Hace unos añitos equiparar cualquier película con una serie televisiva era una degradación. Con la era dorada de la pequeña pantalla (no ya solo de televisor, sino de ordenador, tablet o móvil) el sentido de estas comparaciones ha cambiado mucho. No me queda por tanto más que decir que Milla 22 se me antoja casi el primer episodio de una buena serie de acción, de esas cuyo estreno anima ha probar el segundo, y no creo que eso suponga un insulto en absoluto.
Dirigida por Peter Berg, viejo conocido del cine de acción al que tal vez recuerden por Hancock o su debut, la ácida Very bad things (mejor que por Battleship...pero es que la gente tiene que comer), y que ya ha trabajado unas cuantas veces con el protagonista y productor de esta, Mark Wahlberg, nos encontramos ante una cinta de acción pura y dura, en ocasiones directamente vertiginosa. Con unas escenas bien coreografiadas, entre las que sobresale esa brutal pelea en la enfermería que deja directamente sin aliento, la película tiene ecos de todo el cine de acción del sudeste asiático, remitiéndonos a algún clásico moderno como The raid (es más, su protagonista, Iko Uwais, que ya ha paseado su palmito por una de las últimas entregas de Star wars tiene un papel clave en esta cinta), así como un ligero eco al cine de Michael Bay, que contribuyen a configurar una historia cuyas mejores bazas son un buen sentido del ritmo ajustado a una trama sencilla (llevar a alguien del punto A al punto B) y una duración breve, beneficiando una película que si bien tiene un ligero aroma de crítica, teoría de la conspiración mediante, constituye hora y media de entretenimiento puro y duro.
En medio un Mark Wahlberg con uno de esos papeles de profesional tan inteligente y serio que consigue ser casi odioso acompañado de unos secundarios destinados a crear, aunque sea en forma de pincelada, cierta empatía en el espectador (como esa madre divorciada con tendencia al palabrotismo) pero que a la larga resultan casi mera carne de cañón y en los que no se profundiza en exceso, entre los que sobresale un John Malkovich que tal vez no da todo el juego que podría dar.
Una película cuyo guión, a pesar de un buen puñado de réplicas ingeniosas, resulta un mero trámite para disfrutar de acción de la buena. Aunque a pesar de ello hay que señalar que su final, de esos con sorpresita que invita a a revisar la película (y no diré más) no resulta como en muchos casos excesivamente forzado, sino que añade sal a una historia que da perfectamente pie para crear una franquicia o, al menos, una segunda parte (o por que no una serie, no sería la primera ni la última película en hacerlo). Para los fans del cine de acción, que no quedarán defraudados con una película que, sin revolucionar el género, sí deja ganas de un poquito más.
Milla 22 llega a los cines españoles el 28 de septiembre.
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