Con una introducción sin prisa pero sin pausa en la cultura popular rozando la saturación puede parecer que Harry Potter siempre ha estado (y todavía sigue, como en proverbial dinosaurio), ahí pero la verdad que nuestro niño mago (bueno ya no tan niño, que hace mucho que se afeita y va cediendo poco a poco espacio a sus retoños, de momento al menos literariamente hablando) lleva entre nosotros apenas 20 años, 15 en el caso de su versión cinematográfica. Pero si hasta la típica ancianita que pronuncia "bakflady" y la palabra pokemon todavía no le sale sabe de sobra su nmbre y parte de sus devaneos sin duda estamos ante algo muy, muy gordo. Por eso muerto el Voldemort (no creo que esté spoileando a nadie...si ya la han puesto...) no se acabó la magia, y hoy toca hablar de Animales fantásticos
El mago inglés Newt Scamander llega a Nueva York buscando un raro ejemplar de criatura mágica, amteria es la que es un auténtico experto. Sin embargo nada más pisar tierra uno de los raros animales que lleva consigo se escapará, y provocará que, por una serie de equívocos Newt pierda la maleta en la que transporta el resto.Newt intentará recuperar ambos por todos sus medios pero lo que él no sabe es que en las calles neoyorquinas una extraña presencia ha destruído varias casas poniendo en peligro el anonimato de los magos americanos y que quizás sea una de esas criaturas a las que dedica su vida y estudios.
Tras el fin de la saga Potter que parecía dejarlo todo atado y bien atado el mundo mágico de J. K. Rowling vuelve con nuevos personajes en esta suerte de spin-off que retrocede hasta los años 20 y nos traslada hasta Estados Unidos para contarnos las aventuras de unos personajes completamente nuevos, (aunque entre las referencias hay algún apellido que tal vez suene) tanto magos como muggles.
Protagonizada por esa especie de Hagrid de diseño que encarna Eddie Redmayne la película se abre con el mismo espíritu de las primeras cintas de la saga Potter, con una ciudad que si bien no asombra tanto como la primera vez que nos introdujeron en Hogwarts si apabulla lo suficiente para transmitir la emoción de su joven protagonista, y que revela una de sus mejores bazas en una cuidada dirección artística en la que no faltan elementos más propios del cine negro (tugurios y flappers incluídos), pero que pronto junto a una trama propia de cine infantil (y buen cine infantil todo hay que decirlo) empieza a alternarse, quizás con un poco más de desacierto y orientado por supuesto a no perder a aquellos fans adultos que se engancharon con las obras originales, una trama más oscura que no encaja con tanta naturalidad con la misma y que si bien tiene un buen puñado de aciertos (esa asociación de los nuevos salemitas, enemigos a muerte de los magos) cojea frente a la más natural historia del protagonista y sus nuevos aliados.
Esta nueva pieza, que no continuación, de la saga goza de un envoltorio impecable, un apartado visual que sabe transmitir la sensación de maravilla, pero su historia si bien goza de personajes carismáticos y nos deja alguna escena tan potente como aquella en al que Jacob, el amigo humano de Newt, descubre que oculta su maleta, pierde notablemente el ritmo en su parte central, así como parece tambalearse entre dos tramas de calado muy distinto y dos tonos (uno más luminoso e infantil, otro má adulto y siniestro) que no acaban de fundirse correctamente y que dan al conjunto una ligera aura casi anecdótica, menos transcendente de lo que pretende su final (en el que encontramos una pequeña gran sorpresa en forma de cameo que podría ganar peso en el caso de haber secuelas,,,algo que yo apuesto que habrá), haciendo desmerecer argumentalmente una película que tiene muchos elementos del buen cine fantástico.
Una continuación correcta de una saga que ha marcado el cien fantástico, que satisfará a sus entusiastas, si bien carece de la fuerza de sus predecesoras, aunque su espectacularidad la hacen ser una de esas cintas que deben, sí o sí , disfrutarse en la gran pantalla.
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