El debut de Inés de León en la pantalla grande linda con la alta comedia, con personajes de esos ricos tanto en dinero como en extravagancias (de esos que llegan en helicóptero privado y tienen al alguien esperando solamente para sostenerle una bandeja con nubes de caramelo...literal) en cuyo círculo se introduce un elemento discordante (ergo alguien con ingresos digamos normales), encarnado en este caso por una Leticia Dolera que parece aquí encontrarse menos segura que detrás de una motosierra en pleno día de su boda, que va a trastocar su mundo. En realidad nos enfrentamos a una historia que conocemos bien, la de dos hermanos que van a acabar enamorándose de la misma mujer con la única particularidad de que en este caso son de distintos sexos, una pretendida revolución que va pareja a los referentes empleados en la misma. Y es que resulta más fácil tirar de Pretty woman (y eso que en nada la criatura hace 30 añitos, casi ná), mencionada varias veces a lo largo de la cinta, que de Pigmalión o My fair lady.
¿Qué te apuestas? es una película que ha puesto cuidado en los detalles, desde los decorados y el vestuario (como ese falsamente caótico look de la protagonista o ambiguo y elegante ropero del personaje de Amaia Salamanca. Espectacular. No hay que perder de vista el trabajo de la directora con Vogue) a una selección de secundarios y cameos tan abundante como en la popular saga Torrente. Un elenco de actores que nos dejan algunos de los mejores momentos de la película, robándole en más de una ocasión protagonismo al triángulo amoroso, especialmente al tándem Dolera-Rey, mientras el de Amaia Salamanca parece moverse en otra dimensión como dama de hierro de los negocios cuya armadura empieza a resquebrajarse bajo el influjo de nuevos sentimiento encontrados.
Pero el resultado resulta tremendamente irregular. Hay elementos que chirrían (las razones que llevan al galán de turno a pensar que la monologuista es lesbiana...), diálogos pretendidamente divertidos que no funcionan (más bien monólogos) y más de un tópico campando alegremente por el metraje que puede hacer sonreir por una vez pero no al repertirse una tercera. Una lástima porque sí hay alguna línea realmente divertida e incluso un control inteligente del ritmo (el episodio de la ópera, uno que nunca puede faltar en este tipo de trama, pero en el que aquí no se alarga en demasía), pero no llegan a fraguar la descacharrante comedia novedosa que pretende ser.
Lo mejor de ¿Qué te apuestas? es que se trata de una película sin pretensiones. Personajes sin demasiado trasfondo (como ese tercer hermano) equívocos en los que no llega la sangre al río y un desenlace que, no se engañen, se ve llegar, con su gotita de moraleja y buen rollo incluídos. Una cinta que se puede ver con una sonrisa, jugando a la par con el quien es quien merced a sus numerosas apariciones estelares (me quedo con la de Itziar Castro como empleada doméstica con comprensibles mala s pulgas), pero que lejos queda del espejo de comedia clásica en el que parece gustarle mirarse.
¿Qué te juegas? llega a los cines el 29 de marzo
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