Traducción creativa del original con spoiler Nous finirons ensemble Pequeñas mentiras para estar juntos es una de esas comedias dramáticas que, a poco que se tuerza algo en las relaciones entre sus personajes puede acabar fácilmente en tragedia.
Secuela de Pequeñas mentiras sin importancia es una de esas segundas partes que pueden disfrutarse plenamente sin haber visto la original, una comedia que aun siendo francesa arrastra un fuerte aroma british tanto por su comicidad como por una bien elegida banda sonora rica en temas anglófonos. Una película sobre maduritos nostálgicos (aunque en algún caso ya podríamos hablar de más que maduritos, ya que el motivo de la gran reunión es el 60 cumpleaños de uno de los protagonistas) que, aunque en ocasiones no encajan bien el pasado se dejan aterrorizar, incluso tomando decisiones de esas que no tienen vuelta atrás, por un presente que implica en ocasiones hijos, desamores y cargas financieras, ante el que los amigos pueden ser tanto un salvavidas como la patada que termine de arrojarlos al abismo.
Cómica tanto física como verbal Pequeñas mentiras para estar juntos consigue tanto hacernos sonreir como arrancarnos la carcajada. Cierto que hay personajes algo desdibujados, aunque para los que no hay intérprete pequeño, y una buena serie de tópicos de esos que se ven venir a varios kilómetros, pero sus personajes son ricos en carisma, su trama, con pinceladas catárquicas, entretenida y su sentido del ritmo el adecuado para una trama agridulce pero con buen sentido del humor.
Pero sobre todo nos encontramos ante una película de personajes humanos, una historia sencilla pero rodada con elegancia y una pequeña puerta para la esperanza.Simplemente una historia de como superar nuestros propios baches. Como la vida misma.
Pequeñas mentiras para mantenernos juntos llega a las pantallas españolas el 11 de noviembre.
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