Hace ya unas décadas se probó que se podía hacer Todo en un día, para pasmo de propios y extraños, pero la verdad la noche da para mucho, pero mucho más, y quizás las que mejor muestra de ello hayn dado sean comedias tan gamberras como Noche loca, que ya con el título lo dice todo, o por supuesto la ya trilogía del Resacón. Sin embargo juergas hay de muchos tipos y hasta pueden lindar con dos temas en inicio tan distantes como la comedia elegante o los acontecimientos históricos como la película de la que hablamos hoy: Noche real.
8 de mayo de 1945. La guerra ha terminado. La heredera al trono inglés Elizabeth y su hermana la princesa Margarita, Lily y Mags, quieren celebrar la victoria como cualquier otro británico, saliendo a la calle y celebrando la gran fiesta. Sus padres se muestran reticentes en un principio pero las dejan ir...claro que pronto descubrirán que solo acompañadas de dos jóvenes militares que las llevarán al salón del Ritz para pasra unas horas con una selecta compañía de la alta nobleza en la que cualquer miembro les triplica como mínimo la edad. Sin embargo en un descuido lograrán zafarse y salir a la calle, con la mala fortuna de que muy pronto se separarán la una de la otra. Será solo el comienzo de una noche en la que sufrirán y disfrutarán, pero que será realmente memorable para ambas.
Partiendo de las imágenes reales de las multitudes a las puertas del Palacio de Buckingham al declararse el fin de la guerra Noche real es una alocada comedia en torno a la ficticia hipótesis de que las dos hijas de Jorge VI (al que tal vez recuerden por la oscarizada El discurso del Rey) paen la noche de celebración del fin de la II Guerra Mundial en Europa en la calle como dos súbditas más con todos los problemas (algún soldado desando aprovecharse de dos jovencitas) y equívocos posibles.
Con una cuidada fotografía (rica en unos granates y tonos oscuros que contrastan con los pálidos vestidos rosas de las dos princesas) y dirección artística así como una bien elegida banda sonora, en la que no faltan conocidos éxitos y ritmos de la época, la película nos lleva de la mano por una alocada tournée de una noche en las que pasa todo lo que puede pasar con unas fuertes dosis de casualidad que harán que la Princesa Elizabeth pueda seguir con bastante fortuna, en un caos festivo como el que presenta la cinta, a su hermana, que ha abandonado la fiesta de la mano de un zalamero marino unos instantes antes, mientras descubre poco a poco otra cara de una guerra que apenas sí ha conocido, así como lo que realmente piensa el pueblo de su familia.
Un buen sentido del ritmo, unos diálogos ricos en réplicas (en especial las de una princesa Margarita que hasta achispada, por decirlo de manera fina, no pierde la conciencia de clase, y un Jorge VI de papel breve pero resuelto) y situaciones propias del slapstick (el derribo de la torre de copas) articulan esta divertida aproximación a unos personajes históricos a los que consigue hacer cercanos, perdiendo más boato (el deseo de un gin tonic durante el saludo real, el desayuno...) que dignidad (bueno tal vez sí, en el viaje a casa de la madre del militar...en carretilla), contando la que es en el fondo es una divertida fábula sobre dos jovencitas que jamás han dejado su casa solas y que se enfrentan a la primera juerga con mayúsculas de sus vidas, con la consiguiente preocupación de su padres, una historia que hemos escuchado otras veces pero que aquí cuenta con el aliciente de estar inspirados en personajes reales, pero a los que en el fondo refleja con respeto y un humor a prueba de bomba.
Dulce comedia con un toque de romanticismo y una pizquita de drama Noche real se estrena el 20 de mayo en las salas comerciales.
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