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martes, 8 de abril de 2025

SEGUNDO ACTO. Cinco personajes en busca de IA

 

Quentin Dupieux es un director que se ama o se odia, no deja margen. Con una indescriptible trayectoria que va del terror al thriller pasando por el género biográfico pero sin dejar nunca de lado un toque surrealista que conecta con su particular sentido del humor, lo único que debe tener claro el espectador es que de un modo u otro le van a sorprender. Y su última cinta, "Segundo acto", no es una excepción.

Anunciada como una comedia en la que una chica decide presentar a su padre a su pareja en un apartado restaurante (el segundo acto del titulo) la película demuestra que es todo menos eso. O más bien que es eso pero mucho más. Este film no rompe sino que directamente tritura, y en más de un nivel, la cuarta pared. Los diálogos para besugos que ya son marca de la casa que se mueven entre  reflexiones sobre la base de lo políticamente correcto, los límites de la realidad (aunque no a lo Rod Serling) o las capas de las relaciones humanas. Y ello sin abandonar un humor son concesiones que sabe hacer uso de su vertiente más física, dando el do se pecho una indescriptible escena que consigue arrancar la carcajada del espectador con una buena cucharada de humor negro y que casi podria constituir un corto en sí mismo.

Sin ser su mejor película "Segundo acto" es una vuelta triunfal al demencial universo de Dupieux que va a entusiasmar más a sus fans que a los legos, con una trama que va in crescendo hasta alcanzar un pico tan cómico como impactante a partir del cual nos va a llevar a un metafísico descenso. Una puesta en escena sencilla en la que no faltan sus en más de una ocasión exasperantes planos secuencia articulan un título de diálogo puro y duro con mucho de teatral cuya trama, que mejor descubra el espectador en la sala, no puede estar de más actualidad. Para ver sin prejuicios, dejándose llevar: Dupieux ataca de nuevo. 


"Segundo acto" llega a los cines el 11 de abril.