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viernes, 6 de noviembre de 2015

CALENTITO

El término tabú no resulta ajeno por los intrincados pasillos de los laberintos que conforman el Monigotorium. En muchas ocasiones hemos hablado de películas cuya premisa haría vomitar a una cabra (próximamente The human centipede 3), de cortos bizarros, de sesiones dedicadas a lo más prohibido y similares, pero los reyes siempre han sido temas tan controvertidos como el canibalismo o el incesto, temas que pueden dar para historias complejas e interesantes o directamente a meros espectáculos de morbo barato. Por derecho propio a este dúo se suma uno del que no se habla tanto, un mundillo con aroma a Poe y a tierra recién removida. Para los más perspicaces, ya sabéis su nombre: necrofilia, y su último campo de juegos la recién estrenada El cadáver de Anna Fritz.
 La actriz Anna Fritz lo tiene todo. Es joven, guapa, famosa, con talento y está...muerta. la misma noche en que su cuerpo sin vida es econtrado en un hotel este es trasladado a una morgue cuya ubicación es desconocida para el gran público. Pero uno de los celadores decide hacerse un selfi con él y avisar a sus dos mejores amigos. Llevados por la euforia tras el consumo de alcohol y drogas estos empiezan a sopesar la idea de dar rienda a sus más bajos instintos...pero el cadáver de Anna puede darles todavía más de una sorpresa.
Partiendo de una idea de bizarrísimo corte, efectista pero efectiva El cadáver de Anna Fritz es una angustiosa historia de personajes que oculta una gran sorpresa.
Sometida a la regla de las tres unidades (se desarrolla durante apenas unas horas en los laberínticos pasillos de la morgue, aunque en contadas ocasiones podemos atisbar los esteriores del hospital, y su reparto apenas sobrepasa la media docena, y eso contando unos secundarios con frase que constituyen más una amenaza para sus protagonista que otra cosa) la película se abre con una radiofónica voz en off que nos pone en situación sobre la biografía y extrañas circustancias del fallecimiento del personaje que da nombre a la cinta, acercándonos así a la idea que hace tan atractiva esta mujer a los ojos del resto de los personajes y que, unido a la visión de su cuerpo desnudo e inmóvil, les hará internarse en un territorio tan sórdido como puede ser (llamemoslo por su nombre) el de la necrofilia.
Con una estética aséptica pero cuidada estética, y que contribuye a deshumanizar todavía más a unos personajes que a pesar de dejarse llevar por sus instintos más primarios actúan con una frialdad insólita (nadie está limpio en esta cinta, ni siquiera las víctimas, que pueden acabar convirtiéndose tarde o temprano en verdugos...y hasta aquí puedo leer), convirtiéndose así esta película en todo un mosaico de emociones humanas mal enfocadas que harán que poco a poco el espectador pierda empatía con unos personajes cuyas motivaciones harán que este sientrepugancia no solo ante el horrible acto que cometen al principio del film sino especiaqlmente ante los que cometerán a continuación, convirtiéndose en toda una pesadilla con los ojos abiertos.
El cadáver de Anna Fritz es una película con buen titmo, actores naturales y un arranque que sabe enganchar al espectador, pero a lo largo de su parte central (sobre la que no queremos hacer spoilers...), cuando ya hemos descubierto de que subgénero estamosdisfrutando (...una pista, tres palabras en inglés)  la historia pierde una pequeña parte de su encanto y se mueve por terrenos más tópicos de lo que esperamos, aunque eso sí, sin perder en ningún momento una angustiosa aura que siempre la deja un (pequeño) pasito por delante de otras cintas de corte similar, y que cará lugar a un desencarnado desenlace bastante más distinto y oscuro de lo que hubiésemos previsto en un ptimer mometno.
Una historia cuya brevedad (poco más de una hora, sin circunloquios ni flashbacks extraños) y afán de originalidad se agradecen, y que nos regala una pequeña pesadilla que casi supone una amarga versión 2.0  de esos poemas dedicados a la amada muerta.
 
Una auténtica curiosidad con buenas dosis de suspense, para amantes de la angustia incruenta.

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