parece ser un equipo de parapsicólogos de la universidad y un controvertido "exorcista" televisivo.
Nada más introducirnos en el mundo de este nuevo Poltergeist la primera frase que sin duda acude a nuestra mente es ¿era este remake necesario?. De entrada, como en la mayoría de los casos de estos populares "refritos" no, pero es que encima nos encontramos ante una película muy conocida, con elementos muy icónicos y que además ha sabido envejecer muy bien (y eso que ya supera las tres décadas).
Esta nueva versión parece tener muy claros, en principio, estos puntos. parece saber que algunos de los elementos más reconocibles de la cinta original es inútil tratar de copiarlos como la carismática presencia de Zelda Rubinstein (no puedo dejar de pensar que se les pudo ir la pinza del todo y optar por Peter Dinklage...aunque puede tratarse de una cuestión de agenda) o los últimos instantes del metraje en el motel (ese destierrro del televisor, toda una declaración de principios), pero con menor fortuna nos deja otros.
Así volvemos a encontrar casa en urbanización con cementaerio trasladado, familia de papá, mamá hija mayor y dos niños pequeños, chica y chico, tele (un plasma ahora eso sí) que hace cosas extrañas y un armario con esa fea costumbre de zamparse a la gente, pero también elementos de nueva cosecha como nuevos aparatos eléctricos (la taladradora, en una escena que más que miedo da risa, o ya la traca de todas las tracas: el dron. Vista la película uno no acaba de creérselo), el mayor protagonismo del niño (que se huele la tostada antes que su hermana), la exploración directa de "el más allá" (en el que esta vez sí nos introducimos, aunque parece una versión chapuzas de Silent Hill) u opciones estéticas que parecen querer gritar que su película es algo muy distinto a la Poltergeist primigenia (le cambiamos el nombre a la niña y en vez de rubia morenita...es como si me haces el remake de pesadilla y a Freddy le rebautizas como Roger y le pones un jersey a rayas azules y negras...¿o tal vez blancas y doradas?).
Pero con sus similitudes y diferencias la clave es que nos encontramos ante una película demasiado acelerada, que confunde el entrar pronto en harina con un desarrollo casi nulo de los personajes (y eso que contaban con un buen puñado de elementos para hacerlo) que resta una empatía esencial para conectar con el resto del metraje, así como ese error de manual que es confundir cantidad con calidad como sucede con esa curiosa opción de retomar el elemento del payaso pero multiplicándolo por una docena de ellos...no da más miedo por ser más payasos o sustituirlos por uno de diez metros, algo que no habría ni que decir, y esto parece ser un matiz que ni siquiera parecen haberse replanteado.
Y todo ello aderezado con unos invasivos efectos de última generación que nos hacen añorar los cadáveres de la original...si es que ni los muertos son ya como antes.

Para...err...gente que no haya pisado la proyección de una película de terror en los últimos 30 años...¿He mencionado que siguen echando It follows?

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