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jueves, 29 de agosto de 2024

THE VOURDALAK. ¿A quién está matando el moñeco?

 


Hay una materia en la que tengo que reconocer que soy como una niña pequeña: me encantan las películas con marionetas. No me refiero a los muppets y similar, ficciones orientadas principalmente al público infantil entre las que no puedo negar hay piezas deliciosas, sino a aquellas piezas orientadas al público adulto que ceden a los títeres el total o parte de los papeles del reparto como la reivindicable "Team America" o " Jackboots on Whitehall" (con una trama alternativa en torno a la II Guerra Mundial), por no mencionar la controvertida "¿Quién está matando a los muñecos?" y si se me permite atravesar la frontera del surrealismo "Gritos en el pasillo", la primera y hasta el mentó única cinta protagonizada por frutos secos. "The Vourdalak" basado en un cuento de Tolstoi (no ese Tolstoi) se une a esta plantilla con una obra que aúna seres humanos y marioneta en un gótico cuento en torno la figura del vampiro.

La trama le sonará a cualquier amante del género: viajero perdido en siniestra zona fronteriza busca refugio en peculiar mansión local, sólo para descubrir que esta oculta un secreto que amenazará con arrebatarle la cordura primero y la vida después.  Una historia que no deja de remitirnos tanto a la escuela Corman y derivados como a esa época en que el cine francés nis regaló una buena tanta de peliculas de corte fantástico y ambientación histórica como "El pacto de los lobos", solo que en esta ocasión con menos acción y menos presupuesto.

Con el toque exótico que aporta la familia que va a ayudar a nuestro héroe, entre lo magiar y lo romaní frente a un protagonista ataviado a la moda francesa, rostro enpolvado incluido, en un escenario que se pierde entre un bosque inhóspito y una vivienda que se antoja ermita abandonada "The Vourdalak" tiene, aunque sencilla, una marcada voluntad estética. Y si hemos sido buenos y asistido a un ligeramente inquietante prólogo que en ningún momento se va a salir de los márgenes de lo esperado asistiremos a la llegada del gran protagonista de la función: el Vurdalak propiamente dicho.

Un ser que se pasea a la luz del día y el perfecto híbrido entre el Nosferatu de toda la vida y un esqueleto y que no oculta en ningún momento su condición de títere. Ese es el momento en que el espectador debe optar por la carcajada y tomarse la cinta a cachondeo o dejarse atrapar por esta figura fascinante, a tamaño natural y de voz profunda que nadie en ningún momento podría confundir con una persona real, pero que se va a apoderar del resto del relato, dejándonos imágenes tan hermosas como aquella en la que se alimenta de una de sus víctimas arrastrándose desde una oscuridad absoluta.

"The Vourdalak" es un delicioso cuento de terror para niños grandes, parco en sorpresas pero rico en atmósfera. Una rareza para los amantes del fantástico más clásico que van a disfrutar de una obra que es buena aunque tímida heredera del cine de monstruos de la hammer, dejando un sabor agradable pero no invasivo. Y sobre todo un personaje tan grotesco como memorable digna de incorporarse al panteón de los vampiros más originales del septimo arte.




THE CROW. Lover kills world

 

Saben bien los coreanos todo lo que da de sí una buena venganza. Pero occidente, con personajes como Batman o el Conde de Montecristo, del que recientemente ha llegado una más que recomendable nueva versión, no se queda atrás. Salvando las distancias hace ya 30 años se unió un nuevo personaje proveniente del mundo del cómic que pronto, en parte gracias al aura maldita que adquirió debido a la trágica muerte de su protagonista, alcanzaría gran popularidad. Me refiero por supuesto a "El cuervo", de la que, como muchas hermanas de generación, llega ahora el remake.

No me gustaría excederse en comparaciones, que como sabe la sabiduría popular, son odiosas. Solo diré que esta versión apuesta más por el cgi (algo por otro lado relativamente comprensible con las décadas transcurridas) , que aboga por una estética más urbana que siniestra y que incorpora elementos sobrenaturales ajenos a la original. Este no es ya el macabro cuento de Halloween que conocimos. Esta es, simplemente, la historia de dos jóvenes que se enamoran en un centro de desintoxicación, en un caso de amor fou que irá creciendo tras escapar de este. Sólo que ciertas personas poco recomendable del pasado de la chica van a encontrarles y a quitarles la vida, para dar paso a esa venganza desde ultratumba que cualquiera que se acerque al cine para disfrutar de esta película está esperando.

Nos enfrentamos a una película cuya base, al igual que la original, es la relación entre la pareja protagonista. Sus problemas empiezan ya en este punto. La escasa química de unos protagonistas tendentes a la pausa larga entre frases y románticas miradas que pueden fácilmente confundirse con el adormecimiento lastra notablemente un prólogo con detalles que descolocan (la lectura de Rimbaud) y unos personajes que se antojan volubles, sopesando el suicidio romántico cuando sólo los vemos disfrutar del chapuzón en el río, la discoteca y unos pases de modelos que nos hacen pensar en algunos de los momentos más sonrrojantes del cine comercial de los 80.

Dúo poco creíble, tampoco la película sabe sacar mucho partido de un Bill Skarsgård que ha sabido mostrar su solvencia en cintas de acción como "Boy kills world". Optando por una violencia desencarnada, aunque por suerte para el espectador restringe el grueso de escenas a cámara lenta a aquellas partes que transcurrrn en el espacio entre el mundo real y el de ultratumba, la cinta gana en el momento que abraza la pura locura, en una escena culminante con pinceladas de gore que va a correr paralelamente a una representación operística en uno de tantos tópicos no escritos y que tiene todo el aroma de la saga "John Wick". Algo que ya experimentó su actor protagonista desde el lado antagonista en su última entrega y que casa bien con unos villanos melómanos y exquisitos que intenta mantener el tipo en una película que es fácil tomarse por el lado de la sorna.

Planos y diálogos repetitivos, simbolismos baratos y una cámara que se recrea en los momentos de curación de un personaje que parece más un familiar de lobezno que un vengador venido del más allá, articulan una cinta innecesaria que hace del Eros-Thanatos de toda la vida un producto fallido con mas ínfulas que aciertos. Si la venganza es un plato que se sirve fría no nos engañemos: la nueva "El cuervo" es puro témpano.

"El cuervo" llega a los cines el 30 de agosto.



jueves, 22 de agosto de 2024

UNA NOCHE EN EL ALHELÍ. Cerrado hasta el amanecer.

 

A mucho le queda todavía ese estigma de que ir al teatro, ese teatro lejos de esos musicales que acaparan marquesinas y ofertas turísticas, es meramente acercarse a los clásico de corte Tenorio, siglo de oro y similar que le atormentaron en su periplo escolar. Pero a pesar de su belleza la letra del dramaturgo sigue imponiendo de manera traumática...a veces de por vida.
Una noche en el alhelí va por otros derroteros. Quizás una manera fácil de resumirlo sería salvando las distancia, los hermanos Álvarez Quintero conocen a Quentin Tarantino. O, para abreviar, Q. vs. Q, enfrentando sainete y hombres de negro con pistola y maletín de deslumbrante contenido en ristre. Pero por supuesto hay mucho más. 
Obra en un único acto fiel a la regla de las tres unidades la acción empieza a absorbernos antes de que aparezca en escena un solo personaje. El rumor de la radio, que nos informa del hallazgo de un coche de policía en llamas, que resuena entre las paredes de un tugurio de mala muerte bautizado como el alelhí, nos introduce en una trama que va a unir a dos dúos desparejados, dos sicarios que la han fastidiado en su última misión que podrían facilmente haberse escapado de Pulp fiction, y la dueña del bar y su apocada empleada, dos mujeres no precisamente bien avenidas condenadas a resignarse con una existencia miserable, a los que va a unirse la prima de la segunda, una extrovertida trabajadora sexual.
Pero una noche en el alhelí no apuesta por el lenguaje de la tragedia sino por por el de la comedia negra. Unos personajes de ego desbordante y con más lengua que paciencia por supuesto tienen que chocar y lo van a hacer al compás de la radio de madrugada, el alcohol barato y la cocina casera cuando vean que están condenados a pasar la noche juntos hasta que el Sr. Lobo de turno se digne a hacer acto de presencia.
Su ágil y mordaz libreto, políticamente incorrecto y no ajeno a los tópicos, fluye con naturalidad de la boca de unos actores que saben imprimirle un buen ritmo a la trama, haciendo gala de acento el elenco femenino y de un buen dominio de la réplica en conjunto.
Una noche en el alhelí es una pieza que consigue arrancar sin dificultad la carcajada del espectador. Y lo hace con un quinteto de actores (seis si contamos a ese agente de policía fuera de escena que genera un gran momento de suspense de los muchos que articulan la obra) que consiguen destacar tanto interactuando como por separado y de una puesta en escena sencilla pero eficaz, sacando gran partido de un escenario limitado pero que se amplia gracias a los pasillos, aproximándose más si cabe al público, y de la iluminación. 
Una apuesta ideal para los amantes del humor sin concesiones, de los quieran acercarse al lado intimista de la comedia de acción. Una obra de sabor conocido pero cuyos matices sorprenden pero que sobre todo entretiene. Simplemente una noche que se pasa en un suspiro.

Una noche en el alheli puede disfrutarse actualmente en el Teatro Lara. Más en https://teatrolara.com/programacion/una-noche-en-el-alheli


martes, 13 de agosto de 2024

UNA MADRE DE TOKIO. El pájaro en crisis

 

Enfrentarse al cine japonés, como sucede con la mayoría de las filmografias orientales, es también enfrentarse a los tópicos. Que su ritmo es lento, su humor ambiguo, sus interpretaciones van sin transición de la sobriedad al histrionismo...son etiquetas incómodas que casi siempre le acompañan y, no hay que engañarse, en la última película de Yoji Yamada, director de extensísima trayectoria todavía en activo a sus más de 90 años, están por supuesto más que presentes. Pero en "Una madre de Tokio" hay más, mucho más.
La crisis, ya sea de los 30, los 40 o los 50 o más allá es un filón inagotable tanto para el drama como especialmente para la comedia. En el caso de la del protagonista de esta película, Akio, al que la intención de celebrar una reunión de antiguos camaradas le recuerda el paso del tiempo al principio de la misma, a esta van a sumarse la separación de su esposa, la rebeldía de su hija y una época especialmente difícil en su trabajo que le van a llevar a enemistarse con su mejor amigo. Pero en medio de esta debacle va a aparecer, o mejor dicho reaparecer ese pilar de estabilidad que es su madre. Así paralelamente al drama del hijo va cobrando protagonismo la figura de esta mujer, una viuda llena vitalidad que sin embargo oculta un secreto que podría ser otro clavo en el prematuro ataúd de su hijo.
Una historia de personajes en la que los diálogos son más importantes que una acción prácticamente anecdótica, con cierto aroma teatral, que jugando entre el drama y la comedia (sin dejar de lado algún momento tan dramático como el recuerdo del pasado del que sólo parece un huraño mendigo) nos presenta un mundo lleno de contrastes. Y no sólo por los lapsos de edad entre madre, hijo y nieta, sino por unos entornos que son la metáfora perfecta de las diferencias en sus modos de afrontar la vida, desde esos rascacielos del distrito financiero en los que cada hombre es una isla y el que nos recibe al llegar a casa no es ya el perro sino el aspirador a esa casa de barrio tradicional en el que el suelo se limpia a mano y de rodillas, pero que irradia vida y en la que nunca faltan la alegría de unas vecinas tan chafarderas como entrañables.
"Una madre de Tokio" es una sutil reflexión de cómo abordamos el alcanzar lo que realmente queremos, de si es mejor disfrutar las pequeñas cosas o plegarnos a aquello que se espera de nosotros. Con auténtica alma de poeta a la hora de tratar la bondad de las pequeñas cosas, de la inocente galleta de arroz al soñado paseo en barco, con momentos tan antológicos como aquél en que la madre cuenta como se enamoró de su esposo, este es uno de esos films que han de abordarse con calma, recreándose en los matices de cada imagen de este fresco del Tokio de ayer y hoy a la sombra del omnipresente Tokio Skytree. Un microcosmos en el que la realidad puede esconder una pizca de magia pero en el que lo esencial no es el trabajo, ni los estudios, sino las relaciones entre los seres humanos, familia o no.

"Una madre de Tokio" llega a los cines españoles el 14 de agosto.


jueves, 8 de agosto de 2024

BORDERLANDS. Memorias de una heroina sarnosa

 

Nunca me gustó esa expresión despectiva de que una película parece un videojuego porque los aficionados sabemos bien que hay grandisimos juegos con escenas que en más de una ocasión superan a las de la pantalla grande. Pero la verdad las pruebas no acompañan gracias a un buen puñado de adaptaciones que jamás cumplen las expectativas. Por suerte los últimos años nos han demostrado que la excelencia es posible...en la pequeña pantalla. Frente a infumables piezas como "Assassin’s Creed" o "Doom" "The Last of us", haters aparte, y sobre todo "Fallout" nos han dejado grandes momentos. En medio de estos contrastes llega la adaptación de un título que, sin ser de aquellos de relumbrón, cuenta con un buen número de fieles seguidores gracias a su intensa jugabilidad. Es la hora de "Borderlands".
Soap opera de corte apocalíptico esta película no supone una adaptación fácil, partiendo de un juego que funciona a base de minimisiones sin un argumento tan definido como otras obras. Así que esta película, escrita y dirigida por un Eli Roth que alterna sus coqueteos con el terror con piezas más comerciales, opta por una trama que no deja de sonarnos y que podría ser perfectamente una nueva incorporación a la filmografia de Pedro Pascal: cazarrecompensas (unida en aras de la casualidad a un grupo de heterogéneos personajes) se ve obligada a rescatar-escoltar a adolescente con matices mesiánicos y un poco insoportable.
Así las aventuras de Lilith and co. parece tenerlo todo para ser un excelente blockbuster veraniego con un reparto de relumbrón con dos ganadoras del Óscar (una por partida doble) en medio de cocktail de aventuras y humor. Pero ni las buenas dotes de sus actores dotan de carisma a los personajes (quizás se salve un poco Claptrap en esa bella tradicion del robot con rasgos humanoides) ni el guión consigue despuntar con una voz en off que lastra todo el primer acto y unos diálogos meramente descriptivos que en más de una ocasión dan vueltas a la misma idea, con un sentido del humor con más de una pincelada gruesa que en mas de un momento no llega a funcionar. Y eso que la escatología puede ser usada con gran eficacia, como muestra esa cinta protagonizada porvun héroe de rojo y otro de amarillo que ahora llena nuestras salas.
Por no mencionar un montaje que cumple los mínimos del mismo modo que lo hacen unos efectos especiales que no faltan en casi ningún plano del metraje.
"Borderlands" es una película que no sabe sacar partido a sus buenos ingredientes (para muestra una Cate Blanchett que aunque aporta presencia a su personaje se pierde en un buen número de forzadas posturas) y nos sirve un plato soso. Si bien encontramos un diseño visual muy fiel al juego y su trama se mueve en unos tópicos que conocemos bien pero que en más de una película han demostrado funcionar esta cinta queda como un borroso espejismo de lo que pudo ser y no fue. Simplemente se mantiene en el límite a la espera de ese puente que nos conduce al entretenimiento, pero que no acaba de franquearnos el pase. Quizás quede luz para una de esas secuelas a las que invita el género que nos de todo lo que no da esta: no hay que engañarse, hay más de una segunda parte buena.
"Borderlands" llega a los cines el 9 de agosto.


martes, 6 de agosto de 2024

NIÉGALO SIEMPRE. Más cornás da el matrimonio

 

Aunque el bardo de Avon tratase con la hermosura de su verso los celos, ese monstruo de ojos verdes, estos siempre han sido un ingrediente ideal para más de una comedia y nonsiempre elegante. "Niégalo siempre" juega en esta liga aunque con efecto retroactivo, ya que nos cuenta la historia de un militar retirado que descubre que 40 años antes su mujer le había puesto los cuernos con un amigo.
La última comedia francesa, aunque hay que que reconocer que ya era algo que encontrábamos en el cine de Luis de Funès, nos ha acostumbrado a ese personaje del hombre maduro, abuelo y padre, de talante conservador y ¿por qué no decirlo? retrógrado cuyo fuerte carácter le hace chocar con su familia y amigos, cuyo exponente más popular por estos lares sea probablemente el protagonista de "Dios mío ¿pero qué te hemos hecho?. François es así, y el monumental cabreo que pilla al descubrir esta antigua infidelidad va a hacer que opte por la venganza física a pesar de los años transcurridos, ante lo que su esposa decidirá acompañarle a la Niza de su juventud para controlar como este intenta pegarle una paliza a un hombre que probablemente ni le recuerde.
Así nos veremos envueltos en una comedia que va del chiste cultista (la referencia a Madame Bovary) al slapstick (el armario-cama) pasando por los equívocos y más de una situación incómoda. No se puede negar que más de un gag es más viejo que el affaire que provoca toda esta alocada odisea, pero su ritmo ligero y la empatia que suscita esa esposa que intenta campear lo mejor que puede ese temporal en forma de marido que Dios le ha dado hacen que esta película se pase en un suspiro y consiga hacer al espectador pasar un rato tan intrascendente como entretenido.
"Niégalo todo" como buena comedia francesa de esas que se califican con facilidad como 'la comedia francesa del año' al menos la quincena de días que dará paso a la siguiente, deja una buena sensación de déjá vù. Pero el que acuda a las salas sabiendo lo que va a encontrarse no va a quedar decepcionado en absoluto. Esta es una película que consigue un buen número de carcajadas y puede que incluso alguna lagrimita, y consigue salgamos del cine con una sonrisa. Esta cinta viene no para desafiar nuestro intelecto sino a divertirnos con una comedia de personajes y no se puede negar: sin duda lo consigue.


"Niégalo todo" llega a los cines españoles el 9 de julio.

jueves, 1 de agosto de 2024

LA TRAMPA. Su gran noche

 

A pesar de no todas sus películas se ajustan a este género es fácil asociar la filmografia de M. Night Shyamalan al terror. Su última obra , "La trampa", se mueve en terrenos más cercanos a ese tríptico formado por "El protegido", "Múltiple" y "Crystal" que a " El sexto sentido", con una cinta protagonizada por un psicópata de manual que es a la vez héroe y villano de una historia de inesperada ambientación cuyo escenario aspira a convertirse en la ratonera que finalmente lo atrape.

A pocas semanas de que los conciertos multitudinarios de Taylor Swift o Carol G. hayan sido noticia de apertura de telediario, mostrando la capacidad de convocatoria de unas mujeres que arrastran literalmente a toda una generación de fans la película nos conduce a uno de estos grandes eventos al que acuden una entregada adolescente y su complaciente padre. Pero entre canción y canción de Lady Raven, encarnada por una Saleka Shyamalan que también compone e interpreta los temas, vamos a descubrir que este padrazo es un asesino en serie. Y no sólo eso sino que la policía, no sabemos cómo por el momento, sabe, sin más pistas sobre su identidad, que va a acudir al show, lo que van a aprovechar para acordonar el edificio al completo y empezar una auténtica persecución cual gato y ratón. Solo que este ratón de afilados dientes es un hombre de recursos y al descubrir la estratagema sacará sus mejores cartuchos para evitar su detención sin que su hija lo descubra.

"La trampa" usa recursos efectivos. Un villano (saber lo que le hace a sus víctimas rápidamente descarta el apelativo de antihéroe) con carisma, una cinta que respeta prácticamente la unidad de tiempo y lugar aportando dinamismo y unos secundarios que funcionan, desde ese alegre dependiente que no sabe en que berenjenal se mete a esa esposa que consigue transmitir gran intensidad en los pocos minutos que aparece en pantalla añadiendo sal a una película con espíritu de cine de palomitas. Aunque por otro lado un guión con notables lagunas (que dejaré descubra el espectador), con un fragmentado final que se alarga en exceso merman el impacto de una pieza en la que los fans del director, que por supuesto se reserva un cameo, echarán de menos esa sorpresa inesperada a la que nos tiene acostumbrados, si bien se reserva algún golpe inesperado pero lejos de su fuerza habitual. Por no mencionar a un Josh Harnett que llevando el grueso del peso del relato, consigue generar una buena química con el resto de personajes, pero que abusa en exceso de su paso de la sonrisa al ceño fruncido hasta rozar niveles gollumianos.

"La trampa" es una película que se disfruta mejor sin pretensiones, dejándose llevar por una trama de buenos y malos que invierten sus papeles y que no descartamos pudiese dar pie a una hipotética secuela. Una cinta de planteamiento original pero cuyo desarrollo nos deja una continua sensación de déjà vu, aunque si nos permitimos una amplia suspensión de esa incredulidad (sorprende de entrada las continuas entradas y salidas al concierto, nos extraña que vean una canción completa) que nos lleva a plantearnos numerosas preguntas en especial respecto a las decisiones de los personajes, podemos disfrutar de un título que no es lo mejor de su director pero lejos está de esas que han ensombrecido la carrera de un autor que ha creado auténticos clásicos. Pero no debemos temer: después de todo Shyamalan nunca ha renunciado a sorprendernos.

"La trampa" llega a los cines españoles el 9 de agosto.