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martes, 2 de septiembre de 2014

DIABLOS CON FALDAS

 Hay obras que se hacen a la medida de un hombre. Sí, hay más elementos, pero cada uno de ellos pivota a su alrededor e incluso cuando este no es perceptible su aura embriaga toda la atmósfera y es imposible admirar cualquiera de sus fragmentos sin pensar en el mismo. En el caso del cine hay un buen puñado de actores y actrices que provocan esta sensación, dejando en un segundo plano a director y compañeros de reparto, y sin importar si su rol es más o menos secundario. Hoy tratamos uno de esos casos. El actor Chistopher Lee y la película La monja poseída (To the devil a daughter 1976...viva la traducción creativa).
Cinta de terror satánico con todos los elementos clásicos incluyendo religiosos, recién nacidos, macabros rituales, sacrificios humanos, pesadillas inquietantes y por supuesto aparentemente inofensivos burgueses con extrañasa aficiones la película goza de un corte clásico y una atmósfera perturbadora que la envuelve desde su mismo comienzo. Así partiendo de un comienzo ambiguo, un rito que resulta ser una excomunión, el filme nos introduce en una historia de cultos ancestrales al demonio Astaroth al que se adora tomando como espejo numerosos elementos de la iglesia católica (para muestra los uniformes de cura y monja clásicos que gastan), hasta su culminación en una ceremonia en la que...mejor les ahorramos el spoiler y les animamos a que lo descubran ustedes mismos aunque la mayoría ya saben por donde va al tostada. Con unos actores de una presencia casi hipnótica, destacando por supuesto ese Lee cuya sonrisa hiela la sangre hasta lo más profundo del alma y una Nasstassja Kinki con una deliciosa y perturbadora candidez, un guión con buenos momentos (la pesadilla) y una ambientación que sin ser particularmente gótica sí es terriblemente malsana La monja poseída es un pequeño festín para los amantes del cine en general y de este corte en particular, si bien hay alguna pequeña escena que se sale un poco del tono del film y resulta risible (el avance de la monja en trance por...una escalera mecánica, la importancia de la piedra en el desenlace) así como el diseño de algunos elementos (la en un principio abominable criatura ensangrentada, que en el fondo es hasta mona, o el crucifijo inverso del demonio, con su particular postura...ejem...espatarrada) pero eso no logra apartarnos durante mucho tiempo de un clima sórdido y extraño que contribuye a hacer de esta una pequeña joyita, con curiosos giros de guión y mucho respeto por el género. A disfrutar
Para fans del buen cine de terror y de los satanismos varios con el mejorcito Christopher Lee.

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