Robert Langdon, el célebre erudito, despierta amnésico en un hospital de Florencia. Con una sangrante herida de bala en la cabeza y atormenteado por unas terribles visiones apocalípticas su única esperanza parece ser la doctora Sienna, una joven admiradora que logra salvarle in extremis de una policía dispuesta a acribillarle a balazos. Su única pista sobre lo que estaba haciendo antes de ser herido y qué ha sucedido durate las últimas 48 horas, un extraño proyector que conserva en su bolsillo, parece estar relacioada con la Divina comedia de Dante, y pronto esta le sumergirá en una compleja conspiración centrada en un virus mortal que puede diezmar a la humanidad en cualquier momento.
Tercera entrega de las aventuras de Robert Langdon, tras El código Da Vinci y Ángeles y Demonios y a su vez basada en la novela homónima, cuarta de la saga de Dan Brown, Inferno es un ambicioso thriller con ecos james bondianos que arrastrará a sus protagonistas a través de varios países en busca de la memoria perdida de Langdon primero y de la salvación de la humanidad de una amenaza global después.
Con un arranque de esos que enganchan, y tras una breve escenacuyo significado sólo conoceremos más avanzada la trama, la película nos presenta a su protagonista en unos de sus momentos de mayor debilidad y enfrentado a una situación límite, mostrándonos unas impactantes escenas, tan solo en la mente de Langdon, que hacen tanto hoor al título de la cinta como logran suscitar la curiosidad del espectador (aunque algun, como la de la riada de sangre resulte más una versión exagerada de la clásica de El resplandor y con exceso de efectos generados por ordenador).
Sin embargo el film pronto adoptará unos derroteros que ya nos suenan de las dos cintas anteriores, jalonando la trama de pretendidamente ingeniosos acertijos, algunos más resultones que otros (y algunos generando incluso algún paso intermedio para sus protagonistas, que francamente, un hombre supuestamente tan inteligente como Langdon, incluso privado de algunas facultades, debería resolver con las manos atadas a la espalda...de la omisión en su periplo, teniendo en cuenta sus bases culturales fundamentales, Dante y peste negra, de las ciudades de Rávena y Mesina, en Sicilia, mejor casi hablamos otro día) y que llevará a su pareja protagonista y aviesos perseguidores (con más de una sorpresa respecto a que bando pertenecen, algo a lo que ya nos han acotumbrado las cintas basadas en la obra de Brown) de país en país, visitando impresionantes monumentos, en una suerte casi de gyncana turística.
Inferno es una película eficazmente rodada, con un buen diseño de producción y un gran elenco de actores, pero adolece de los mismos errores de sus antecesoras, algo achacable probablemente más a su propio material de base (el libro Inferno, que confieso no he leído ni planeo hacerlo en las próximas décadas, de modo que ignoro cuanta fidelidad hay de obra a obra, si bien en otros casos los fans no se han quejado en exceso), lo cual no debe ser un impedimento para que los que hayan disfrutado de las dos primeras aventuras de Langdon se aproximen a esta con optimismo y ganas de pasar un rato tan entretenido como con sus dos predecesoras, en una película que sigue ofreciedo enigmas con mayor o menor base histórica y trepidantes persecuciones, si bien ya alejada de las polémicas religiosas que arrastró en el pasado.
Para fans de Robert Langdon y de un Ron Howard que sigue demostrando tener buena mano a la hora de rodar historias más o menos épicas, Inferno llega a los cines el 14 de octubre.
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