Hay empleos mucho más cinematográficos, pero como bien demostró la pantalla pequeña (The office y similar) ese microcosmos que es la oficina da para mucho y más...películas como Armas de mujer ya nos enseñaron como más de uno va a la yugular y otras como El club de la lucha o Wanted como las cosas pueden salir bastante rana... pero ¿y si el asunto realemnte hiciera mala sangre y no fuese un término figurado en absoluto? La respuesta llega hoy de la mano de Bloodsucking bastards.
Evan es un empleado mediocre: su ansiado ascenso nunca llega, sus compañeros se dedican a hacer el vago y para colmo acaba de pelearse con su novia que, encima, es la jefa de recursos humanos. La puntilla llega cuando para redondear la faena su jefe contrata a su archienemigo de la facultad para el puesto que tanto desea pero las cosas pueden ponerse peor, mucho peor y más cuando algún compañero empieza a desaparecer mientras que otros se comportan de manera extraña. Y eso solo es el comienzo.
Alocada comedia convertida en toda una metáfora de un mundo laboral en el que a más de uno le chupan la sangre Bloodsucking bastards es una surrealista película en la línea de otras comedias de horror como Zombis party, enfrentando a un anodino hombre común a una amenaza sobrenatural que en un primer momento no acaba de creerse.
Con un comienzo de esos que picana al espectador, revelándonos una escena con incógnita a raíz de la que volvemos atrás en el tiempo para revelara que condujo a la situación actual la película va ganando ritmo a medida avanza, para, partiendo de la presentación de unos personajes convencionales pero carismáticoa, poco a poco presentar un misterio en el que, si bien no hay muchas sorpresas (desde el mismo título sabemos qu la respuesta tiens colmillos y afición por la sangre fresca), si hay una historia biern hilada y con un fresco sentido del humor, en el que por supuesto no faltarán los tópicos del género (la virgen y no es una expresión) y qeu conducirá a un sangriento y alocado desenlace que nos deja alguna de las mejores perlas de la película.
Bloodsucking bastards es una película cuya comicidad se basa en las facetas de todos los personajes posibles que pueden habitar los muros de una oficina, desde el vago con potra al currito esforzado que jamás llega al puesto que se cree merece, pasando por jefes paternalistas, tímidas enamoradas, pibones con más de una sorpresa y grises pero insistentes individuos, y quizás parte de su encanto sea el ver las transformaciones emocionales que sufren muchos de ellos cuando se enfrentan o son víctimas de una transformación que, o bien no comprenden, o ni siquiera la ven venir hasta que es demasiado tarde. Y todo en medio de unos diálogos a veces ligeramente ácidos (aquel en torno a las lesbianas) que dan forma a la que en el fondo sigue siendo una comedia romántica (chico conoce chica, chico pierde chica fastidiándola por una tontería, chicco...intenta salvarla de un apocalipsis del que apenas si podría salir con vida) pero con un buen puñado de chistes más surrealistas que parócicos (entre los que destacan los relativos a esa especie de Rambo calmado que es el vigilante), con alguno particularmente brillante (el resumen de la carrera del jefe después de abandonar la universidad).
Una comedia que va volviéndose más loca a medida avanza su metraje y que, sin ser el culmen de la originalidad, parte de una divertida idea que funciona francamente bien (y es posible que alguno se sienta más que identificado) y que nos da una hora y media de diversión, y eso no se puede decir de todas.
Para amantes de la comedia terrorífica sin parodias concretas, que de momento por mucho que insistan la fórmula Scary movie parece estar más que agotada. Bloodsucking bastards se exibirá limitadamente a partir del 11 de diciembre.
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