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martes, 18 de agosto de 2020

LA SEMILLA DE LUGOSI

 

El tema zombie hace tiempo que dejó de ser patrimonio del cine de terror puro y duro. Reflexiones fatalistas y comedias alocadas se han abierto paso entre las hordas de muertos vivientes sin mucha dificultad (como la recién estrenada y muy recomendable Little monsters). Pero independientemente de la velocidad de estos muertos andantes lo que si tienen en común estos muertos vivientes es el tratarse de cadáveres resucitados hambrientos de carne humana.
Sin embargo hasta que llegó Romero el zombie lejos de ser verdugo era la desgraciada víctima que, anulada su voluntad por un ritual, se convertia en esclavo de algún malvado plutócrata que lo condenaba a trabajar en sus campos, como podemos ver en cintas como White zombie.
Zombi child, drama francés de Bertrand Bonello. retorna el tema zombie a Haití, al vudú y a la plantación. Y sin perder de vista ni la historia real de uno de estos esclavos zombificados que logró despertar de su esclavitud ni el violento terremoto que asoló la isla hace ya dos décadas.
La película nos presenta así dos frentes. Por un lado la historia casi muda ambientada en la Haití de  1962 del zombie propiamente dicho y su lucha por volver a recuperar su vida. Por otro la de un instituto femenino de élite en la Francia de nuestros días en el que estudia una adolescente haitiana. La fusión entre ambas genera, a pesar de la fuerza de unas imágenes de las que es buena muestra la maldición con la que se abre la película, un resultado de ritmo irregular, un drama que poco a poco se transforma en una cinta de terror en toda regla.
Una película que sabe sacar el mejor partido a sus jóvenes actrices, y que consigue en más de una ocasión transformarse en una fábula realmente perturbadora. Pero también una película que en más de un momento divaga entre terrenos que aspiran a símiles excesivamente elevados (la lección del profesor de historia) consiguiendo que el espectador, a pesar de que sabe que no asiste a una película de zombies al uso, ve como pierde el interés entre la poética del folklore haitiano y el drama adolescente.
Zombi child es un film con altas aspiraciones, pero no logra alcanzarlas aunque cuente con buenos ingredientes para conseguirlo. Eso sí también es un título que logra regalarnos unos últimos minutos de auténtica pesadilla (cuyo desenlace aquí no desvelaremos), una obra que adquiere fuerza a medida avanza, culminando en un plano que nos recuerda a las creaciones de Bill Viola, uno de los padres del videoarte, demostrando un anhelo por acercar uno de los temas clave del terror clásico a lo más innovador de las bellas artes.


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