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viernes, 10 de abril de 2015

IMPRUDENTE

La ciencia ficción ha sido para muchos un manjar en su adolescencia, pero al entregarse a los clásicos, tanto en formato literario como cinematográfico, siempre ha existido ese pequeño matiz de la diferencia de edad. Con honrosas excepciones como El juego de Ender (en que los protagonistas son básicamente niños ) o La guerra de las galaxias original (aunque si me dejan confesarlo nunca me pareció excesivamente adolescente el señor Skywalker) los dueños del cotarro siempre eran gente más mayor y experimentada con la que identificarse a otros niveles. Sin embargo hace unos añitos un puñado de hijos del sol naciente tuvo a brillante idea de estenar la brillante distopía Battle Royale, dando lugar a un lento tiro de salida para toda una serie de películas, la mayorái basadas en novelas, sobre adolescentes que se enfrentan a futuros nada prometedores. Hoy hablamos de su última muestra, hoy viene del futuro...Insurgente (de la saga Divergente)
Tras la masacre de Abnegación, uno de los cinco grupos en que se divide la humanidad futura, la divergente Tris y sus amigos de Osadía se ocultan en las granjas de Cordialidad, siendo perseguidos por las tropas de la malvada líder de Erudición, Jeanine. Cuando esta última descubra en plena purga de los divergentes que la misteriosa caja que oculta un mensaje de sus antepasados sólo puede ser abierta con la interacción de un divergente especial Erudición comenzará una nueva caza.
Con un título que da para un buen puñado de chistes malos (yo voto que la próxima de la sag sea astringente) Divergente es una saga inspirada en otra literaria que de momento ha dado para un par de películas, ambas con un final con los suficientes interrogantes como para generar una nueva secuela (sin destripar nada e final de la última, todavía siendo previsible si se enfoca bien-desconozco el original literario- puede dar para mucho).
Si bien su punto de partida es común a muchas de las sagas que últimamente nos visitan con regularidad (una humanidad fragmentada, como los distritos de Los juegos del hambre, enfrenta a su población más joven a lo que parece un macabro rito de iniciación, en este caso para adherirse a sus facciones, en otros con consecuencias desconocidas como El corredor del laberinto, o como macabro castigo, y suscitando todo tipo de incógnitas y rebeliones) la cinta tiene su punto de originalidad en que sus protagonistas se enfrentan, dentro de un mundo real a simulaciones virtuales, hecho de los que son plenamente conscientes, como si de un bizarro giro a la saga Matrix se tratase (no es un mundo que pretendan ellos consideren real sino que la dificultad reside en que, sabiendo que no es real, la mayoría de las veces lo olvidan al encontrarse inmersos en él).
Se trata de una cinta que da un interesante, aunque leve giro a un terreno que conocemos bien, pero este terreno goza de un particualr encanto.
Así encontramos por un lado un mundo real dividido entre varios niveles: uno relativamente luminoso, con asépticos decorado y vestuarios  (como vemos en Eruducuón y Verdad) , uno que por bucólico no deja de ser inquietante (Cordialidad) y otro más oscuro, de esos a los que nos suele tener acostumbrados el género, en el que se mueven los rebeldes y los marginados, y en el que por supuesto nacerá el conato de rebelión que le da el puntito de sal a la película (y en el que no faltarán revelaciones familiares, en este caso por parte de Cuatro, la pareja de la protagonista). Frente a estos el mundo irreal, el de las pruebas, un mundo onírico que casi nos remite a una versión trasnochada de Magritte, con un espectacular empleo de la gravedad o falta de ella (la casa voladora en llamas o el efecto de las pisadas de la falsa Tris). Ambos escenarios, reales e irreales gozan de una cuidada, aún en su simplicidad, dirección artística en la que en ocasiones se opta por soluciones de particular belleza como el uso de los cables en la cámara en que se intenta abrir la caja.
Insurgente es una película rodada efizcamente pero de evolución excesivamente lógica, con su empleo de tópicos como el de un elegido de cualidades sobrehumanas (como afirma incluso la villana de turno) , y que si bien tiene puntos de interés a los que se les podría haber sacado mucho más juego se revela correcta. Ni sus personajes son excesivamente memorables (la traca, como simbología barata del cambio de tercio, protagonista y villana cambian radicalemente de peinado) ni su trama calará hondamente en el espectador, aunque tampoco es algo que en un principio esperásemos, pero supone un divertimento ligero bien enfocado y coreografiado y que no decepcionará a los fans de este subgénero distópico.
Para admiradores de películas de jovencitos a los que putean en hipotéticos futuros...eso sí algunas de las preguntas propias del género siguen sin respuesta. Siempre nos quedará el Dvd de 2001...

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