Legos del Monigotorium

domingo, 28 de octubre de 2018

NOCTURNEANDO 2018 (4)

En algunas culturas orientales el número 4 es el número de la mala suerte. El el caso de Nocturna, que abrió la mañana como siempre en la Fnac con propuestas tan interesantes como la mesa en torno al homenajeado Jorge Grau (que no pudo acudir por razones de salud) esto estaba lejos de ser cierto.
La tarde empezaría con un terrorífico corto de época, Keep the gaslight burning,  y uno de los largos más esperados, Summer of 84.
Auténtico homenaje a los 80 sin obviar el mínimo detalle, de la dirección artística a la banda sonora, Summer of 84, de los creadores de la también muy recomendable Turbo kid, es una cinta cuya premisa (creo que mi vecino es un psicópata) nos es familiar de sobra. Pero el carisma de sus personajes, su buena puesta en escena y especialmente unos últimos diez minutos, cuando pensamos que todo el pescado está vendido, hacen de esta película una opción más que recomendable para aquellos que pensaban que con Stranger things o la nueva It estaba todo dicho sobre la nostalgia ochentera.
Con su director y productora presentes, y tras las proyección del corto con buena vuelta de tuerca final Miedos, se presentó Heretiks. Cinta de época protagonizada por una chica acusada de brujería que sale literalmente del horno para caer en las brasas cuando evita la pena capital a cambio de internarse en el convento de una misteriosa priora la cinta cuenta con buenos elementos de suspense y unas eficaces interpretaciones de sus protagonistas. Aspectos más cuestionables como la calidad de sus efectos especiales no merman el deseo de que la tan comentada La monja diera la mitad de mal rollo que da esta cinta con un final que hasta recuerda un poquito a la Hammer
El plato fuerte de la noche, tras la proyección del mágico corto Mouras, llegaría con un género hasta el momento ausente de las proyecciones de Nocturna: el anime. Mirai no Mirai (que aquí será traducido como Mirai, mi pequeña hermana) es la deliciosa historia de un niño que se enfrenta a la llegada de un nuevo bebé. Sus problemas cotidianos parecerán solucionarse con los oníricos encuentros con diversos personajes de sus pasado, su presente y su futuro en una trama tan fantástica como deliciosa, con unos personajes terriblemente vivos y una animación tan exquisita como nos suele mal(acostumbrar) el maestro Mamoru Hosoda, resultando una de sus obras más redondas. Una pieza que ningún fan de la animación y del cine con mayúsculas debería perderse, y que se alzaría con los premios del público y al mejor guión.
Pero siendo como era viernes (y por tanto fin de semana) quedaba por degustar el plato final. Una propuesta fresquita, ideal para una madrigada de cachondeo. Blood fest, cuyo título nos puede hacer recordar la recientemente estrenada Hell fest, de la que ya hablamos por estos lares, solo tiene en común con esta su ambientación en un terrorífico parque de atracciones. Pero a diferencia de esta se trata de una divertida comedia sobre los tópicos del cine de terror en la que no falta nadie, de libidinosas vampiras a asesinos en serie pasando por zombies, émulos de jigsaw y muchos, muchos más. Algún chiste de antología ("no quiso ver Seven porque no había visto las otras 6") y mucho secundario robaescenas (ese arborista que pide película pero ya) en una película tan intrascendente como entretenida.
Y así bien entrada la madrugada terminó el cuarto día...pero todavía quedaba el quinto (y final).

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