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martes, 9 de febrero de 2021

SE ME AMINORA EL ALMA

 

Tras mostrarnos que los juguetes, los insectos y hasta el monstruo del armario tienen alma Pixar decidió meterse en harina metafísica propiamente dicha y consiguió salir airosa con la multipremiada Del revés.

Pete Docter, su director, vuelve al universo expandido de la psique con Soul, la odisea de un gris profesor de música que, a punto de cumplir su sueño de tocar en un escenario junto a una gran saxofonista, se encontrará de camino al más allá, un destino del que intentará huir con o sin la ayuda de 22, un alma que lleva milenios buscando el propósito de su existencia...que no cree encontrará en la tierra.

Soul parte de tópicos que sabe explotar con inteligencia, como la unión de dos protagonistas en principio mal avenidos (y que es la base de, juraría, el 99% de sus películas, de Toy story a Coco pasando por Up, Cars...¿Necesito seguir?) o la lucha por un sueño que irá cediendo paso a otras prioridades a lo largo del metraje. Con un enfoque más dirigido al público adulto, al que apuntan un buen puñado de referencias culturales (los mentores de 22, desde la madre Teresa de Calcuta a Jung), que al infantil, aunque este disfrutará de unos gags cómicos bien presentados, esta cinta animada aspira a una profunda moraleja, pero logra  más con su buen ritmo y el carisma de sus personajes, especialmente sus secundarios, que cuando se dirige a cimas más elevadas.

En ella encontramos momentos sencillamente brillantes, aparte de un delicioso diseño de personajes ( esos Jerrys y Terry espectaculares en su sencillez) y un acabado visual que roza la perfección, presentando unos escenarios tan increíbles en su realismo como la estación de metro o el interior de sus vagones. Pero en más de una ocasión esta Soul parece flaquear en un apartado en el que Pixar siempre se ha revelado magistral: su punto emocional, perdiendo parte de la magia que nos hizo estremecer en momentos como el arranque de Up o el desenlace de Coco, que si no te conmueven quizás deberías comprobar detenidamente si eres un modelo anticuado de replicante.

Los personajes de Soul a pesar de lo hermoso del mensaje siempre parecen quedarse un paso por detrás de la catarsis, siguiendo un camino sin dobleces que, a pesar de pretenderlo, deja poco resquicio para la sorpresa. Funcionando mejor como comedia que en los detalles más dramáticos, a pesar de su sensato uso de la elipsis (el accidente) la película da el do de pecho en medio del camino, sin lograr repetir la jugada que tan bien funcionaba en Del revés, con la que parece formar una suerte de díptico. Un regalo deslumbrante adornado con grandes ideas, pero que decepciona un poco una vez hemos lo hemos desenvuelto por completo. Será que nos han malacostumbrado.


Soul puede disfrutarse en la plataforma Disney +, aunque su virtuosismo visual pide a gritos la pantalla grande.



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