Legos del Monigotorium

martes, 7 de agosto de 2018

VERDADES ARRIESGADAS

Resulta doloroso cuando películas ambientadas hace unas cuantas décadas no han perdido actualidad. Y no por su calidad, sino porque los hechos de los que hablan todavía resultan determinantes en el mundo de hoy. Por supuesto no me refiero a cintas que hablan sobre acontecimentos felices, sino a films que tratan guerras o momentos especialmente dolorosos. Es el caso de El rehén que nos traslada a Beirut, capital del Líbano a comienzos de la década de los 80, durante la presidencia de Ronald Reagan en EE.UU.
Con el explícito título original de Beirut la película es un thriller de carácter político que nos cuenta como un antiguo diplomático experto en negociaciones que abandonó el país tras la dramática muerte de su esposa vuelve al país para dar una conferencia...para descubrir que se espera de él un servicio más especializado, el de mediar en la recuperación de un rehén.
El pasado se hace esencial para los personajes de esta historia. Protagonistas marcados por un suceso fruto del clima que se vive en la ciudad que habitan, y que de manera tan distendida explica el personaje de Mason, encarnado por Jon Hamm, al principio de la misma, para enfrentarse en apenas unas horas a una realidad más brutal que la que el puede imaginar a pesar de sus conocimentos de política. Así se ven inmersos en un thriller de carácter ascendente. Si bien su arranque se puede calificar de impactante, con una fiesta de sangriento desenlace (y no revelaré más), la escena se calma pasados unos minutos, para poco a poco empezar a envolvernos con una trama de conspiraciones, secretos y algún odio inesperado, y que consigue aumentar paulatinamente el interés del espectador ante un desenlace que quizás puede resultarnos menos catárquico de lo esperado, pero que logra mantenernos intrigados en la butaca hasta el mismísimo final.
En medio un grupo de actores que sabe dar la intensidad necesaria a sus personajes, destacando además de un protagonista masculino que sabe hacer evolucionar su rol, del abatimiento a la resolución, el de  Rosamunde Pyke, una actriz que ha sabido encarnar protagonistas fuertes y que aquí hace gala de ello en un papel que nos puede hacer pensar en otros como el de Jessica Chastain en La noche más oscura, mujeres inmersas en tramas políticas que saben sacar partido a todos sus recursos.
El rehén es una película quizás más eficaz en sus elementos de thriller que en los de drama, con detalles tan chocantes como el plano de los novios entre las ruinas (más acertado el de los niños jugando con los restos del tanque) pero consigue relacionar con acierto ambos. Una buena opción para los amantes del cine político, y de las tramas en las que los sentimientos pueden influir en el desarrollo de la historia, con y sin mayúscula.

 El rehén (Beirut) llega a las pantallas españolas el 10 de agosto

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