Pasarán los años y seguiremos disfrutando de dramas sobre la gente de a pie de maestros como Ozy y Kurosawa pero si somos sinceros nuestra imagen mental de la familia típica japonesa es más heredera del mundo de la animación que otra cosa, de esas caricaturas que invitan a la carcajada pero que en ocasiones también dejan espacio para el sentimiento como las que pueblan series como Doraemosn, Shin-chan y otras del ramo. Ante los ojos de este espectador occidental al que probablemente esto le resultará familiar llega a nuestras pantallas Maravillosa familia de Tokio, del veterano director Yoji Yamada y con el lujo añadido de una banda sonora firmada por Joe Hisaishi.
Comedia costumbrista sobre una familia cuyas tres generaciones habitan bajo el mismo techo la película plantea con humor como la cotidianeidad de esta se derrumba cuando la abuela pide a su marido como regalo de cumpleaños que este le conceda el divorcio, justo cuando el hijo menor está a punto de presentarles a la que será su futura esposa.
Profundamente anclada en el carácter nipón, de modo que el comportamiento de sus protagonistas puede resultar en ocasiones al menos llamativo (el azoramiento del guardia al descubrir a la pareja abrazándose, el comportaminto de la esposa del hijo mayor, que en alguna ocasión parece más una criada que otra cosa...y por supuesto esa excesiva dificultad a la hora de expresar los sentimientos a la propia famila), sin perder nunca de vista los referentes clásicos (el guiño final a Ozu) la película sabe presentar unos personajes profundamente humanos llenos de matices aun cuando tiran hacia extremos más caricaturescos (el cuñado metepatas) o tópicos (la joven pareja, comprensiva y amable hasta extremos poco creíbles) que ayudan, con unas interpretaciones que saben ir de la contención al clown, a que el espectador se sumerja en una trama que tiens mucho de teatral, con un humor que bebe principalmente de los diálogos pero que también deja lugar para unos elementos slapstick que a veces no pasan del segundo plano (el balón del pilates, la tetera...).
Pero sobre todo Maravillosa familia de Tokio es una cinta chispeante, divertida, de esas que saben hacernos reir pero también emocionarnos con un argumento que deja una impronta terriblemente optimista en el espectador, con personajes tan memorables como esa abuela que parece guardarse todo dentro (del malestar a la felicidad que le embarga, en un momento por otro lado muy difícil para ella, cuando su nieto le llama desde el partido) incapaz de subir la voz o salirse de tono incluso cuando recrimina el dolor que siente, y una historia sencilla pero que consigue atraparnos hasta el final, consiguiendo que la sonrisa permanezca en nuestra cara tiempo después de haber finalizado la película.
Maravillosa familia de Tokio llega el 5 de mayo a las pantallas españolas.
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