Aloxada comedia en torno a una pareja de juguetes rotos, encarnada por el carismático dúo Berto-Buenafuente, que se ven obligados por las circustancias económicas a la villa de sus orígenes con imprevisibles consecuencias, la película nos vuelve a situar en ese terreno común que es el del personaje inmerso en un terreno que le es extraño, en este caso un pueblo en el que se han criado y que les tiene en alta estima (horterísima estatua incluida) pero cuyo recuerdo parecen haber olvidado por completo (el episodio de la ermita)
Con un humor irreverente la película nos cuenta una historia tan sencilla como eficaz, en la que destacan los equívocos y los dobles sentidos, pero que no renuncia tampoco a unos gags visuales que casi brillan más cuando más absurdos e imposibles se tornan (la impagable vuelta de la ermita), así como algunos clichés que quizás resulten más efectivos en las bocas de los personajes que en el propio papel (el reencuentro con Lolo).
El pregón es una película fresca y divertida, pero sin alardes argumentales ni excesivas sorpresas, e incluso en algunos momentos más de uno podría juzgarla como previsible, pero el buen hacer de unos actores con química entre ellos y con resolutiva capacidad para la puya e incluso en algún momento para el histrionismo (los problemas de Juan con cierta bolsita) le hacen ganar enteros en cuanto a entretenimiento y comicidad.
Con una destacable y simpática recreación de los finales de los 80- principios de los 90 más horteras que poemos ver en unos primeros minutos de película de esos que enganchan (hasta la pantalla se reduce al habitual formato televisivo de entonces) así como la paródica presentación de un tipo de música que realmente arrasó (geniales las referencias a OBK y Amistades peligrosas..y punto extra para el karaoke con cursor caprino) la película es una simpática sucesión de chascarrillos cada vez más loco, alguno con su gotita de vinagre (el grupo homenaje...con más éxito que los homenajeados), otros quizás más desafortunado, pero que logran crear un conjunto divertido que sin duda satisfará tanto a los fans del binomio protagonista como a los que busquen una comedia entretenida...eso sí, sin esperar una revolución del género
Divertido acercacmiento al conflicto campo-ciudad con una miguita de amargura y un untito de iconoclastia El pregón nos deja un buen rato de humor absurdo de esos que se disfrutan sin pretensiones.
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