NOCTURNEANDO 2016 (y 7)

Siento ser tremendista, pero era el FIN. Así, con mayúsculas. Tras una semanita acababa Nocturna, tras un buen puñado de visionados y alguna experiencia inolvidable. Como ya se había hecho costumbre la sesión empezó de tarde con la proyección de Windwalkers.

 Nueva vuelta al mito del wendigo con el punto curioso de asociarla a un drama bélico la película sin embargo no llega a despegar del todo con un ritmo anodino que desgrana la trama en pequeñas pinceladas de conflictos humanos y ataques que, a pesar de la premisa, pronto pierden su aura sobrenatural para dejarnos un resultado más convencional de lo que preveíamos en su arranque

La siguiente proyección llegó precedida por Grafitti, curioso drama de corte apocalíptico e impecable ambientación que logó conquistarnos con su historia de dos personajes solos en un futuro desolado

Y a coninuación llegó Estirpe.

 Cuasi reverso oscuro de El protegido con fuerte carga de falso documental la película nos lleva de la mano del rodaje de la película Estirpe, basada en el (falso) tebeo homónimo de autor desconocido. Con un guión lleno de líneas descacharrantes y bastante mal café a la hora de reflejar la industria la película es una divertidísima cinta con momentos tan chocantes como bizarros. Una comedia atípica y una sorpresa más que agradable.

 

 Pero ya era la hora final, la hora de apagar las luces y volver a la rutina. El último corto en proyectarse fue Hard workers, kafkiana vuelta de tuerca a la moda de los gimnasios con una pequeña dosis de humor negro y un punto muy inquietante.

Y la última suponía un regreso a uno de los grandes géneros del fantástico...The dead room

 Con una premisa que hace no mucho habría dado como fruto un found footage, la de un grupo de investigadores que acuden a una casa presuntamente encantada a ver cuanto de verdad hay en ello, la película nos muestra un clima terrorífico que va in crescendo, pero al que perjudica una notable falta de ritmo y un buen número de clichés hasta desembocar en un desenlace con ecos descafeinados de La leyenda de la casa del infierno. Una cinta entretenida aunque insustancial pero que se disfruta si se acude sin excesivas expectativas.

Y con este puntito inquietante ya sí, ya se acabó Nocturna por este año. Con ganas de más, y de volver a ver a muchos amigos que reencontramos allí nos quedamos hasta el año que viene...y es que siempre quedan ganas de más Nocturna...¡Cthuuulhuuuuu!