Si bien su mayor fortuna la ha tenido en la pequeña pantalla, no solo a través de la ración diaria sino también gracias a ese fenómeno venido de oriente que fueron Campeones y sus derivados al cine le gusta el fútbol, aunque una cosa son épicas películas como Evasión o victoria o emocionales dramas como Quiero ser como Beckham y otra cosa muy distinta la producción patria que, a pesar de ser el deporte rey por estos lares, lo más que nos ha dejado son cintas como El penalty más largo del mundo o por supuesto Las ibéricas F.C: (de los documentales hablamos otro día ya que no he visto ni el de Messi, a pesar de mi cadmiración por el señor Álex de la Iglesia). Pero dejemos eso a un lado...hoy hablamos de una película en el que lo relevnte es el poder de atracción de un deporte que ha sabido ser más que un mero entretenimiento para sus fans, hoy hablamos de O futebol.
Sergio y su padre se reencuentran en un vuelo en 2013 tras veinte años sin verse, y al ser el año siguiente el Mundial de Brasil deciden reunirse en 2014 para ver los partidos. La nueva reunión permitira que se conozcan mejor y que salgan a la luz recuerdos entrerrados durante años a través de lo que es una verdadera pasión para los dos, pero ni el mundo ni su propias vidas se detienen por el espectáculo deportivo...para bien o para mal.
Película desencarnada sobre dos personajes, padre e hijo, casi dos desconocidos tras años sin verse, O futebol asume el lenguaje del documental, con largos planos secuencia y fijos y careciendo de artificios como una banda sonora.
Centrada en los personajes de padre e hijo cuyo coche, en el que se desarrollan buena parte de las escenas ( y en el que ni siquiera les vemos la cara,situando la cámara en el asiento trasero y sin cambiar de plano), se transfigura en una suerte de microcosmos en el que dar rienda suelta a unas emociones, en principio veladas, que, conforme avence el metraje, se convierten en todo un río de recuerdos en torno a una infancia que se quebró cuando el padre abandonó el hogar familiar.
Si bien en el fondo toda la película es una carta de amor al fútbol, omnipresente a pesar de que nunca lleguemos a ver un partido (en contados momentos se puede atrisbar en alguna pantalla de televisor a lo lejos, y un poco más en el caso del Brasil-Alemania, del que llegamos a ver parte del himno...revelador es el momento en que ambos personajes se dirigen a la puerta del estadio tratando de averiguar sin bajarse del coche que sucede en su interior), y siempre con la ilusión de ver uno en el mismo campo, la película es en realiad una melancólica reflexión sobre la vida y las relaciones humanas, sin que ni fútbol ni vida se dentengan uno por el otro, algo en lo que resulta tremendamente revelador el plano en el que podemos ver simultáneamente como mientras en una cafetería celebran con grandes gritos un gol de su selección una ambulancia llega al parking del hospital, y que será relevante en un desenlace que aquí no revelaremos.
Con un lenguaje sencillo y una historia que, por simple, no deja de ser emocionante, que poco a poco va creando lazos empáticos con un espectadoe que en un inicio desconoce al padre casi tanto como su propio hijo pero cuya relación, espoleada por un fútbol que para el padre es todo un universo, de modo que recuerda hasta los detalles más ínfimos de partidos celebrados décadas antes, mientras que al hijo le hace comenzaar a recordar detalles más emocionales (el último partido que vieron él y su hermano con el padre) O futebol es una cinta sin estridencias, de modo que hasta las etapas clave de la vida llegan casi sin enterarse, pero que finalmente llegan, una película sobre la vida, con o sin fútbol, pero en la que lo importante son unos sentimientos humanos a los que se les puede dar una segunda oportunidad en la vida, con una excusa tan banal como puede ser..fútbol.
O futebol, un drama tranquilo sobre padre e hijo, se estrenará en dicieembre en la Cineteca Madrid
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