Legos del Monigotorium

miércoles, 27 de julio de 2016

REAL TARDANZA

¡Ah la aventura! Enfrentarse a lo desconocido, convertirse en un pionero, ya sea peinando las tupidas selvas o explorando recónditos mares...pero la verdad hoy día, maldito sea el GPS que lo concibió parece que quedan pocos terrenos para lo indómito y lo salvaje...¿o puede que sí?. A veces lo desconocido puede ser un desierto presto a convertirse en una fastuosa jungla...urbana, y la aventura el conseguir verder un sistema de telecomunicaciones a un postor cuya llegada es incierta Esto es precisamente lo que sucede en Esperando al Rey.
 Alan Clay, un empresario especiallista en telecomunicaciones llega a Arabia Saudí para intentar vender a su Rey un revolucionario sistema basado en los hologramas. Nada m ás llegar se enfrentará a los problemas de la burocracia, las largas distancias y la diferencia de costumbres, sumándose la incertidumbre de saber cuando acudirá el Rey a ver su presentación, ya que parece encontrarse siempre de viaje. Sin embargo su nueva y extraña rutina también abrirá un pequeño camino a la amistad, la diversión y quien sabe, hasta a un nuevo amor.
Comedia dulce con una gotita drama la imaginativa tracducción de Un holograma para el Rey enfrenta a un vendedor de origen americano con una Arabia Saudí en plena expansión que funde la mayor modernidad con los usos tradicionales.
Centrada casi totalmente en el personaje encarnado por Tom Hanks, un Alan Clay con más entusiasmo que suerte ( y si no atentos a cada vez que intente sentarse en algo parecido a una silla) al que parecen acosarle todos los inconvenientes a la hora de emprender una tarea en inicio fácil, desde los de nivel personal en forma de conflictos familiares (la relación con ese padre obsesionado con la expansión económica china que acaba adquiriendo tintes casi proféticos, o los problemas para costear la carrera de su hija...) o problemas de salud (el quiste) hasta aquellos de corte laboral como la falta de infraestructura o las dificultades de comunicación (y no se trata de problemas de idioma...todos los personajes hablan inglés de los árabes a los daneses que también trabajan allí).
Pero todos estos problemas, que parecen atormentarle desde el primer momento que pone el pie en el país y que convieten su semana casi en un continuo día de la marmota (levantarse tarde por descuido, ducharse, llamr al chófer) serán también los que motiven el conocer a toda una serie de personajes, del dicharachero condiuctor del coche alqeuilado a la misteriosa doctora que le atiende.
Esperando al Rey es una cinta que hace gala de un buen sentido del humor, que no evita las diferencias culturales (la broma sobre la CIA) ni los conflictos sentimentales (los extraños sueños con su padre e hija) ni renuncia al humor físico (los altercados con las sillas), creando escenas que llevan al espectador de la sonrisa a la carcajada, gracias especialmente a un Tom Hanks que sabe llevar perfectaemnte la trama a su terreno.
Con un montaje eficaz esperando al Rey es casi una fábula sobre la vida, o más bien cobre como la vida puede conducirnos a la felicidad por un camino que no nos atrevíamos en un comienzo a explorar, con espacio para la alegría y la tristeza, para la diversión y el dolor, y que, gracias a alguna escena tan inesperada como hermosa (el baño en el mar, la caza nocturna) se convierte casi en un onírico recorrido por un mundo que, p'or desconocido no deja de resular fascinante.
Comedia divertida y sorprendente Esperando al Rey satisfará a los amantes de las histroias poco convencionales con una gotita clásica.

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