Legos del Monigotorium

martes, 26 de julio de 2016

DESCONGELADOS

No sé por qué pero tras años, por no decir décadas, en los que los protagonistas de las películas infantiles al igual que en muchos cuentos infantiles, tendían a la horfandad o bien a solo tener algún parietne lejano de esos que hacen desear no tener ninguno, del corte madrastra o similar, a los creadores de estas nuevas fábulas infantiles les ha dado por dotarlos de hijos, y a manta. Así desde los loros de Río a Gru passndo por la mismísima sirenita (a las pelis editadas directamente en vídoe me remito) les ha dado por seguir la saga con su propia prole....la cinta de la que hablamos hoy partía de la historia de un grupo de animales desparejados que pasó de solteros amistosos a gran familia con hijos en edad de merecer ( y más de uno planteándose en seguir su ejemplo). Hablo de Ice age. El gran cataclismo.
 Persiguiendo su eterna bellota la ardilla Scrat se encontrará atrapada dentro de un platillo volante. Sin saber como escapar de él  ni como pilotarlo su torpeza y habitual mala suerte harán que sus acciones puedan tener catastróficas consecuencias para el universo conocido, incluyendo el grupo de amigos formado por Manny, el mamut, y su familia, Diego, el tigre de dientes de sable, y su novia y Sid, el perezoso, y su abuela. Y es que justo el día en que Manny se debate entre la preocupación de que su hija Melocotón les abandone para casarse con un chico que no le acaba de gustar y el olvido de su propio aniversario de bodas tendrá que enfrentarse con su heterogénea manada a la llegada de un gigantesco meteorito que amenaza con destruir toda la vida del planeta tal como hizo hace cientos de años.
Quinta parte (y se dice pronto) de La edad de hielo, esa tierna fábula sobre un grupo de animales prehistóricos que ayudaba a un bebé humano abandonado (especie la humana a la que por cierto no hemos vuelto a ver el pelo por la saga) la película continua contándonos la vida familiar de esta particular manada que ha pasado de ser unos auténticos desconocidos a juntarse y sentar la cabeza (Many en la segunda, Diego en la cuarta y Sid...esporádicamente, pero nada termina de funcionar), se tal modo que nuestro mamut protagonista es ya orgulloso padre de una hija posadolescente que ya piensa seriamente en seguir su propia vida y con su propia pareja.
Así encontramos dentro de esta cinta dos tramas plenamente diferenciadas. Por un lado la trama sentimental de corte amoroso filial que sigue estrictamente la trama de sus partes anteriores, incluso recuperando algún personaje y escenario de la tercera parte, y por otro lado el plato fuerte de la función, la alocada odisea de la ardilla Scrat fuera del planeta tierra y a bordo de una nave espacial, pero siempre obsesionada en recuperar una bellota que le trae más problemas que alegrías.
Y es que frente a una historia más convencional, con su introducción, nudo y desenlace y protagonizada por unos personajes que siempre, entre chascarrillos más o menos afortunados, nos darán un aleccionador mensaje, lo que más brilla como ya se ha hecho habitual en esta saga pseudo prehistórica son las peripecias del desafortunado Scrat, un ser cuyas aventuras son puro slapstick y que se ha ganado el poder ser el protagonista de su propio fragmento (ya no hay ni asomo de otras ardillas o ladrones de bellotas, aquí solo hay ardilla, fruto seco y un objeto espacial poco identificado dispuesto a darnos un buen número de sorpresas) en un entorno más que hostil que dará lugar a juegos con diversos elementos clásicos de la ciencia ficción como la teletransportación (con algún pesadillesco resultado tipo La mosca) o la fuerza de la gravedad, y que en la línea de los Looney Tunes y similar (y es que el pobre bicho recibe más que una estera) dejan franco buen sabor de boca.
Ice age. El gran cataclismo es una película de ejecución correcta y buen acabado visual que sin embargo no hace sino devolvernos los clichés ya explotados sobremanera en otras cintas de la saga, y que no consigue recuperar la fuerza de sus comienzos con su tropa de personajes "maduros". Sin embargo para los que no se hayan cansado del humor visual y alocado del que hace gala la ardilla Scrat esta sigue conservando gran parte de su encanto, haciendo que sus apartes constituyan lo mejorcito de la película. Sin embargo de cara a su público más potencial, el infantil, esta sigue siendo uan buena opción de entretenimiento, con sus graciosos animalillos parlantes (alguno más soez que otros...nunca falta espacio para un poco de humor marrón) y una trama que, sin ser vertiginosa, no carece de momentos de acción (la recuperación del huevo) y de un humor absurdo que hará las delicias de aquellos que han conocido la saga directamente a través de la pantalla doméstica.
Diversión para los más pequeños a los más mayores todavía nos deja los biuenos moemntos de su ardilla protagonista, gafe pero indestructible.

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