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lunes, 21 de mayo de 2018

EL HOMBRE TRAS EL TELÓN

Son extremadamente raros aquellos casos en los que un autor literario dirige y guioniza la adaptación de su propia obra literaria. Se nos hacen más familiares los casos en los que un literato despotrica en torno al resultado del paso de su libro a otro medio (sí, estamos pensando en usted, Señor King) pero este es precisamente lo que sucede con el italiano Donato Carrisi, ganador con este trabajo al David de Donatello al mejor nuevo director, y su La chica en la niebla.
En el momento de escribir estas líneas ignoro el grado de fidelidad a su propia obra. Sería sencillo pensar que el máximo, pero la mente de un artista multidisciplinar puede guardar, igual que los de los personajes que pueblan la cinta, múltiples secretos. El resultado sin embargo es una cinta de misterio pura y dura, de esas que sabe jugar continuamente con el espectador, permitiéndose un giro sorprendente en esos momentos en los que parece que todo el pescado (visto el largometraje debería decir la trucha arcoiris) está vendido, sabiendo marearnos sin apenas despeinarse y haciendo incluso que el mismo ritmo nos resulte lento por el mero hecho de ansiar un desenlace que casi tenemos que arrancar de la pantalla a la fuerza.
Sí, es una de esas películas "tramposas", de esas que no dejan de añadir pistas y falsas pistas sin que apenas nos demos cuenta, haciendo que nos replanteemos continuamente elementos al misterio que ya dábamos por inamovibles. Y lo sabe hacer con unos personajes que nunca podremos decir son blancos o negros no porque sean, que lo son, ricos en matices, sino porque, al menos los protagonistas, parecen actuar durante toda la trama a la vez como héroes y como villanos, destacando ese policía encarnado por el gran Toni Servillo, un actor poseedor de un aura ambigua que le sienta como un guante a su personaje, que es capaz de la mayor compasión y la mayor trampa en el nombre de la verdad, aunque esta sea "su" verdad.
Un personaje que es el que consigue atraparnos en la trama, con su propio macguffin (qué hace un policía de su posición de madrugada en el despacho de un psiquiatra y con unas manchas de samggre que no se corresponde con la suya) y su maquiavélico uso de los medios de comunicación (algo que puede hacernos pensar en cintas tan recomendables como Perdida de David Fincher), logrando presentarnos un misterio de los de vieja escuela aunque ya contaminado por el corte nórdico que tan popular se ha hecho en cine y literatura (aunque esto no es necesariamente malo y en este caso por supuesto no lo es...incluso se permite una ambientación nevada que se corresponde poco con lo que esperamos con una cinta en su mayor parte italiana).
Una película equilibrada, con un ligero virtuosismo formal que sabe sacar el mejor partido de sus imágenes (el plano de la cama vacía, el flash que parece casi el inicio de una tormenta...), pero que logra sobre todo ser tremendamente entretenida, envolvente...no quiero destripar detalles en torno a una trama que sabe sorprendernos, pero lo que es seguro es que deja pasar al espectador uno de esos buenos ratos que solo se consiguen cuando uno se permite jugar, de nuevo, al familiar juego del gato y el ratón.
 La chica en la niebla llega a las pantallas españolas el 25 de mayo.

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