Legos del Monigotorium

miércoles, 2 de octubre de 2019

LA CHICA DEL CORO

Si hay una voz capaz de hacer creer en los ángeles esa es la de Aretha Franklin en Amazing Grace. Es difícil tildar esta película de documental. Partiendo de las filmaciones de un concierto con público en directo durante dos noches en 1972 en la Iglesia Bautista Misionera New Temple en Watts,, y que darían lugar al albúm en vivo homónimo, su metraje no ha llegado a las pantallas hasta casi una década después de la muerte de su director, Sidney Pollack, y más de 40 después de su rodaje.
 Amazing Grace es una película sencilla en su concepción. Un conjunto de espirituales clásicos, entre los que se encuentra el que da título a la cinta, una increíble solista, acompañada por el coro de la Southern California Community y su director, una pequeña orquesta y un predicador que, sin ser propiamente un oficio, actúa como presentador de los temas. Una unidad, apenas rota en contadas ocasiones por un pequeño guiño a los ensayos y una breve introducción que nos conduce por las calles de la ciudad al mundo de una intérprete que ya era una estrella pero que quería volver con este proyecto a sus orígenes, que nos lleva a un concierto en vivo, sumergiéndonos entre los espectadores y sin evitar las presencias de los cámaras, técnicos e incluso del propio director, amén presencias tan llamativas entre el respetable como la de un jovencísimo Mick Jagger.
Pero esta obra es más que una pieza del séptimo arte. Tras años de complicado montaje y sincronización, con un gran esfuerzo que sin embargo no logra que el resultado final sea perfecto técnicamente hablando, pero que sí cuenta con una perfección absoluta que es la música que inunda este film nos encontrramos ante una obra que exuda puro delirio musical.
Ignoro si en sus proyecciones en cine la audiencia caerá en tal delirio como el que trajo el estreno de This is it, el documental póstumo sobre la que iba a ser la última y más ambiciosa gira de Michael Jackson, durante cuyo visionado hasta se oían aplausos en las salas pero, si se me permite el símil fácil Amazing Grace es toda una experiencia religiosa.
Aretha en estado puro la película nos presenta a una artista en plenas facultades, capaz de eclipsar con su voz a todo un coro y de transportarnos casi a otra dimensión. Una cantante increíble pero también una mujer que lo da todo en el escenario, a la que no cuesta ver terriblemente emocionada, frágil incluso y empapada en sudor, pero dispuesta a alcanzar lo más alto, y no solo en el nivel artísitco con sus notas. Una auténtica dama de la música que a diferencia de la popular crítica sobre Lola Flores canta y toca el piano pero, al igual que a esta, tampoco hay que perdérsela.
Amazing Grace es una cinta que no hay que analizar por sus valores cinematográficos. Su puesta en escena es simple, los roles de sus intérpretes, aun con robaescenas como el entregadísimo Reverendo James Cleveland, casi anecdóticos, su montaje aunque eficaz sencillo. Pero nadie que se considere amante de la música con mayúsculas debería perdérsela: es arte en estado puro.
Amazing Grace llega a las pantallas españolas el 4 de octubre.

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