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miércoles, 12 de junio de 2019

ME CASÉ CON LA HIJA DE UNA BRUJA

No es hora de confesiones pero he de confesar, aunque creo no es sorpresa para nadie, que siento debilidad por las películas ambientadas en una casa particularmente siniestra. Hogares no necesariamente infectados por un encantamiento, como si sucedía en la ya clásica The conjuring, sino que pueden simplemente ser el hogar de algún asesino depravado como en Ghostland o no ser necesariamente ser lo que parecen...la última adición al género no llega de muy lejos, aunque se basa en la novela de Ramsey Campbell, y responde al nombre de La influencia.
Haciendo honor a su nombre La influencia revela matices de un buen número de cintas del género, desde El Resplandor ( hachazos incluidos por supuesto) a Al final de la escalera, pasando por películas tan recomendables como Darkness. Una suerte de continuo homenaje al género al que ayuda una puesta en escena deliciosa y una buena fotografía, con gran uso del claroscuro, que ayudan a meternos en vena imágenes tan impactantes como esa figura espectral que parece colgar de una de las perchas del armario en las pesadillas de uno de los personajes o ese recuerdo sobre un oscuro episodio en el desván que parece comulgar con las brujas de Goya.
Impecable envoltorio de un producto al que sin embargo no le sienta bien el unboxing. Bajo esta pátina se oculta una historia carente de ambigüedades, que a pesar de un punto de partida que promete y mucho (aunque no precisamente por su originalidad, ya vimos algo similar no hace mucho en Amityville: el despertar) pronto deja muy claro que no estamos sino ante una cinta de posesiones de toda la vida, vía abuela en coma (sorprendentemente encarnada por Emma Suárez) con un pasado oculto poco oculto (apenas sí cruzan la puerta de la habitación ya podemos ver el pentáculo de turno y esta solo es la punta del iceberg). Una película vacía de sorpresas, incluído el pretendido giro final (que por supuesto aquí no desvelaremos) que en ocasiones parece incluso perderse entre sus personajes (hay momentos en las que las características de dicha posesión no parecen estar muy claras, así como las auténticas motivaciones de la relación entre nieta y abuela...y al desenlace nuevamente me remito).
Trama que pretende inquietar, pero que durante la totalidad de su desarrollo se convierte en un continuum de sustos tipo, prolijos en efectos de sonido y encadenamientos de escenas de sopetón (como ese plano en el que una mano desconocida se apoya en el hombro de la niña...descubriendo a continuación que esta corresponde a la tutora que la está presentando a sus nuevos compañeros de clase), La influencia pretende convertirse en heredera de un buen puñado de clásicos del género, pero ni logra arrastrar empáticamente al espectador (la cara de "mala" de la más joven de sus protagonistas mueva más a la risa del espectador que al miedo) ni hacer que la helada garra del miedo recorra su espalda.
Una película, eso sí, que puede preludiar una buena carrera en el terreno del largo para su director, el debutante y director del corto El grifo, Denis Rovira van Boekholt, así como demuestra que en este país todavía hay interés y mimo en rodar películas de un género que (nos) entusiasma a un gran número de fans . Y eso siempre es de agradecer.
La influencia llega a los cines el 21 de junio.

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