Basada en el cómic de igual título, obra del ilustrador cacereño Fermín Solís, su poético título hace referencia al peculiar aspecto de las casas de las Hurdes, comarca extremeña en la que el ilustre aragonés filmó el documental Las Hurdes, tierra sin pan. Frenta a otras apariciones de Buñuel en el cine con tintes más fantásticos como Buñuel y la mesa del rey Salomón esta película, sin renunciar a algún guiño surrealista en forma de sueño, o casi mejor debería decir pesadilla, se centra en el rodaje de esta clásica y conrtrovertida obra, con la ayuda de su amigo reconvertido en productor Ramón Acín y dos colaboradores franceses.
Buñuel en el laberinto de las tortugas desde sus primeros minutos deja muy claro que su protagonista es un personaje lleno de matices. Comprometido con el Surrealismo entendido a su manera, pero atormentado por la sombra de su amigo Dalí, fuerte hasta rozar la agresividad pero lleno de una fragilidad onírica y un humanismo que le cuesta revelar, entusiasta y creador pero también un manipulador capaz más de "crear" un documental que de rodarlo...el Buñuel de esta película es todo un hombre lleno de contradicciones que sabe moverse entre la tradición y la iconoclasia. Un Buñuel hacia el que es imposible no sentir cierta simpatía desde su primera aparición vestido de monja y que se va a convertir en todo un Ulises envuelto en una particular Odisea que puede poner a prueba su amistad con Acín como su propia cordura.
Para aquellos que conozcan la obra en la que se basa encontrarán en esta película una buena adaptación de los diseños originales del cómic, aunque con diferencias más que notables así como un inteligente uso del color inexistente en el tebeo original (aunque con ocasión de este estreno llega una nueva a todo color). Un trabajo hermoso, aunque palidece ante una animación de movimientos ligeramente menos brillante pero con el buen acierto de intercalar escenas del documental original, estableciendo un paralelismo entre esta recreación y la tercera cinta de Luis Buñuel.
Buñuel en el laberinto de las tortugas es una maravillosa rareza en el panorama de la animación y uno de las pocas contribuciones del género al Surrealismo en su categoría de movimiento (auque ahí está ese corto Destino, parte de la cinta Fantasía 2000 que se hizo realidad tras décadas como proyecto perdido del propio Dalí). Una película que escapa del concepto de manido concepto de "dibujos animados para niños" y nos regala una cinta tan interesante como entretenida, no carente de polémica (ahí está el tratamiento de Buñuel a las especies autóctonas para aumentar el dramatismo de su obra) y de una excelente documentación. Muy recomendable para amantes de la historia del cine Buñuel en el laberinto de las tortugas es una película que no deja indiferente, con sus imágenes poderosas y la humanidad de sus personajes, logrando avivar las ganas de enfrentarnos nuevamente a la poderosa miseria de Las hurdes. Tierra sin pan y a la fuerza de la obra de uno de los directores españoles más emblemáticos.
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