Estoy empezando a pensar que al cine de superhéroes le pasa como al cine de zombies: gana enteros cuando menos profundo se vuelve. Ya hace años Thor: Ragnarok demostró como puede ganar una saga cuando te la tomas a cachondeo, y va a ser que a otra franquicia, que en su debut se llevó hostias hasta en el poster, le va a pasar lo mismo. Hablo de El escuadrón suicida.
Harley Quinn lo petó, sí, especialmente entre aquellos que jamás habían oído hablar del personaje, pero el resto, ni siquiera un Will Smith que deseaba su parte del superpastel, se salvó de la quema. Por eso la villana encarnada por Margot Robbie es prácticamente lo único que han recuperado para esta secuela-reboot que nos presenta un equipo con nombres tan conocidos como Idris Elba (que tras fallecer entre las filas asgardianas se ha pasado a la competencia), Sylvester Stallone (que dobla a un tiburón antropomorfo capaz de regalarnos las escenas más tiernas y los destripamientos más salvajes) o el exluchador, a la caza del reciclaje como actor, John Cena. Pero esta vez el nombre importante es James Gunn, el hombre que hizo de un grupo tan desconocido entre el gran público como Los guardianes de la galaxia todo un éxito.
Gunn, director y guionista, lleva el grupo de supervillanos de DC a un terreno afin a sus Guardianes de la galaxia, solo que con un punto gore con poco aprecio tanto por la vida humana como la animal y unos cuantos diálogos políticamente incorrectos que la harían recomendables para menores muy acompañados. Humor cafre, escenas surrealistas (impagable la obsesión de uno de los protagonistas con su madre, a la que por cierto odia bastante) y un creativo uso de la banda sonora son algunas de las señas de identidad de esta delirante comedia de acción ambientada en una república bananera de manual. Sus personajes carismáticos (incluso alguno tan repulsivos como esa comadreja que todavía la mayoría nos preguntamos qué es) y la recuperación de un villano tan emblemático como Starro (uno de los primeros enemigos de la Liga de la Justicia) terminan de dar forma a una cinta de premisa tan simple como su predecesora pero que nos ahorra los orígenes de todo su reparto para arrastrarnos a una demoledora odisea de diversión que nos proporciona la que es hasta el momento la mejor pelicula de superhéroes (o antihéroes si lo prefieren) desde que volvieron a abrir los cines tras la primera ola de la pandemia.
Poesía de lo repugnante, masacres de corte disneyniano y puros videoclips saturados de color...nada falta en este nuevo Escuadrón Suicida. Para espectadores con ganas de adrenalina sin prejuicios...merece verse en la gran pantalla.
El escuadrón suicida puede disfrutarse ya en cines de toda España.
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