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lunes, 11 de julio de 2022

CRÍMENES DEL FUTURO. Larga vida al viejo Cronenberg

 

Pasarán los años, nos sorprenderá con biopics y alguna historia de corte más convencional pero Cronenberg, ese Cronenberg que revolucionó el fantástico demostrando que lo desconocido puede estar dentro de nosotros mismos, sigue probando ser fiel a sus principios, y ahí entra en juego "Crimenes del futuro", una película que llega ya con el estigma de causar una impresión tan fuerte en el espectador que más de uno acaba abandonando la sala.
Compartiendo título con otra cinta del autor de 1970, con la que, sin ser remake comparte algunos puntos en común, "Crimenes del futuro" nos lleva a un perturbador futuro en el que algunos seres humanos experimentan mutaciones que les hacen generar nuevos órganos y la manipulación corporal, extrayendo o incorporando partes al cuerpo humano se ha convertido en un nuevo tipo de expresión artística. Una oscura historia que se abre con un episodio tan tabú como puede ser el asesinato de un niño a manos de su madre (y cuyo motivo y relevancia solo descubriremos a medida avance el metraje) y que nos va a llevar de la mano de dos de estos nuevos artistas para conocer una conspiración en torno a una secta que parece querer forzar el último paso de la evolución humana. Cronenberg vuelve así a la " nueva carne" en una película que juega con buena parte de sus filias y nos regala todo un festival de imágenes inquietantes, desde el bailarín con múltiples orejas a una autopsia de inesperado resultado. Y en medio un elenco de actores, entre los que destaca un Viggo Mortensen en un rol frágil y sombrío  que contrasta con sus tres colaboraciones previas con el director, pero que aportan humanidad, tanto por la vía de los sentidos como de los sentimientos en un futuro distópico cuyas raíces no resultan ajenas a nuestro presente.
Entre una belleza propia de una pintura de Bacon y la de objetos grotescos pero fascinantes (e incluso, todo hay que decirlo, un poco ridículos) como aquella silla que facilita la digestión Crimenes del futuro es una cinta de cuidada fotografía y aroma onírico. Aun con una trama de estructura clásica (con su introducción, nudo y desenlace, a pesar de lo que podamos pensar durante los primeros minutos de metraje) la película se mueve entre temas como el deseo, el papel de la obra de arte o la definición del ser humano con una gota de suspense y una pincelada de surrealismo en una cinta más de ideas que de sucesos. Un buen Cronenberg, que probablemente satisfaga más a los fans del autor de toda la vida que a aquellos que se quedaron en Promesas del este o Un método peligroso, con unas escenas para estómagos fuertes (aunque menos cruentas que lo que podemos pensar en un principio). Crimenes del futuro es una propuesta arriesgada que consigue seducir a pesar de algún toque que se antoja tan gratuito como efectista (el episodio de los taladros) y que plantea tantas preguntas como respuestas, dejándonos quizás con una sonrisa tan inquietante como la  de protagonista al final de la historia.

"Crímenes del futuro" llega a los cines el 23 de septiembre.

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