Legos del Monigotorium

viernes, 14 de diciembre de 2018

NAVEGANDO POR LA RED

Corrían tiempos raros para Spider-Man. Después de que uno de los padres del terror moderno nos demostrase como se podía hacer (por fin) una peli decente sobre el lanzarredes...para después mandar la saga al limbo numerito de baile incluído, después de una trilogía que tras el éxito de su segunda entrega mutó en díptico, después de un nuevo comienzo con un hombre araña de nuevo adolescente y una cinta en solitario para uno de los venenos clásicos de la saga parecía que a nuestro amistoso vecino le quedaban pocos ases en la manga. Para demostrar lo contrario llega Spider-Man: un nuevo universo.
Spider-Man siempre ha sido un buen amigo de la animación. Con estilo clásico o tridimensional, solo o acompañado pero siempre en la pequeña pantalla la obsesión del director del  Daily bugle sin embargo siempre se ha mantenido, al igual que sus compañeros de Marvel y DC, en la pequeña pantalla. Pero la nueva Spider-Man: un nuevo universo ha optado por llegar a lo grande y a la gran pantalla(y nunca mejor dicho, con numerosas nominaciones para distintos premios que incluyen una al Globo de oro como mejor película de animación), con un buen numero de estrellas de la casa de las ideas entre sus títulos de crédito y una plantilla de doblaje con unos cuantos nombres conocidos (a la cabeza un Nicolas Cage que tras quitarse un poco la espinita doblando al Superman de la cinta Teen titans go! aquí pone voz al Spider-Man noir).
Pero ¿que tiene de especial esta nueva aventura del uno de los superhéroes más conocidos del noveno arte?. Para empezar no una, sino hasta siete encarnaciones de Spider-Man podemos encontrar en esta película (Sí, cuento los dos de la dimensión de Miles Morales) que presenta tanto versiones clásicas (ese Kingpin que parece escapado de una viñeta de Bill Sinkiewicz) como revisadas de sus villanos (que hay que reconocer como siempre que en el mundo superheroico los mejores villanos son sin duda los de Spider-Man y Batman...y aquí encontraremos un Doc Ock y un duende verde que se alejan del canónico Parker para coquetear con el ya difunto universo Ultimate...a los cómics me remito) merced a una original trama que juega con el asunto de las dimensiones paralelas y que hacen que estos converjan en un único mundo. Una historia original y fresca, que no renuncia a la fidelidad a los cómics en que se inspira (elementos del personaje Miles Morales ya fueron adoptados en la anterior Spiderman-homecoming pero transferidos a un Spider-Man que no podía renunciar a seguir siendo Peter Parker) ni a presentar una trama de iniciación que ya nos resulta familiar de otras sagas (para empezar el Spider-Man de Raimi) con un envidiable sentido del humor que no esquiva el slapstick.
Spider-Man: un nuevo universo sabe dar un golpe en la mesa y revelar ante todo que es una película con gran personalidad, tanto a nivel formal con una original combinación de estilos (y por favor esperen al final de los títulos de crédito que hay sorpresa...y muy agradable. No, no me refiero a un homenaje a Stan Lee...este tiene lugar casi al comienzo de los mismos y por supuesto no falta el cameo de su versión animada) como argumental. Una película que puede entretener a los más pequeños, divertir a los adultos y complacer a los fans más irredentos (hay hasta pequeños guiños como una tal Bendis en la agenda telefónica de nuestro superhéroe), con agilidad, buenos gags, escenas bien coreografiadas y su puntito de emotividad. Una prueba más que el el cine de animación no es únicamente para niños y que el cine de animación, incluso en un subgénero que parece centrarse más en la imagen real como es el superheroico, tiene mucho, mucho que decir, erigiéndose en una de las grandes propuestas animadas de este año.
Spider-Man: un nuevo universo llega a las pantallas españolas el 21 de diciembre.

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